Paladín del idioma y la cultura

Además de destacarse como poeta, José de Diego luchó incansablemente por defender su idiosincrasia ante España y luego frente a los Estados Unidos.
Hoy se celebra el 154 aniversario del natalicio del aguadillano José de Diego. (Foto suministrada)

Por Vicente Toledo Rohena
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular

Laura mía: ya sé que no lo eres;
mas este amor, que ha sido flor de un día,
se olvida a solas de que no me quieres

y en medio de mi bárbara agonía,
te llama a gritos, con el mismo grito
de aquellos tiempos en que fuiste mía…

Parte del poema ‘A Laura’ de José de Diego

Hoy viernes 16 de abril de 2021 se cumplen 154 años del natalicio del poeta, ensayista, político, periodista y abogado José de Diego (16 de abril 1867-16 de julio de 1918). Personalidades como de Diego son forjadores de huellas imborrables prohibidas de olvidar.

El prócer aguadillano fue un incansable luchador de la autonomía nacional contra los gobiernos españoles y estadunidenses; testigo de la situación nacional-colonial, al nacer bajo el régimen español y posteriormente vivir los tiempos del cambio de soberanía norteamericana.

Para el Dr. Miguel Ángel Náter, catedrático del Departamento de Estudios Hispánicos y director del Seminario Federico de Onís, Universidad de Puerto Rico, las gestiones políticas de José de Diego parecerían opacar su producción poética. Un valioso libro titulado ‘José de Diego, el Legislador’ (1993), de Delma S. Arrigoitia, se centra en la visión de Puerto Rico en su historia, de 1903 a 1918. Su lucha en defensa de la raza, de la lengua y de la libertad de la patria, llevan incluso, a un proyecto poético que se desvincula del movimiento artístico más importante entre finales del siglo XIX y principios del XX: el modernismo literario. Su proyecto político urde un «modernismo criollo» que implica una búsqueda de las raíces culturales boricuas e hispanas, una plasmación pictórica del paisaje de la Isla, alejado del «arte por el arte» que animaba al primer modernismo, de carácter evasivo.

La aportación periodística y poética es extensa, porque estas pasiones despertaron a muy temprana edad. Un adolescente de Diego, estudiando en España formó parte del Comité Republicano Progresista de la cuidad riojana; y al mismo tiempo, se inició como colaborador de la publicación ‘La Semana Cómica’ de Madrid. En lo sucesivo publicó artículos en ‘El Progreso’, ‘Libre Pensamiento’ y ‘Verán Ustedes’.

La publicación de poemas políticos y antirreligiosos en El Progreso, le costó la cárcel. La publicación de su trabajo ‘Sor Ana’ (1887), también fue uno controvertible considerándose antirreligioso. A lo que la poetisa y educadora Concha Meléndez (1895-1983) catalogó -según el libro ‘Sor Ana’ (2017) de la Editorial Tiempo Nuevo con edición, introducción y notas del Dr. Miguel Ángel Náter- como “vivaz adolescencia, alegre, irreverente, envuelta en un remolino de travesuras”.

Acaso, ¿Era De Diego desafiante a los dogmas cristianos o era ateo? O caso, ¿Un joven rebelde durante un periodo de su vida?

“Los poemas antirreligiosos de José de Diego fueron un inicio del cual el joven poeta se arrepintió. Quiso sacar del mercado el poema extenso ‘Son Ana’, y lo redujo a un fragmento muy diferente de lo que fue. Es evidente que el poeta no logró erradicar aquellos versos de carácter antirreligioso. No obstante, el poeta nunca fue ateo; su carácter fue en lo futuro muy religioso”, explicó el Dr. Náter.

Saliéndosele el alma por los ojos
Sumido en vil contemplación ardiente,
El Padre Umberto á su pesar vacila,
En tanto que Sor Ana, indiferente,
Con la temblante luz de su pupila
Lo miró de hito en hito.

Fragmentos del segundo canto de ‘Sor Ana’ de José de Diego

Antes de la publicación de ‘Sor Ana’ (1887), de Diego había escrito en 1885, ‘Los Grandes Infames’.

Aunque inició sus estudios de Derecho en España, obtuvo su licenciatura en La Habana, Cuba en 1893.

Un año después en su País, fundó un comité autonomista y el periódico ‘La República’, donde promovía la autonomía de Puerto Rico; y firmaba sus escritos como ‘El león americano’.

En adición, realizó escritos en ‘El Buscapié’ y ‘El Palenque de la Juventud’.

A opinión del Dr. Náter, los trabajos poéticos más celebrados por la crítica son ‘Pomarrosas’ (1904) y ‘Cantos de rebeldía’ (1916). Entre sus poemas más logrados, «En la brecha», de carácter metafísico y existencial; «A Laura», extenso poema amatorio, y «Venus», sincretismo de religiones y mitología, revelan al gran poeta. ‘Jovillos’ (1916) recoge su poesía más temprana. ‘Cantos de pitirre’, inédito, se publica mucho más tarde en 1950. ‘Sor Ana’ quedará en el silencio hasta su más reciente publicación (San Juan, Tiempo Nuevo, 2017) y siempre se observó como un -pecado de juventud-, igual que los sonetos que incluye ‘Los grandes infames’ (libro que habría que descubrir y editar para el mejor conocimiento de su poesía); sin embargo, revela un poeta de rebeldías románticas.

En las orillas de los viejos ríos,
que llevan sus corrientes rumorosas
por los bosques recónditos y umbríos,
nacen las pomarrosas
pálidas, escondidas, aromosas,
lejos del sol, como los versos míos…

Primera estrofa del poema ‘Pomarrosas’ de José de Diego.

En 1907 fue nombrado presidente de la Cámara de Delegados hasta 1917, cuando el cuerpo legislativo pasó a ser la Cámara de Representantes. Se le destaca las gestiones para fundar el Colegio de Agricultura y Artes Mecánicas de Mayagüez (Recinto Universitario de Mayagüez). Como defensor de la cultura y el idioma fue uno de los artífices y miembro fundador de la Academia Antillana de la Lengua.

El Dr. Náter señaló que en la faceta política ─como se desprende de sus escritos, muchos de ellos recogidos en ‘Nuevas campañas’-, De Diego luchó por la igualdad de los ciudadanos puertorriqueños y los estadounidenses. Si esto no podía ser, entonces resultaría una humillación y sería preferible la independencia. En su lucha por la libertad de Puerto Rico, defendió nuestra idiosincrasia, incluyendo la lengua castellana y la cultura nacional.

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