Por Edgar Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
A mediados de marzo se cumplirá un año desde el cierre obligatorio (lockdown) en Nueva York por la pandemia del Covid-19, que paralizó la industria artística.
El telón se bajó y las luces se apagaron. Pero, a pesar de esto, la clase actoral ha tenido que ingeniárselas para seguir hacia adelante. Un ejemplo claro lo ha sido el respetado actor Tony Chiroldes.

“Al principio se pensaba que iba a ser cuestión de varias semanas y un mes. Poco a poco nos fuimos dando cuenta que la cosa iba para largo. Esto se ha extendido mes tras mes. La industria del teatro está completamente paralizada. Sí se hacen (proyectos) virtuales como ‘Elliot, A Soldier’s Fugue’. No ha habido teatro presencial, a menos que sea algo con muy poco público. Bueno, se han hecho dos producciones con público distanciado y afuera, pero… ¡la experiencia no es la misma!”.
Chiroldes contaba con su equipo de grabación en el hogar, mas estaba la interrogante de si permitían realizar las locuciones desde la casa, otra faceta en que se gana la vida. “Gracias a Dios por ahí empezó a moverse y he estado trabajando. He grabado audiolibros, locuciones de comerciales. Todo lo que hago normalmente, pero desde mi hogar. Ya han pasado varios meses y he podido ir a par de estudios”, manifestó el histrión que formaba parte del elenco de “In the Heights” en Puerto Rico, cuya presentación fuera suspendida por la pandemia.
El actor boricua deseaba modernizar su equipo de grabación, pero cuando intentó comprarlo, en las tiendas especializadas de audio, luces y cámaras no había nada, ya que “todo el mundo estaba metiéndose en los ‘voice overs’”. Aclaró, de inmediato, “al uno llevar tiempo, sabe cómo editar en computadoras y enviar el archivo, que es mejor que empezar de la nada… Mi estudio hogareño es un armario que convertimos en una cabina de sonido. ¡Esto es para morirse de la risa! Pero, cuando hay necesidad, uno debe inventárselas!”.
Comentó que, al momento, no hay movimiento en Broadway. “¡Nada! Se han hecho cosas regionales y por internet, pero no una producción. Existe la esperanza que ya una vez mucha gente esté vacunada, pues esto empiece a moverse. Yo no lo veo por buen rato, no quiero ser pesimista. Algo es tener la vacuna y otra cosa que la gente se atreva entrar a un espacio sentado junto a muchas personas”, agregó.
Al momento de la entrevista telefónica desde Nueva York, Tony Chiroldes se preparaba para la puesta en escena virtual (domingo 21 de febrero, a las 7:00 de la noche, hora Puerto Rico) de “Elliot, A Soldier’s Fugue’, de Quiara Alegría Hudes, a cargo de la compañía TheatreWorks de Colorado Springs, Colorado.
“Esto es una lectura virtual que han montado con la plataforma Restream, que en vez de tener todas las ventanillas abiertas a la misma vez, cuenta con la capacidad de ser una transmisión haciendo cortes de cámara en televisión… Es la historia de tres generaciones de la misma familia boricua: abuelo, padre e hijo de los cuales todos han ido a la guerra. El abuelo estuvo en la guerra de Corea, el padre a la de Vietnam, y ‘Elliot’ está siendo desplazado a la guerra de Iraq…Impulsado por el machismo y un código de silencio, durante la trama de la obra estás viendo como una falta de comunicación. Pero, a través de cartas y comentarios de cada uno en su historia, el público lo percibe. Los actores lo perciben de otra manera…”.

Chiroldes quedó encantando con su personaje del abuelo, a quien describió como alguien con cierto humor, pero tiene su lado trágico porque se encuentra perdiendo la memoria. “Es un viejo sabrosón. Es flautista. De pequeño estudiaba música en Puerto Rico con un maestro americano. ¡Se cría con la música! De hecho, durante la guerra de Corea deleita a los compañeros soldados con música. Pero, va perdiendo la habilidad por estar mayor. La flauta se la da al hijo y ese es uno de los pocos momentos de conexión directa. Fue su regalo al hijo cuando está siendo enviado a Vietnam”, sostuvo.
El director Julio Agustín sugirió al elenco utilizar vestuario y elementos alusivos al personaje en la transmisión virtual. En el caso de Chiroldes aparece con una guayabera de manga larga de su padre, que atesora porque hasta la llevó para la exitosa audición del musical “In The Heights”. Otros miembros de la obra son Sara Linares (“Ginny”/ desde Miami), Nicholas Ortiz (“Elliot” /desde Texas) y Rich Remedios (“Pops” /desde Mineápolis). El puertorriqueño Julio Agustín (en Carolina del Norte) fue, también, productor de una puesta en escena que Tony Chiroldes hizo de “In The Heights” en Rochester.
Chiroldes elogió a la escritora Quiara Alegría Hudes, nacida y criada en Filadelfia, hija de madre puertorriqueña y padre judío. Fue coautora del musical “In The Heights” de Lin-Manuel Miranda. De hecho, también co-escribió el guión de la película “In The Heights” a estrenarse este año. Quiara Alegría Hudes obtuvo el Premio Pulitzer a la Dramaturgia con su obra “Water By The Spoonful” (2012). Además, “Elliot” fue una de las finalistas al Premio Pulitzer en 2007. Otros de sus obras/musicales han sido “Yemaya’s Belly”, “Miss You Like Hell”, “The Happiest Song Plays Last” y el infantil “Barrio GRRRL!”. En abril próximo, lanzará al mercado la autobiografía “My Broken Language”.
En busca de sobrevivir económicamente, los productores teatrales han tenido que recurrir a la red Internet para presentar propuestas por haber bajado el telón debido a la emergencia de salud pública mundial. “Es un híbrido de teatro, televisión y cine”, precisó.
Explicó que se han grabado obras en escena o se han presentado a través de plataformas como Zoom.
Chiroldes aplaudió las producciones teatrales a nivel virtual de Miguel Rosa López, quien dirigió el Teatro CeDin en la Universidad Interamericana.
El actor informó, por otro lado, que pudo grabar dos comerciales presenciales siguiendo estrictas medidas de salubridad.