Por Edgar Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
A los 15 años, Jesiel Martínez Galarza recibió un cuatro puertorriqueño como regalo de sus padres, José Martínez y Madeline Galarza, sin imaginarse que se dedicaría a la construcción de éste y de otros instrumentos musicales.

“Aquel instrumento tenía problemas estructurales. Según me fui desarrollando y aprendiendo a tocar, me di cuenta que el mismo no afinaba porque tenía una grieta en alguna parte del cuerpo. La acción estaba muy alta. Esa es la altura de las cuerdas y era muy difícil tocar… Al notarlo se lo comenté a mi papá. En ese momento no tenía los recursos económicos para poder reparar el instrumento profesionalmente y menos para comprar uno nuevo. Así que entre él y yo empezamos a reparar una grieta que tenía el cuatro en el brazo. El instrumento quedó bastante bien y seguí tocando… Al tiempo, encuentro que el cuatro tenía otro problema, pero yo no podía corregirlo solo. Mi papá me dijo que conocía a un artesano de Rincón y fuimos donde él. Allá me encontré con uno de mis mentores, que se llamaba Germán Velázquez. Él vio mi cuatro y me dijo que no hacía reparaciones, pero ‘te puedo enseñar’ porque vio que yo tenía interés en la construcción de instrumentos”, comenzó narrando Jesiel, de 23 años, sobre esta pasión.
Admitió que no le resultó fácil desarrollar este arte. Mas bien le ha tomado mucho tiempo – literalmente años – su proceso de aprendizaje.
“Hacer un instrumento no es solamente armar una caja. Construir un instrumento envuelve conocimiento científico. Debes conocer la madera, la física detrás del instrumento, saber por qué funciona como funciona. No es solo el aspecto estético, sino el sonido adecuado y eso es sumamente complejo. Para lograr el sonido ideal del instrumento requiere conocer muchos detalles y toma muchos ensayos. Tienes que hacer muchos instrumentos para ir creando ese retrato mental de lo que es un buen cuatro”.
El artesano mencionó que el tiempo que toma construirlo depende de varios factores, comenzando por su tiempo disponible – porque es estudiante de bachillerato en Historia – y el tipo de cuatro que sea. “Si es un cuatro enterizo, que es la manera más tradicional, generalmente avanzo un poco más, porque como no hay que pegar nada, es solo cortar la madera, ahuecarla y lijar por dentro. Es un proceso un poco tedioso, pero relativamente rápido. Generalmente me toma como dos meses hacer un cuatro enterizo. Pero, hacer un cuatro de piezas, de madera doblada, puede tomarme tres meses más o menos… Todo depende de la técnica de construcción que se vaya a utilizar”, precisó.

Jesiel construye, también, otros instrumentos como tres cubano, tiple, requintos, guitarras, básicamente cualquier instrumento de cuerda pulsada.
Para adquirir una de sus creaciones debe comunicarse con él a través de las redes sociales solicitando el tipo de cuatro que desea con sus especificaciones, acuerdan el costo y se comienza con su construcción en el taller en San Sebastián. “Yo no me dedico a hacer cuatros y que llegue el cliente. MI trabajo es totalmente personalizado, ‘customizado’ al gusto del cliente”, dijo.
-¿De qué tipo de cliente recibes acercamientos?
-“Por lo general, se me acercan músicos que quieren un buen cuatro, que lo necesitan. También, he hecho instrumentos para personas que no son músicos, simplemente quieren tenerlo o como un regalo para un familiar. Como el precio es más elevado, las personas que se acercan son músicos profesionales que necesitan un buen instrumento y están dispuestos a pagar lo que vale. Mi mercado no es de hacer cuatro para recuerdos. Un cuatro de recuerdos quizás te salga en 200 dólares. Mis instrumentos empiezan a partir de 1,500 dólares”.
-¿Qué puedes decir sobre los materiales para construir los instrumentos?
-“Los materiales que se usan para hacer instrumentos deben ser de muy alta calidad. No se puede usar cualquier tipo de madera. Son unos cortes de madera hechos específicamente para instrumentos. No cualquier árbol sirve para hacer instrumentos. De esos pocos árboles que sirven, no cualquier parte de ellos sirven… Trabajo con diferentes aserraderos que cortan árboles nobles, árboles nativos que son muy buenos. Ellos los cortan, procesan la madera y yo se las compro.. Voy a ver la madera disponible y escojo los cortes que den el grado… En el caso de las cuerdas y otros materiales se compran a suplidor en Puerto Rico o se mandan a pedir”, detalló.
Jesiel disfruta a plenitud haber desarrollado esta habilidad, porque “no solo tallas la madera, sino que estás haciendo una obra de arte viva. Es una herramienta de trabajo que puede ayudar a ganarte la vida”.
Como parte de sus estudios de bachillerato se le exige una tesina y escogió realizarla sobre las razones para que el cuatro puertorriqueño históricamente no tuviera un precio muy elevado según ilustrado en la vida y carrera de don Fidencio Díaz, luthier de Canóvanas. “Hice mi investigación sobre cómo su carrera ejemplifica el fenómeno de que la guitarra era más cara que el cuatro. Hay muchas razones sociales y económicas que envuelven eso… Mi preparación como historiador me ha permitido investigar más a fondo. Mi tesina fue aprobada y la pasé con buena nota. También he hecho un poco de trabajo académico de la historia del cuatro. Me apasiona el instrumento en todos los sentidos, en su construcción, en su historia, en su ejecución”, recalcó.

El joven luthier elogió la contribución a nivel musical de cuatristas como Edwin Colón Zayas -a quien describió como un genio del cuatro- Christian Nieves, Juradito y Luis Sanz. “Son músicos que han hecho cosas muy diferentes con el cuatro. Todos hacen un trabajo espectacular y los admiro. Ellos demuestran que el cuatro es un instrumento multifacético, que puede ir más allá de la música típica”, manifestó.
Jesiel reveló que su meta a largo plazo es “continuar elevando el cuatro, haciendo cada día un mejor instrumento. Eso (representa) cada día acercarme más a los músicos profesionales para que me ayuden a proveerles lo que necesiten. Después de todo, el luthier trabaja para complacer al músico. Es bueno tener músicos que te den la retroalimentación… Una de mis metas siempre ha sido ir a España a estudiar, en este caso sería la construcción de guitarra. Se ofrece una serie de talleres, particularmente en el sur de España, en Andalucía, para también incursionar en el mundo de la guitarra flamenca, la clásica de conciertos”.
Jesiel Martínez Galarza, quien toca el cuatro, se despidió exhortando a la juventud que “es indispensable que cultivemos nuestra música porque es parte vital de nuestra identidad como pueblo. Si tenemos una música tan bella, completa y compleja como la típica puertorriqueña y otros géneros, por qué dejarla perder buscando música de otro lugar. Nuestro deber es primero conservar lo nuestro y luego trabajar con lo que viene de afuera. Es un tesoro musical que tenemos en nuestras manos y es indispensable que lo protejamos. ¡Al igual que nuestros instrumentos típicos que son sumamente completos! El cuatro es un instrumento que puede incursionar en la salsa, en el reguetón -como lo ha hecho Christian Nieves- en la música clásica, en el rock, en el jazz, el blues, bossa nova. Te permite expresarte tan bien en diferentes géneros, que tiene mucho que ofrecer. SI eres un buen músico, no hay excusa para no incursionar en el cuatro”.
En la familia de este joven nadie toca ni construye instrumentos, por lo que su vocación es digna de admirar.