Por Vicente Toledo Rohena
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
El cantante Jerry Rivas Díaz jamás pensó que lo que comenzó como un aprendizaje con un método de guitarra, se convertiría en una exploración al cuatro puertorriqueño. Luego, un salto al tres cubano; y posteriormente convertirse en cantante.
Aunque nació en la Florida, sus padres decidieron regresar a Puerto Rico, a su natal Orocovis, donde vivió por varios meses. Más tarde el quehacer diario se dio entre Bayamón, Cataño y finalmente retornó a Santa Mónica, Bayamón; calle que hoy día, lleva su nombre.
“Mi familia era de Orocovis y existía un ambiente de parranda, serenata y música. Siempre me llamó la atención la guitarra, el cuatro y la música típica. Con un método de guitarra aprendí a tocar los acordes y después conseguí un cuatro y empecé a practicarlo”, comentó Rivas.

“Caminado cerca de mi casa en Bayamón con mi cuatro dentro del estuche, don Carlos Seguí –primo del bajista Johnny Seguí- que tenía una tienda de música y quien era trecista o trecero como le dicen los cubanos, me llamó para que le mostrara lo que llevaba en mi estuche. Por un momento pensé que me iba a regañar por la manera en que me llamó. Me pidió que abriera el estuche. Me dije, ¿será que piensa que es robado? Hasta cierto punto me asusté. Cuando vio que era un cuatro me dijo ‘no tú tienes que tocar tres’. A la brava me cambió las cuerdas y lo encorvó para que sonara como un tres cubano. Me escribió los acordes…después comencé a practicar y fue cuando me enamoré del tres cubano”.
En esos tiempos, se inclinaba por el rock y los cantantes de moda como Sandro, Yaco Monti y Raphael. Por medio de su hermano mayor, José Enrique (Quique) que tenía los discos del sello Fania, tuvo el primer encuentro con la salsa.
“Me empecé a entusiasmar con la salsa cuando descubrí a Cheo Feliciano… el disco en donde está ‘Anacaona’ y ‘Mi triste problema’. Me cautivó su manera de cantar. Cheo es mi ídolo. Gracias a mi hermano y a Cheo es que me intereso por la salsa”.
La salsa se convirtió en su día a día. Junto a conocidos inició la travesía de tocar el tres cubano en distintos grupos de barrio hasta que llegó la oportunidad de ser parte del grupo Cojoba.
“Le debo al productor Frank Ferrer mi primera grabación como trecista. Fue con Junior Ramos y la orquesta Cojoba. En ese grupo toqué el tres y a insistencias de Frank Ferrer, realicé un soneo en un tema y canté dos boleros que hay en el disco. Los boleros los maté. Canté malo, malo. Uno de los boleros es de la autoría de Antonio Cabán Vale (El Topo) y le maté la canción. Cada vez que veo a El Topo se lo digo y él se ríe”, recordó.
“Después de la experiencia de grabar decidí salirme del grupo y otros muchachos también, entre ellos Nicolás Vivas que era mi cuñado. Formamos el Conjunto Chaney. Yo fui quien le puse el nombre. Significa dios del Sol de los aztecas. Se escribe con (S), pero Nicolás decidió ponerlo con (C)”, contó sobre los inicios de Chaney, aunque nunca grabó con la orquesta.
“No podía tocar el tres y cantar a la vez, por lo que buscamos un pianista para poder cantar. Pero nunca grabé con la orquesta. Mi hermano Tony, sí cantó con Chaney”.
Pasó a formar parte del grupo Latin Brass, que amenizaba en los clubes de moda. Latin Brass alternaba con orquestas reconocidas como Roberto Roena y su Apollo Sound y Quique y Papo Lucca y la Sonora Ponceña.

En ese momento se había corrido la voz de que el cantante Andy Montañez dejaba a El Gran Combo. Se enteró que Chaney, alternaría en un baile con El Gran Combo y pensó que aunque ya no era parte de la orquesta, sería una buena oportunidad ir a ver a Andy en lo que podía ser el último baile. Le dijo a Nicolás Vivas que deseaba ir al baile, tomó su tres para usarlo como pretexto y entrar a la actividad. Tocó finalmente el tres e hizo coro durante el baile.
“Al terminar el baile nos fuimos. Todos andábamos en un carro. Nicolás y los muchachos me decían es un chance para cantar con el Combo. Les dije que estaban locos. Olvídense de eso”.
A los pocos días recibió una llamada de Miguel Marrero, timbalero de El Gran Combo y pensó que era una broma de parte de sus amigos.
“Le enganché el teléfono par de veces. Creía que creía que era una broma. Me dijo que Rafael Ithier me estaba esperando para una audición. Después de engancharle volví a recibir otra llamada y era la voz inconfundible de Ithier. Me dijo que llevaba media hora esperándome. No era parte del Combo y ya me estaba regañando” expresó Jerry con una carcajada.
“Llegué hasta su casa que estaba cerca de la mía y era verdad, me estaba esperando. Le hablé de mí, le dije que estaba estudiando y hablamos un poco. Me dijo que cantara algo y me puse tan nervioso que no sabía que cantar. Al ver lo nervioso que estaba me preguntó si sabía la canción ‘Compadre Juan’. Le dije que sí, y audicioné irónicamente con un merengue”.
Rafa le comentó que entendía era la persona que estaba buscando y lo invitó a ir al estudio de grabación el día siguiente para que cantara y conociera a los muchachos.
“Recuerdo que me pusieron una pista. Allí estaba Charlie Aponte y fue bien atento conmigo. La canción que canté en estudio nunca la grabamos. Me probaron con ella pero nunca la grabamos. Novato al fin dije par de disparates y de momento Rafa paró la música y me dijo: ‘Lo que tú estás cantando no está mal, pero si yo detengo la música ahora y grabo la voz tuya, la gente tiene que bailar con lo que tu dice. Con lo que estás cantando. La cuestión de la clave, lo rítmico. Decir las cosas con cadencia es lo importante al cantar’; y eso se me quedó. Nunca lo he olvidado”.
Jerry sabía que la audición no había sido exitosa. Lo vio en la cara de los compañeros. De regreso a su casa iba en el carro junto a Ithier y tratando de defender su causa le dijo sobre una grabación que tenía cantando con Latin Brass a lo que el director del Combo le dijo se la diera.
“Se llevó el cassette. Lo escucharon en el estudio y los muchachos le decían ese es el hombre que necesitamos. Ithier les ripostó ese es el mismo jíbaro que ustedes decían que no servía. Él siempre tuvo fe en mí, siempre me apoyó y eso vale mucho y no se olvida”, dijo emocionado.

A los 21 años, hizo su entrada a El Gran Combo de Puerto Rico. El primer disco donde participó fue ‘Gran Combo Internacional’, época en que el Combo cumplía 15 años. Entre los temas que interpretó se encontraban ‘Buscando ambiente’, una composición del trompetista y compañero Taty Maldonado. Los otros cortes fueron ‘Está buena ya’, ‘Pide perdón’, ‘Que falta de respeto’ y ‘No necesito nada’, un tema que escribió junto a su hermano Tony Rivas.
Posteriormente llegó su segunda grabación, ‘Gran Combo en Las Vegas’, donde está el éxito ‘La clave y el bongó’. Luego llegó el tercer disco, ‘Happy Days’ y el tema ‘Que le pongan salsa’ y lo demás es historia.
Son muchas las canciones que al mencionar a Jerry llegan a la mente: ‘El menú’, ‘A la reina’, ‘Te regalo el corazón’, ‘Azuquita pal café’, ‘Mujer celosa’, ‘Y no hago más na’ y ‘La fiesta de Pilito’ por mencionar algunas.
Son 43 años con El Gran Combo. Todo comenzó un 19 de abril 1977 en el Club Caborrojeño de Guaynabo. Tras varios meses en el Combo, Ithier le dijo que había sido recomendado por Quique Lucca. Por lo que siempre estuvo agradecido del patriarca de la Ponceña. Con 58 años de historia, El Gran Combo continúa su legado y próximamente realizará una nueva grabación.