Por Jaime Torres Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
Una foto de 1954, en la que aparece con solo un año junto a su familia del Barrio Barros, sector Culebra, de Orocovis, engalana la portada de la primera grabación como solista de Carlos Azael Martínez, conocido por sus 40 años como guitarrista de la Orquesta Criolla Nacional Mapeyé.
“Recuerdos de mi infancia” es el compendio de las vivencias musicales con su familia. Tendría 12 ó 13 años cuando tomó la guitarra en sus manos y, de manera autodidacta, se desarrolló como un virtuoso del diapasón.
“Mi familia y yo nunca hemos tomado clases formales. Esto es pura bohemia, trasnochadas y compartir con músicos mejores que uno para aprender”, relata Carlos Asael Martínez a la Fundación Nacional para la Cultura Popular.
La producción abarca varios géneros y épocas musicales. “Recuerdos de mi infancia”, con la excepción de Edwin Colón Zayas y el chelista Vitín Echevarría, fue grabado por la familia de Carlos Asael.
“Somos tres generaciones en la grabación. Y es como un tributo a mis padres y abuelos porque la infancia siempre la tenemos presente. Quisimos recoger las experiencias y vivencias que no se grabaron nunca para que ahora queden para la posteridad”, explica Carlos Asael, quien incluye piezas en vivo de unas fiestas familiares en la que canta su primo segundo Diego Rivera, fallecido en octubre de 2003.
La producción es una antología de géneros musicales criollos, folclóricos y latinoamericanos como la guaracha, el bolero, el pasillo, vals, habanera, danza, chacarera, huapango y el son jarocho.
“Son los géneros que tocábamos en esa época”, comenta Carlos, que toca requinto, guitarra y cuatro en la secuencia. “Esos ritmos los tocábamos en la familia. Esta es la música que tocaba mi abuelo y hemos ampliado con los géneros que he cultivado con mi generación en distintos intercambios musicales”.
Carlos Asael no solo grabó el repertorio que solía interpretar su familia, sino que redondeó con clásicos como “Amanecer borincano” de Alberto Carrión, “Recuerdos de Borinquen” de Luis R. Miranda, el bolero “Como han pasado los años” de Roberto Livi, la ranchera “Se me olvidó otra vez”, el bolero patriótico “El bambú” de Davilita, “La flor de la canela” de Chabuca Granda y la balada “Amnesia”, popularizada por José José.
“Le di la asignación a cada uno de los familiares y es el repertorio que han aprendido y quisieron cantar cada uno en sus estilos y voces. “El Bambú” lo canta mi primo Ernesto Rivera. Me siento complacido porque cada vez que lo escucho lo disfruto, como cuando lo pone Tito Rivera de madrugada en el 740 AM”.
Otro detalle de la producción “Recuerdos de mi infancia” es su contenido social. A favor del derecho del niño por nacer, Johanna Santiago canta la obra de su madre Josefina Rivera, titulada “Si me hubieras dejado nacer”.
“Es una canción que tiene como 30 años o quizás más. La hizo a raíz de una experiencia con su esposo, que dio un traspié y tuvo un hijo con otra señora y se plantearon abortar, pero los valores cristianos se impusieron porque no tenía culpa la criatura”.
En “Si me hubieras dejado nacer”, grabada mucho antes por el conjunto Flor de Maga de Morovis, y en el bolero “Allí estaba ella”, Carlos Asael incorporó el chelo a las composiciones de Josefina. “Como son letras tristes y melancólicas, de contenido social, sentí que redondeaba la interpretación, con guitarra, percusión básica y el chelo lo cuadra”.
Carlos Asael resalta el rol del maestro Edwin Colón Zayas en la producción. “Sin su ayuda y entrega hubiera resultado de otra manera. Con su esmero Edwin lo depuró, dirigiendo las voces en afinación. La esencia está ahí, pero sin Edwin hubiera sido otra cosa, aparte de que me ayudó en la mayor parte de los cuatros que se escuchan en el disco”.
El disco “Recuerdos de mi infancia” se consigue en el Hogar del Cuatro en Bayamón y en la tiendita de la Fundación Nacional para la Cultura Popular. También lo pueden gestionar directamente con Carlos Asael comunicándose al (787) 390-6995.
“Ha sido un gran logro. Se dice que todo hombre debe tener un hijo, sembrar un árbol y publicar un libro. Yo dentro de mis capacidades he hecho un cedé. Es una realización en mi misión de ser mejor ser humano”.