‘Atabal’: Un Abanderado de alta estatura

Héctor Rodríguez ha sido el único abanderado que mantuvo bajo su custodia la enseña nacional por dos años consecutivos.
En la noche del 21 de diciembre de 2018, Héctor Rodríguez “Atabal” fue proclamado Abanderado 2019 por la Fundación Nacional para la Cultura Popular. (Foto Félix Ayala “Guayciba” para FNCP)

Por Jaime Torres Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular

Cartel oficial de Héctor Rodríguez como Abanderado 2019-2020 de la Fundación Nacional para la Cultura Popular.

Durante dos años ha sido el Abanderado de la Fundación Nacional para la Cultura Popular. Y el 21 de diciembre de 2018 Héctor ‘Atabal’ Rodríguez aceptó el honor con sobrada humildad.

Abanderado, sí, por muchas razones: por su contribución al folclor y a la música afrocaribeña en general; por acercar a la plena a los soneros de la salsa tras su encuentro con su vecino de Tras Talleres, Andy Montañez; por su pasión por la documentación de la historia de la música popular que con tanto celo asumió en Radio Universidad y por su incansable espíritu de investigador y musicólogo sin títulos, como demostró en su libro “Arsenio Rodríguez: Padre de la Salsa en Puerto Rico”, publicación de Ediciones Callejón en que le puso el cascabel al gato al exponer que lo que se conoce como salsa en Nueva York y Puerto Rico se origina de las influencias del Ciego Maravilloso en gente como Larry Harlow y don Quique Lucca.

También es el Abanderado de la Fundación, a mucha honra, por su respaldo a los nuevos talentos. No olvidaré la tarde en que durante la primera década de 2000, para un reportaje especial con motivo del Día de los Padres a publicarse en un diario de circulación general, le preguntamos si era posible que llegara con su hijo Caymmi para una sesión de fotos y entrevista.

Caymmi fue su mejor discípulo y por eso desde que Héctor enfermó asumió el timón de la agrupación Atabal, que en 2013 celebró su trigésimo aniversario, luego de su formación en 1983 y su debut discográfico un tiempo después con el elepé “Del Caribe al Brasil”, un clásico obligado en que Héctor reunió a Peter Torres, Ramón Pedraza, Ramón Muñiz, Polito Huertas, Jorce Arce, Gary Núñez, Modesto Cepeda, Luis Quevedo, Orlando Laureano, Irvin García, Iván González Aulet, Cachete Maldonado, Jerry Medina y otros baluartes de la música popular puertorriqueña.

La bandera que ha sido custodiada a través de una década por 10 figuras abanderadas fue entregada a Héctor por los hermanos Luis y Lisvette Sanz. (Foto Félix Ayala “Guayciba” para Fundación Nacional para la Cultura Popular)

Nuestro Abanderado recibió semejante distinción en diciembre de 2018 de manos de los Hermanos Sanz. El año pasado, por razones que huelgan dilucidar en este ‘In Memoriam’, no pasó la Monoestrellada a otras manos y la retuvo un año más, como una metáfora extrañamente reveladora de cuan digno fue de custodiarla.

En ese momento, en la Fundación Nacional, Atabal expresó que el honor lo sorprendía sobremanera. “Esto sí que no me lo esperaba”, fueron sus primeras palabras.

“Pueden hacer un chiste en lo que llego [al escenario]”, dijo el músico y productor, con su peculiar buen sentido del humor, entonces aun un poco débil tras el implante de médula ósea al que fue sometido en 2018.

En la celebración de la Víspera de la Bandera, Héctor Atabal fue condecorado por su aporte a la cultura popular y su gigantesca estatura humana.

En los momentos difíciles de su tratamiento médico, sus compañeros artistas siempre supieron decir “presente” para apoyarlo. (Foto suministrada)

Con una sólida trayectoria como exponente del folclor, con buenos frutos como el desarrollo de su hijo Caymi en la dirección de Atabal, la publicación de libros, su intervención en programas radiales y una selecta discografía, Héctor unió su nombre a la prestigiosa lista que conforman Ernesto Cordero (2009), Luz Nereida Pérez (2010), Aidita Encarnación (2011), Salvador Rosa, hijo (2012), Norma Salazar (2013), Pijuán (2014), Fernando Abruña (2015), Ivonne Coll (2016), Chucho Avellanet (2017) y Hermanos Sanz (2018).

“Me han hecho otro tipo de actividades, pero ninguna me había tomado de sorpresa como esta. Estoy muy agradecido. Estoy emocionado. Soy un poco llorón y si rompo a llorar aquí se acabó la actividad. Muchas gracias. Los quiero mucho”, dijo Atabal.

En diciembre de 2018 transcurrían los primeros cien días del implante de medula ósea que prácticamente salvó su vida. Aunque su recuperación era lenta, el polifacético Héctor Rodríguez vivía cada día a la vez, siguiendo al pie de la letra las recomendaciones de su oncólogo y cuidando su salud.

“Hay que seguir los consejos del doctor, militarmente sin falla, aunque uno puede fallar en cualquier momento, como una pastilla que se te olvide. Pero todo va bien. Hicimos unas actividades para recaudar fondos porque es la medicina la que te mata porque son carísimas”.

Con alegría Héctor celebró el lanzamiento del disco “Yo soy Atabal” marcando con él una nueva etapa para el grupo musical. (Foto Javier Santiago / Fundación Nacional para la Cultura Popular)

A Héctor le ayudó mucho el saberse amado y respetado por sus compañeros artistas. Se celebraron dos actividades de recaudación de fondos en el Teatro Ambassador y en el Colegio de Ingenieros.

“Estoy bien agradecido a todos ellos y sigo trabajando con Atabal, ya en una cosa más administrativa. Pero en algún momento espero poder tocar porque es una fiebre que nunca se va. Caymmi está dirigiendo el grupo con la ayuda de los demás muchachos y están cogiendo guisos, están tocando”, señaló entonces Héctor al reconocer públicamente la ayuda de Andy Montañez, Danny Rivera, El Topo y Victoria Sanabria, entre otros.

Además, Atabal nunca dio tregua. Para esa fecha lanzaron el cd “Yo soy Atabal”, que proyecta a su hijo Caymmi como director y autor de la canción homónima y de las composiciones “Me dirás que sí”, “Dime San Sebastián” y “Bajamos duro”.

El pasado Día de los Padres a Caymi le sobraron motivos para agradecer la herencia cultural y humana recibida de su progenitor Héctor Rodríguez.

El joven percusionista y compositor representa a su padre en la dirección de la agrupación folclórica que por más de 30 años ha escrito una página brillante en el pentagrama popular nacional.

El inolvidable músico, historiador y folklorista deja en buenas manos lo que es una de sus grandes aportaciones al pentagrama musical del País: Atabal. (Foto suministrada)

Caymmi capitanea a Atabal en su nueva etapa, emprendida tras el lanzamiento a finales de 2018 del EP de seis canciones “Yo soy Atabal”. “Atabal goza del prestigio ante la gente que le gusta los tambores y la música con buenas armonías y voces. No entro a dejar caer ese prestigio. Es una presión y responsabilidad de no fallar ni dejar caer ese prestigio. La música ha cambiado mucho y uno tiene la libertad de experimentar, pero en lo que ha hecho mi padre con la combinación de ritmos y toques de tambores. Tengo un margen creativo pero dentro del nombre que ha forjado mi padre desde que yo era un niño. La gente tiene en mente el nombre y la marca de Atabal como un buen sonido de gran prestigio en Puerto Rico. Mi misión es llegar a gente que no conoce a Atabal y echar hacia adelante el grupo”.

Su primer año de lleno al frente de Atabal lo describe como de aprendizaje y experiencia. Prácticamente ha encabezado la administración del grupo durante el lanzamiento y promoción del ep “Yo soy Atabal”.

“Le preguntaba mucho en lo musical y a la gente en lo que tiene que ver con la parte administrativa, tanto así que llegué a la INTER a estudiar unos cursos de gerencia musical, sobre presupuesto y mercadeo. En la bomba y la plena a veces se trabaja sin presupuesto. Hoy estamos en las redes sociales y Youtube, que no es algo común para las bandas de bomba y plena. Es un reto mover un género que no mueve millones de dólares”.

El orgulloso padre junto a su hijo Caymmi a quien describió como “amigo, colega, discípulo y socio”. (Foto suministrada)

Héctor Atabal se sentía muy complacido y satisfecho con el desempeño de Caymmi, a quien admiraba por su profesionalismo y responsabilidad. Caymmi, aparte de su hijo, fue su amigo, colega, discípulo y socio. Y eso lo agradece a la Vida.

“Musicalmente, el grupo está muy bien. Además de Caymmi, que se ha encargado del grupo, tengo muchos muchachos jóvenes con estudios, a los que les gusta tocar 24 horas al día. Me siento respaldado por todos ellos. Hay mucho cariño en todo esto. El caso de Caymmi es interesantísimo porque a pesar de que su mamá y yo lo expusimos desde niño a todo tipo de música, él decidió rapidito en cuál quería trabajar. Y lo hizo y lo ha hecho con mucho profesionalismo y deseos de aportar. Él, que también ofreció talleres de bomba con Marién Torres, sabe lo que es ser el músico artista y el músico maestro, que son dos cosas distintas. Caymmi me ha dado grandes satisfacciones”.

Que descanse en Paz, Héctor ‘Atabal’.

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