Willie Colón: cerebro musical de ‘Maestra Vida’

(Nota del Editor: Último de una serie de artículos conmemorativos del cuadragésimo aniversario del clásico “Maestra Vida”.)

Por Jaime Torres Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular

Tras el éxito de “Maestra Vida” hay un nombre indiscutible: el del maestro Willie Colón, guía en la conceptualización de los arreglos, orquestaciones y la dirección musical del clásico de la salsa.

El crédito a Colón aparece en el reverso de la producción. (archivo Fundación Nacional para la Cultura Popular)

Si contrario a los álbumes “Metiendo mano” (1977) y “Siembra” (1978), en que Colón encabezó los créditos de la carátula junto a Rubén Blades, en “Maestra Vida” solo aparece el nombre del cantautor panameño, pero en las notas del reverso en letras de tipografía oscura y acentuada se establece que la producción es suya.

Entonces, entre 1979 y 1980, año en que la obra fonográfica en dos partes es distribuida por Fania Records, Colón despuntaba como el productor más solicitado de la escena salsera.

A esa fecha, produjo los primeros tres álbumes de Héctor Lavoe como solista y se había apuntado conceptos innovadores junto a Mon Rivera y Celia Cruz, sin olvidar el clásico instrumental “Baquiné de Angelitos Negros”.

En 1979 produjo su primer álbum como cantante, titulado “Solo”, con una orquestación que combinó la instrumentación de la banda salsera con sonidos y armonías clásicas o de la música académica, logrando el antecedente de la salsa sinfónica.

Willie, que en la sesión de “Metiendo mano” grabó a Rubén en la guitarra acústica, ya estaba bastante familiarizado con las melodías de éste que delegó sus arreglos y orquestaciones en Marthy Sheller, Javier Vázquez, Louie Cruz y Carlos Franzetti (los últimos dos arreglaron para el disco “Siembra”).

Particularmente, el trabajo de Franzetti en las piezas instrumentales “Prólogo” y “Epílogo”, además de su arreglo para “El entierro”, colocan al melómano ante una experiencia sonora semiclásica, muy a tono con las experimentaciones de 1979 en “Solo”, incluso de 1978, cuando Colón incorporó violines al mambo del arreglo de “El Cantante” del lp “Comedia” que le produjo a Héctor Lavoe.

Sin embargo, la sofisticación de la introducción musical de cada volumen, estructurada en el primero en variaciones cuasi sinfónicas de la melodía de “Manuela”, como preámbulo a las narraciones de César Miguel Rondón, da paso a un masacote cónsono con el espíritu jodedor y fiestero del Solar de los Aburridos.

Si bien hay cortes acústicos, como la balada “Yo soy una mujer”, que interpreta la madre de Blades (Anoland Díaz) como empoderamiento de la mujer ante las actitudes macharranas de Carmelo, el tratamiento del primer volumen es más calle, con solos de trombón de Leopoldo Pineda en “Manuela” y de trompeta bajo de Willie Colón en la instrumental “La fiesta”, puerta al rumbón de “El nacimiento de Ramiro”.

Por la naturaleza de su concepto, la segunda parte de “Maestra Vida” es más solemne y triste. Las orquestaciones, las melodías e improvisaciones recrean muy bien la atmósfera del segundo acto: una metáfora de la soledad en la ancianidad, como elocuentemente lo sugiere el mambo de “La Doña” con las campanadas que se escuchan al final; la tragedia de “Carmelo, después” (El Viejo DaSilva) que Blades captura emotiva y sentimentalmente con su guitarra acústica, hasta la espontánea ironía de la tonada de “El velorio”, con un luctuoso solo de armónica.

Aunque, no en la totalidad del concepto de “Maestra Vida”, el concierto “Una Sola Casa: Latinoamérica Unida”, producido por Rafo Muñiz, con la Filarmónica Arturo Somohano, parte de los músicos de Colón y con el primerísimo actor Roberto Rivera Negrón en la representación de Carmelo, documentó para la posteridad el trabajo de Willie Colón en el tratamiento sinfónico que le impartió a la salsa.

Aquella noche de 1981 en la Sala de Festivales Antonio Paoli del Centro de Bellas Artes Willie, incluso, cantó parte de la secuencia del disco “Solo”. En el 40 aniversario de “Maestra Vida” sería injusto no reconocer la valiosa contribución de Colón a este clásico de la historia de la salsa.

Distanciados después de “The Last Fight”, Colón produjo discos para Ismael Miranda, Soledad Bravo, Sophy y continuaría su desarrollo como cantante con álbumes como “Fantasmas”.

Es la historia y se debe contar tal cual es: “Maestra Vida” tuvo un genio compositor en Rubén y en Willie un avezado productor musical.

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