Urge un reenfoque cultural

Por Vicente Toledo Rohena
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular

Por varios cuatrienios, hemos percibido la falta de planes concisos de quienes tiene la obligación de establecer una política pública sobre el enfoque cultural de Puerto Rico. Dejadez, falta de visión y agendas personales de algunas personas, pueden ser razones para relegar el quehacer cultural nacional.

Desapariciones de obras de artes, deterioro de estructuras que forman parte del patrimonio nacional; y hasta la falta de enseñanza en los planteles educativos de ese toque de cultura tan necesario para forjar hombres y mujeres orgullosos de sus raíces. En la búsqueda de contestaciones a muchas preguntas y de rutas a tomar para desarrollar un reenfoque en al ámbito cultural, entrevistamos al actor Luis Enrique Romero para traer una vez más sobre la mesa éste tema. Aprovechando lo multlifacético que es como hacedor cultural Romero –actor, cantante, músico, escritor teatral, escritor de poemarios- nos enfrascamos en un diálogo interesante.

“A mí se me ocurre pensar que la razón por la cual en Puerto Rico no se le ha dado la importancia a lo que son los elementos culturales nuestros, entre otras cosas, está un sentimiento de inferioridad en algunos grupos que con la pretensión de querer ser otra cosa que no son, piensan que para lograr eso hay que relegar la realidad de lo que somos”, detalla con pausa el artista.

Recordó escuchar una vez a un gobernante decir que nuestra cultura era piezas de coco y vasija de higüera. Que a eso se circunscribía nuestra cultura, a lo que comentó indignado “que denota una completa ignorancia de lo que es el patrimonio cultural nuestro. Nosotros somos una nación constituida… hay gente que coincide que desde el siglo 19 aquí existe una personalidad puertorriqueña, pero si nos remontamos atrás, aquí hay expresiones taínas y hallazgos antropológicos que confirman y son parte de lo que somos, la nación puertorriqueña”.

Romero expresó que hay otros que piensan que favorecer el desarrollo de la cultura los ubica en contra del favor de otro sector que lo señalaría, porque lo proyectaría como un compromiso político partidista.

“Es por eso que no promueven una política pública sobre la cultura. Por otro lado, la cultura siempre ha servido para cuadrar presupuestos. ¿De dónde hay que cortar para cuadrar presupuesto? Vamos a quitar de cultura”, dijo Romero, que aunque nació en Santurce, creció en Manatí y aspiró a la alcaldía de ese municipio en 1980, por el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP).

Señaló que es una lástima que esa política pública no se establezca, cuando Puerto Rico es un país que se manifiesta a través de sus músicos, artistas, deportistas, científicos y hasta la gastronomía.

“Me hace pensar, que estas personas que nos han gobernado creen que la cultura es solamente literatura o Bomba y Plena… nuestra cultura es mucho más que eso. No reconocer eso es ignorancia. Es responsabilidad del estado promover nuestra cultura”.

El artista explicó que también es necesario tener una visión de que la cultura puede aportar en otros sectores como el turismo y la economía. Como parte de recomendaciones enfatizó en lo mucho que se podría lograr con el canal del gobierno, WIPR como un vehículo cultural, claro está, reenfocándolo a las nuevas generaciones.

Romero hizo una retrospección a los años de su niñez, a lo que apuntaba su enseñanza en ese entonces.
“Hemos visto como se han eliminado las clases de arte en el Departamento de Educación, lo que se refleja hacía un deterioro de nuestra personalidad colectiva”.

Recordó que cuando estaba en tercer grado, había interés por el estudio de la poesía. En ese grado de estudio, conocía quién era José de Diego, José Gautier Benítez, otros poetas puertorriqueños; y hasta poesía latinoamericana.

“Por lo tanto la educación es vital. Si no hay conocimiento no hay cultura… no podemos desarrollar vínculos de respeto hacía la identidad. Para que el desarrollo cultural sea efectivo, hay que establecer unos lazos por el Departamento de Educación fomentando la enseñanza de la historia de Puerto Rico y el estudio de las artes. Recuerdo que antes había clases de canto, música, teatro y de todas esas disciplinas participé. Ahí veo que el País adolece de una política pública cultural, porque desde la enseñanza está la clave. Hemos rendido la enseñanza de la cultura a un asunto político partidista. Cuando se llega a eso se ha tomado la cultura para separar un lado de otro”, terminó diciendo.

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