‘Estadity’: un retrato veraz

“De pie, cantar, que vamos a triunfar.
Avanzan ya banderas de unidad,
y tú vendrás marchando junto a mí
y así verás tu canto y tu bandera florecer.
La luz de un rojo amanecer anuncia
ya la vida que vendrá.”

(El pueblo unido, Sergio Ortega Alvarado)

Por Alina Marrero
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular

En los tiempos de Vea, Teve Guía, Estrellas, Estrellitas, y unas cuantas, demasiadas, muchísimas, revistas de farándula más, nos enterábamos hasta del bautismo de la muñeca del perro de la asistente de la protagonista de la telenovela en el estacionamiento de Telemundo. Los actores “hacían nuestros días”. Y parece ser, a pesar de la competencia cibernética, que el asunto de “hacer nuestros días” tiene que ver con salir en televisión. Hoy, los noticiarios han sustituido las telenovelas, los titulares de los periódicos han sustituido las revistas de farándula, y los políticos a los actores. Hoy, “hacer nuestros días” se debate, en esta esquina, entre las telenovelas turcas y, en la otra esquina, enterarnos de la combinación de traja, tacas y mascarilla de la gobe, el variado menú de llanto de la alcaldesa, las bolitas y las rayitas del lacito del secre de educación, el color de la pañoletita del senador independiente y lo último en la avenida de la corrupción. La oferta politiquera no descarta el drama, la comedia, la tragicomedia, la vanguardia, el romance, la acción, la improvisación y los fantasmas. Nos atrevemos a asegurar que nuestros políticos superan el rating. Porque nuestros políticos, histriónicos sin parangón, son más creativos, espontáneos, naturales y sus libretos son insuperables. La oferta abarcadora es más tentadora en estos tiempos de claustro. Para mantener nuestra atención han triplicado los esfuerzos de competencia. Además de encender el televisor, la tenemos de fácil acceso por Twitter, Instagram, Facebook, etc., etc., etc. Pero no nos confundamos, la taquilla no es libre de costo. El pueblo siempre paga.

Además de mantenernos entretenidos, nuestros políticos nos motivan e inspiran. ¡Qué seríamos sin ellos! Cuando, hace poco tiempo atrás, el representante novoprogresista por el distrito 7 de Bayamón, honorable Luis “Junior” Pérez Ortiz, soltó por su boca de comer, cual palabra dominguera en lengua inglesa, “estadity”, como traducción de la palabra en español estadidad, no sabía que su disparate era lo mejor que le podía pasar a todos los creativos que lanzaron sus memes y parodias en los distintos medios. Los puertorriqueños afilamos los lápices hasta con los dientes. Aquello estaba “haciendo nuestros días” de una manera deliciosa, tanto que son muchos los que ya olvidaron que estadidad en inglés se traduce como “statehood”. Después de ver la propuesta del actor, director, dramaturgo y empresario, Ángel Vázquez, en su espectáculo virtual “Estadity”, hay una sola verdad. Para los independentistas, estadolibristas, nacionalistas, conservadores, liberales, anarquistas, socialistas, comunistas, estadistas y veganos puertorriqueños, decir “statehood” será cosa del pasado.

El espectáculo musical virtual de sátira política, estuvo disponible para el público desde el pasado jueves 27 de agosto hasta el lunes a la medianoche. Las personas pudieron disfrutar de esta experiencia, a la hora de su preferencia, y esto, a nuestro entender, es un conveniente atractivo de venta. Además, por un precio verdaderamente módico, toda la familia se puede entretener desde sus pijamas en casita. En esa conveniente realidad, tuvimos la experiencia de “Estadity” el pasado sábado 29 a las 8:45 de la noche. Lo que vimos nos divirtió y nos conmovió.

“Estadity”, original de Ángel Vázquez, tiene el atractivo inteligente del vaudeville brechtiano y cuadra a la perfección con la definición de operetta. El hilo “absurdo” (hasta Ionesco se quita el sombrero) que hilvana las canciones nos da la razón: Puerto Rico es una barcaza (Moronavirus Of The Sea) a la deriva en aguas de colonia con peligros de zozobrar, asechada por pirañas, piratas de la Legislatura, tiburones, peces blancos, y sin la más mínima noción del sentido de unión. Cada cual rema para su lado con fuerza hiperbólica. No nos resulta difícil ver el cuadro. El efecto de la causa de falta de unión es el estancamiento, antesala de la zozobra. La barcaza es azotada por el mal tiempo, y marejadas truenos y centellas de corrupción, y ojo, no se dice pandemia, se dice guandemia (alusión al nombre de la gobe: Wanda = Guanda). En esas, los desesperados tripulantes desunidos lanzan al agua una botella de cristal en cuyo contenido hay un papel donde han escrito la palabra “Estadity”, a ver si alguien la agarra en las costas de Estados Unidos.

Las canciones son las estrellas fulminantes en esta aventura de hora y cinco minutos de calidad. Suceden como parodias, una casi detrás de la otra, y según van apareciendo es la gradación de originalidad. En esas sátiras tampoco se salva el ELA, ni Bathia, ni Roselló, ni Rosellito, ni la gobe, ni Abel Nazario, ni el toque de queda, ni nosotros, residentes de “la misma”. La letra de esas canciones, originales de Vázquez, se sobre imponen a melodías de conocidos temas interpretados por Chayanne, Ricardo Arjona, los Beatles, Roy Brown (inolvidable “pa’ la panza, pa’ la panza”), Bad Bunny y Andrés Jiménez, entre otros. Esos unitarios dentro del fascinante melodrama, son los látigos de las verdaderas intenciones del autor: punzantes comentarios sobre la absurda realidad política y social puertorriqueña.

Destacamos la canción “Estadity”, original de Ángel Vázquez con música de Carlos “Tato” Santiago, interpretada por el propio Vázquez vestido de su concepto de la Estatua de la Libertad. La combinación de letra y melodía hacen de esta canción una muy pegajosa y súper simpática que deja con deseos de escucharla otra vez y cantarla con él. Destacamos, entre laureles, la canción “El pueblo unido”, letra y música del compositor chileno Sergio Ortega Alvarado en conjunto con la banda Quilapayún. La historia del título de esta canción se remonta a la década de 1940, cuando el colombiano Jorge Eliécer Gaitán usó la frase “el pueblo unido jamás será vencido”. La canción fue grabada en un concierto de Quilapayún en Santiago, en 1973, tres meses antes del golpe de estado de Augusto Pinochet. Hermosa sin precedentes, conocida en muchos países y cantada por miles de personas a la vez en tantas manifestaciones, aun en nuestros días, fue interpretada con sinceridad conmovedora por el elenco, en el punto elevado de sensibilidad del espectáculo.

La música en vivo de “Estadity”, a la brillante batuta toda corazón de Carlos Santiago (tecladista), arreglista también de las canciones, brindó matices de colores al espacio. ¡Bravo, maestro! Con el director fulminaron también los destellos de talentosos músicos: Sammy Marrero (bajo), Nitayno Urayoan (batería), Nicolas Santiago (flauta trompeta clarinete y saxofón), Yezenia Cruz y Eduardo Villanueva (cantantes).

El elenco de “Estadity” estuvo integrado por excelentes actores de trayectoria en el teatro en Puerto Rico: Ernesto Javier Concepción, Mario Roche, Cristina Soler, René Monclova y Carmín Boisolie, a quien nos alegró volver a ver en un escenario. Sus deliciosas y cortas participaciones estuvieron a la altura de lo mejor. La mayor parte del espectáculo recae en la actuación de Ángel Vázquez, quien, además de ser un artista inteligente, hizo despliegue de sus tantas habilidades. Vázquez se divirtió más que nadie, cantando y bailando casi todo el tiempo en escena, con mucha chispa y realidad.

Todo lo puesto en escena en calidad de ambientación y escenografía tuvo sentido. Las proyecciones del Titanic a medio hundir y las ovaciones, en colores y en blanco y negro, en teatros repletos, (metáfora paradójica de teatros cerrados en estos momentos) fueron comentarios certeros. El tráfico escénico fue sencillo, casi estático, pero efectivo y a favor de la grabación. La misma sencillez efectiva fue llevada al vestuario y a la iluminación. El montaje de “Estadity”, entre teatro, cine y televisión, ofrece una buena alternativa, para el público y los artistas, en tiempos de “guandemia” donde hacer teatro presencial tiene sus riesgos.

Completan los créditos, Bryan Villarini (pelucas), Abby Vargas (maniquí), Manolo Castro (luces y sonido), Manon Alondra Barrera (asistente), Carmín Boisolie (regidora de escena y coordinadora de medios, Gilo Rivera (filmación) Fabiola Vázquez y Roberto Boyer (equipo de producción), Gilo Rivera hijo y Juan Martinez (edición especial).

“Estadity”, transmitida a través de gilotv.com, fue dedicada a la memoria de Ángel Vázquez, padre, antes de que la cara sonreída del actor, director, dramaturgo y empresario, Ángel Vázquez, hijo, apareciera en pantalla para decirnos: “Regresaremos, es una amenaza”. Y nosotros estaremos felizmente aterrados esperando ese regreso, porque nos dijo un pajarito pandémico, el mismo pajarito que nos dijo que la producción fue vista en Estados Unidos, Canadá, Latinoamérica y Europa, que “Estadity” regresa pronto.

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