Por Javier Santiago
Fundación Nacional para la Cultura Popular

Ocurrió en marzo de 1970…
Una joven de figura angelical, bajo el nombre Nydia Caro, nacida en el corazón de la diáspora boricua (Nueva York), llegó a Colombia para representar a Puerto Rico en el Primer Festival Internacional de la Canción en Bogotá.
En aquellos días el mundo artístico hispano vivía la efervescencia de la proliferación de competencias musicales en distintos puntos de las Américas. Justo un año antes, Puerto Rico había ganado el Primer Festival de la Canción Latina del Mundo celebrado en el Teatro Ferrocarilero de la Ciudad de México. “Genesis”, obra del compositor Guillermo Venegas Lloveras, interpretado por Lucecita Benítez, con arreglo musical de Pedro Rivera Toledo, arrasó en la competencia ganando premios a la Mejor Canción y a la Mejor Intéprete Femenina.
Meses más tarde – en el verano de 1969 – Charlie Robles, tras completar su servicio militar obligatorio, hacía lo propio en el Festival de la Canción de Miami. Allí se ubicó en la cima con el tema “Juan” de la cantautora venezolana Gloria Martin.
Dentro de toda la proliferación de competencias que despuntaban para la nueva década, Colombia nos dio la tercera oportunidad en un año para probar de qué estábamos hechos… Y Nydia cumplió a cabalidad con tan importante misión.

El 2 de marzo de 1970 el periódico El Mundo destacaba en titulares de primera plana el nuevo triunfo de Puerto Rico en el mundo. “Hermano tengo frío” de la cantautora Karmen Mercado, con arreglo del maestro Lito Peña había dominado ampliamente en la competencia donde también participaron cantantes como César Altamirano y Niní Cáffaro.
En plena era de la guerra de Vietnam, y en días de intensas manifestaciones en la Universidad de Puerto Rico contra el militarismo, su autora se convertía en la primera mujer en el País que componía un tema de corte social de protesta.
“Esa canción no es mía; es de Dios”, exclamó al ser abordada por la prensa quien en aquel momento, con su guitarra en la mano, recibía exposición en escenarios como el Ocho Puertas del Viejo San Juan y en programas televisivos que estelarizaba su tío, el actor y astrólogo Walter Mercado. Esto sin olvidar que, al raíz del triunfo, fue una de las primeras jóvenes a la que el Instituto de Cultura Puertorriqueña le editó un disco como parte de su serie de música popular.
Junto al tema de Karmen, Nydia interpretó “Pongo el mundo en las manos de un niño”, de Raoul González. Era éste otro número de protesta que cumpliendo con las reglas de la competencia, completaba la dupleta encabezada por la representante boricua en el Festival de Bogotá.

Raoul, figura del mundo de los centros nocturnos de la época, despuntaba entonces como una talento versátil de mucha genialidad; un showman del espectáculo que abordaba con innegable dominio lo mismo un tema teatral de Broadway que números humorísticos de sátira política de su propia inspiración.
Tras el triunfo en Colombia y un recibimiento espontáneo en el Aeropuerto de Isla Verde con su encuentro en la prensa en el hotel San Jerónimo, el trabajo de Nydia se concentró mayormente en la televisión boricua.
La entonces Chica Love (de una línea de cosméticos de la época) no viajó de inmediato como fue el caso de Lucecita a raíz del triunfo con “Génesis” quien realizó una gira artística por México, Argentina, Perú, Estados Unidos y España. De hecho su disco editado bajo los sellos Ticco y RCA Víctor en Estados Unidos – con reedición de Hit Parade en Puerto Rico – no tuvo la repercusión esperada en el mercado internacional.
Ciertamente la proliferación de festivales regionales en esos inicios de la década de 1970 disiparon un poco la efervescencia que alcanzó Lucecita con el de México, o los triunfadores de las competencias tradicionales de Europa: Benidorm, San Remo y Eurovisión. Estos últimos, en la mayoría de los casos, con solo ganar se aseguraban un pasaje a la internacionalización en años en que no existía el mercadeo de la globalización.
Mas el triunfo de Nydia en Colombia marcó un momento de importancia para su carrera. Bogotá fue a todas luces una plataforma de preparación para el lanzamiento de una conquista posterior. La proyección de su imagen a través de la pantalla chica fue motor importante en su plan. El mundo publicitario capitalizó con ella en campañas testimoniales. Su dominio del inglés la convirtió en una de las figuras consecuentes en los escenarios hoteleros como Club La Ronda del hotel La Concha y el centro nocturno del Sheraton. Y su contratación por el sello Alhambra, representado en Puerto Rico por Ricardo Fábregas, marcaría su ruta inequívoca hacia la cima de la popularidad.

Como puerta de entrada, sus estrategas movieron las fichas logrando que Julio Iglesias le entregara el tema “Vete ya” para que fuera su intérprete en el Festival de Benidorm en España. La estrategia rindió frutos: aplausos de la crítica y un honroso tercer lugar para el cantautor en la competencia.
Con “Vete ya”’ en la mano, el lanzamiento de su debut en el sello que editaba la multinacional Columbia (CBS) en la Península Ibérica comenzó su plan de conquista. A paso firme y contundente Nydia penetró la radio musical popularizando temas como “No pudo ser”, “Charly” y “Amigo despierta”. Pero junto a ellos “Cuéntale”, en noviembre de 1973, se convirtió en el más resonante acierto de su primer disco para el sello Alhambra en Puerto Rico.
España, que vivía entonces los años finales de Franco, le dio espacio en sus ondas y en las revistas como Hola y Semana se asomaban esporádicamente el rostro y el nombre de Nydia Caro. Y sin que casi se diera cuenta, la artista se convirtió en un eslabón importante del intercambio artístico que se generó en ese momento entre la llamada Madre Patria y Puerto Rico.
Mientras sus discos se distribuían en la Península Ibérica por Columbia, Caro compartía estelares en la televisión boricua con el entrevistador español de moda José María Íñigo, en el recordado programa “Estudio 2” de Telemundo. Aquí era anfitriona de muchas de las figuras que ya había conocido en España. Allá ya era un ejemplo a seguir por algunos de los nuestros que intentaban cruzar el charco para triunfar.
Con su base claramente establecida llegó entonces su oportunidad de representar a Puerto Rico en el Tercer Festival de la OTI… Lo demás es historia.
El OTI, celebrado en la Ciudad de México en 1974 la catapultó a primeros planos de la popularidad. Y por la exposición lograda desde la competencia – transmitida vía satélite a millones de televidentes del mundo ibérico, – su triunfo fue de gran repercusión internacional.

Ciertamente, no faltaron detractores al mensaje de su canción. Si bien la protesta había sido vehículo oficial de prácticamente todos los triunfadores de eventos similares, en 1974, la contraprotesta encontró en “Hoy canto por cantar” un tema que rompió con los parámetros establecidos hasta el momento.
Las críticas proliferaron desde los movimientos de conciencia política y social de la época, mientras en las listas de éxitos de numerosos países ascendió a primeros lugares de la popularidad. De esta forma se convirtió en una pieza histórica – y antagónica – dentro del complejo rompecabezas de la canción popular en dicha década.
Pero más allá de esta controversia, el OTI selló de manera contundente el pasaporte triunfal de Nydia Caro como la cantante puertorriqueña que más logros alcanzó en festivales de la canción. Al triunfo espectacular que se le dio en México, le anticipaban ya su participación como invitada de Viña del Mar en Chile, y su asomo a Benidorm con un tema de Julio Iglesias. Pero ante todos estuvo ese punto de partida en aquella noche del primero de marzo de 1970, en que le entregó a Puerto Rico su primera conquista internacional.
(Fuente de investigación: Biblioteca Juan Ortiz Jiménez de la Fundación Nacional para la Cultura Popular)