Por Javier Valentín Feliciano
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
Desde muy joven Gloria M. Cobián comenzó a trabajar como modelo de revistas, televisión y pasarelas. En el campo de la moda lució creaciones de Fernando Pena, Carlota Alfaro, Luisa Matienzo, Rosalía Rivera, Mojena y Martin. Se inició en la agencia Polianna y luego se convirtió en maestra en la propia academia.

“Estudié con la comediante Marlene Gual y su mamá siempre estaba en las actividades que hacíamos las estudiantes del Colegio Puertorriqueño de Niñas. Un día en nuestro salón planificamos un desfile de modas y a mí me tocó desfilar porque era alta y muy flaca. La mamá de Marlene insistía en que yo servía para modelo y me dijo que me recomendaría a Ana Santiesteban porque era su amiga. De ahí en adelante, me sugirieron que tomara clases de modelaje”, expresó.
A partir de 1952, hasta el presente, Puerto Rico ha estado representado en el concurso Miss Universo bajo el mando de diferentes tenedores de la franquicia. No obstante, en 1965, Gloria M. Cobián se convierte en la primera puertorriqueña en lograrlo, bajo la batuta de Ana Santiesteban. Previo a esa fecha, algunas de las concursantes acudían a la academia de la afamada Creadora de Reinas a tomar cursos o adiestramientos, como parte de los premios o por exigencia de los anteriores tenedores de la franquicia.
“Yo fui la primera boricua que preparó Ana para el concurso Miss Universo. En los años anteriores las preparaba para el Miss International Beauty y en mi año, ella adquirió la franquicia para el Miss Universo. Yo estaba en su casa cuando recibió la llamada desde Estados Unidos. Ella estaba muy pendiente a esa confirmación. Siempre ha habido confusión con ese particular, pero yo fui la primera. Lo supe porque en ese momento yo trabajaba en su academia como maestra”, aclaró Gloria.
Ella y varias de sus compañeras modelos de la agencia fueron invitadas por Ana para que formaran parte del concurso. Además, a través del periódico El Mundo se convocaba a las jóvenes a participar. En ese momento, aunque Gloria nació y se crió en San Juan, todavía no se competía por pueblos. A partir de 1973 se comenzó a concursar por pueblos.
El gran secreto de Gloria –
Sin embargo, Gloria guardaba un gran secreto: su padre se oponía tenazmente a que concursara, pues lo consideraba una pérdida de tiempo y dinero. Su madre siempre la respaldó en sus planes y la acompañó a los eventos previos a la competencia final. Participó sin consultárselo. Quienes únicos lo sabían era un amigo que la acompañaba y su mamá.

Llega la noche final en el Hotel Juan Ponce de León en San Juan (hoy Hotel Condado Plaza), mientras su padre estaba en casa, Gloria se encontraba en el escenario aguardaba el resultado final y su mamá aguardaba con emoción entre el público. Temerosa por la reacción de su papá, lo único que anhelaba era que no fuera la seleccionada.
Ya tomada de manos junto a Lidiette Reyes, quien resultó primera finalista, le dijo: “Deseo que seas tú la que gane”. Pero la suerte estuvo de su parte y esa noche Gloria se convirtió en Miss Puerto Rico 1965. Hoy en día, Reyes es una de sus mejores amigas, se visitan con frecuencia y es ex esposa de uno de los hijos de Santiesteban. Acto seguido de haber sido anunciada como la ganadora, a Gloria le correspondió la difícil tarea de comunicarle la noticia a su progenitor.
“Hola papi, te llamo para decirte que acabo de ganar el concurso Miss Puerto Rico. Necesito que te vistas y vengas rápido al hotel porque la prensa está aquí y quiere conocerte, además de que debemos tomarnos una foto contigo y con mami, que me está acompañando”, le reveló la soberana a su padre durante la conversación telefónica.
Don Sergio Cobián Miró llegó al hotel, su hija se acercó con su mamá y en ese momento cuando la contempló con la cinta y la corona de Miss Puerto Rico, se le quitó el coraje, incluso hasta compartió con el jurado y después la apoyó con mucho entusiasmo.
Gloria no tenía traje de gala para la noche final, utilizó uno prestado de la diseñadora Rosalía Rivera, color verde en hilo y con una capa en organza que lució durante el desfile, pero luego se la quitó. Al frente, tenía un lazo de shantung en seda. Sus premios consistieron en un alfiler con piedras preciosas, un abrigo color gris, le regalaron zapatos y le prestaron un auto hasta que salió para el concurso.
Esa noche también, le confirieron el título de Miss Criolla, en representación a la marca de una cerveza con el mismo nombre, fundada por un grupo de cubanos y puertorriqueños. Además, Gloria es hija de un militar de la Guardia Nacional Aérea de Puerto Rico, por lo que obtuvo el título de Miss Guardia Nacional 1965. De hecho, el día que ella salía para el aeropuerto fue escoltada desde su casa por un grupo de militares, entre ellos su tío y su papá. Recuerda que un nutrido grupo de vecinos la esperó a las afueras de su hogar para despedirse, incluyendo unos niños residentes de su calle que corrieron detrás del carro. Luego, ellos se convirtieron en adultos, pero todavía, cuando la encuentran en la calle, le mencionan ese día.

A pocas semanas de haber sido seleccionada, Gloria tuvo que partir a Miami para la competencia final. Allá conoció a Juana “Jeanine” Acosta Cohen, Miss México, que se convirtió en su compañera de habitación. En esos días de participación se hizo muy amiga de las concursantes de Panamá, Costa Rica, Uruguay, Curazao y Grecia.
“Para competir en Miss Universo exigí como condición que el traje de gala me lo hiciera una diseñadora a la que le había modelado sus vestidos en muchas ocasiones. Me encantaban sus diseños porque me quedaban a la medida. Yo quería que la diseñadora Rosalía Rivera, que vivía en Bayamón, me hiciera el traje de noche, y ella me lo confeccionó. Me lo enviaron por correo a Miami y me quedó precioso”, relató.
El vestido confeccionado para esa noche final fue uno color crema, que llevaba una vistosa capa de bolero que resultó ser el mismo que utilizó para coronar su sucesora cuando regresó a Puerto Rico. Rosalía Rivera vistió por muchos años a la ex Miss Universo, Deborah Carthy Deu, durante los concursos de Miss Puerto Rico que ella animó junto al periodista Pedro Zervigón, bajo la franquicia de Santiesteban.
Ese año, Santiesteban convocó a diferentes diseñadores para que auspiciaran a la nueva embajadora en el universo y entre ellos se encontraba Carlota Alfaro, quien estuvo a cargo del traje típico y de otras creaciones que hizo brillar Gloria durante el concurso. Lució un hermoso vestido ceñido al cuerpo con una pequeña cola que recordaba a la cultura andaluza, que llevaba una falda con tres grupos de encajes, en cuello uve, sin mangas, con una amapola grande color roja en la cintura. Y en sus manos cargaba un abanico.
No entendían su cabello –
Pero Gloria tenía un grave problema con las estilistas y maquillistas que la organización tenía asignada para las concursantes. Y era que no entendían su cabello, tampoco le gustaba cómo ellos la maquillaban. Gloria optó por maquillarse ella misma, ya que durante su carrera como modelo aprendió a hacerlo a la perfección. Sin embargo, con su cabello era otro cantar.

“No entendían mi cabello. Casi siempre lo lucía recogido y alto en la parte de arriba. Aparte de que luce muy elegante cuando modelas en una pasarela. Los estilistas lo movían para un lado, para otro y no lograban arreglármelo. Ya me estaba preocupando cómo me iba a peinar para la noche final. Para tan buena suerte, que unos días previos al concurso nos llevaron a una parada en Miami. En el público me encontré a Nancy Hanks, la hermana de Bárbara, una compañera de estudios del Colegio Puertorriqueño de Niñas. Rápido me salí de donde estaba y corrí a saludarla, le dije el hotel donde me hospedaba. Se comunicó conmigo; ahí me entero que ya estaba casada, residía en Miami, y había estudiado estilismo. Le conté mi situación y de inmediato se ofreció a arreglarme. Me sentí feliz porque había encontrado quien me peinara el día del concurso. Saqué un permiso con mi chaperona, con quien había hecho buena amistad, y ese día Nancy me pudo peinar. Me sentí orgullosa de que otra puertorriqueña me arreglara para la noche final”, relató Gloria.
La ganadora del título de Miss Universo 1965, fue Apasra Hongsakula, representante de Tailandia. La primera finalista fue Finlandia (Virpi Miettinen). Compitieron alrededor de 57 concursantes en el Miami Beach Auditorium. Cuando se reveló el nombre de la triunfadora, la representante de Francia, Marie Therese Tullio, se puso furiosa al concluir el evento porque entendía que Miss Tailandia no debió prevalecer en la competencia. El invitado especial de la noche fue el cantante Pat Boone y Gloria se acuerda de las canciones y hasta las canta con naturalidad.
“Muchacho, fueron dos semanas dale que te dale, me aprendí todas las canciones y todavía las recuerdo. Conservo las letras y hasta las partituras”, destacó entre risas.
Coronó dos veces –
En 1966, Gloria le pasa su título de Miss Puerto Rico a la joven modelo Carol Bajandas, ex compañera de clases en el Colegio Puertorriqueño de Niñas y ex compañera de trabajo en Trans Caribbean Airways. Una vez Carol compite al año siguiente en el Miss Universo 1966, se muda a California y no podía asistir al concurso. Entonces, Gloria recibe nuevamente la invitación de Ana para que coronara a Miss Puerto Rico 1967.
La ganadora de ese año fue Ivonne Coll, quien más adelante se convertiría en una consagrada actriz de teatro y de televisión, además de cantante y animadora de televisión. Aparte de conservar la amistad de Ivonne y de su madre, la respetada estilista Rosita Mendoza, conoció a otras Miss Puerto Rico, entre ellas Beba Franco y a Sonia Stege Chardón. Cuidó cuando pequeña a Marylene Carrasquillo, Miss Puerto Rico 1968, y a sus dos hermanos menores.
Entre la educación y el derecho –
Una vez termina su paso por el destacado concurso de belleza, Gloria se dedica de lleno a los estudios universitarios en la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras. Su papá le insistía en que estudiara Comercio, pero una vez tomó el curso de Contabilidad, comprobó que los números no eran de su agrado y se cambió a la Facultad de Ciencias Sociales, donde realizó dos bachilleratos uno en Sociología y otro en Ciencia Política, ya que tenía en perspectiva estudiar Derecho. También completó un tercer bachillerato en Educación en la Universidad Interamericana.
Más adelante, ya casada con su esposo, Hiram Negrón García, se mudó a los Estados Unidos, en donde cursó estudios de maestría en Administración Escolar en Long Island University. Además, se certificó como maestra de inglés como segundo idioma (conocido como ESL). Enseñó en todos los niveles desde la escuela elemental, intermedia, superior y en la universidad.
En Fordham University comenzó estudios doctorales, pero no los terminó porque ella y su esposo se mudaron de nuevo a Puerto Rico. En 1985 comienza estudios en Derecho en la Universidad de Interamericana; le faltaron dos años para concluir la carrera de abogacía y en ese momento queda embarazada de su cuarto hijo. En Puerto Rico, laboró en el Departamento del Trabajo y más adelante se dedicó de lleno al hogar. Sus estudios no terminan ahí, ya que ha tomado clases de vitrales, decoración y todo lo que se le presenta.
A punto de reencontrarse con Miss Curazao-
Ya en plena madurez, ella y su esposo se han dedicado a viajar cuando el tiempo lo permite. En uno de esos viajes en crucero, hicieron una parada en Curazao y trató de contactar a su compañera Ninfa Elveria Palerm, estuvo a punto de llegar al lugar donde se encontraba, pero de inmediato tuvo que regresar al barco porque ya era hora de abordar. Posteriormente, Palerm se convirtió en animadora de un programa de televisión en su natal país.
“Mi juventud fue preciosa, a pesar de que no había mucho dinero, me la disfruté completa”, finalizó.