Por Jaime Torres Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
En un ambiente de camaradería y fraternidad, abuelitas y abuelos; adultos, jóvenes y niños disfrutaron del tradicional Velorio de Reyes en el Centro Cultural de este pueblo del Norte de Puerto Rico.
El Conjunto Típico Moroveño, fundado por el centenario cuatrista Iluminado Dávila y dirigido hoy por Joe Torres, le cantó a la Epifania un puñado de aguinaldos inspirados en el misterio celebrado la víspera del 6 de enero.
La tradición de los Velorios o Promesas a los Reyes es una de las estampas más representativas de la resistencia nacional ante la asimilación y transculturación norteamericanas.
Hubo un tiempo, ante el cambio de soberanía española a la estadounidense que acarreó la Guerra Hispanoamericana de 1898, que la celebración de los Reyes fue proscrita en Puerto Rico, pero la perseverancia y el coraje de las mujeres de la época, junto a los párrocos, mantuvo viva esta costumbre de la religiosidad popular, según informó la Dra. Martha Quiñones Domínguez, presidenta de la junta del Centro Cultural de Barceloneta y quien coordinó la actividad junto a colaboradores de la comunidad, como Mara Rivera Cardec, George Davis Santiago, Elsa Nydia Figueroa Rios, Nydia, Yita, Martha S, Héctor y otras personas.
Luego de un Padre Nuestro y un Avemaría, el Conjunto Típico Moroveño le cantó a los Reyes y al final se improvisaron décimas en torno al pie forzado “La paz para Puerto Rico”.
La alcaldesa de la municipalidad, Wanda Soler Rosario, saludó a los presentes con entusiasmo y estuvo casi hasta el final de la promesa.
No faltaron refrigerios, como el popular coquito, picadera y al final un rico caldo de pollo.
El altar de los Reyes, representados por vecinos de la comunidad, incluyó una talla, luces multicolores, tres sillas y un fondo alusivo a la Epifanía.
Mas el Conjunto Típico Moroveño, con sus trovadoras y el maestro Joe Torres en el cuatro, le impartió a la promesa la solemnidad religiosa del aguinaldo que, en sencillas decimillas, recrea la escena de la adoración de los Reyes al Niño Jesús.
Fue una velada amena, familiar y de una gran pertinencia cultural, posible a las auspicios del Instituto de Cultura Puertorriqueña, el Municipio de Barceloneta y el propio Centro Cultural.
Los Reyes obsequiaron golosinas y se retrataron con los presentes. Pero más allá del simbolismo de esta tradición cultural, hubo personas que, por su receptividad a las letras de los aguinaldos, aprovecharon para pagar sus promesas en una jornada de alegría, paz, hermandad y esperanza por un mejor Puerto Rico.