Guersom y la franqueza del trovador

Por Edgar Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular

Para el trovador cagüeño Guersom Josué Báez Fonseca haberse convertido en el Trovador Nacional de Puerto Rico de 2019 es “un orgullo”, porque ese festival del Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP) lleva celebrándose 51 años.

El joven trovador cagueño resultó vencedor en la pasada edición del Concurso Nacional de Trovadores celebrado en Comerío. (Foto suministrada)

“A diferencia de otros certámenes donde la competencia es de un solo día, aquí se recoge a los ganadores de diferentes concursos. Para ser un candidato ya pasas por un filtro. Ser cualificado para estar es un logro muy grande…”, indicó. En años anteriores, Báez Fonseca había sido parte y alcanzado diferentes puestos como finalista. En esta edición, el segundo premio lo obtuvo Víctor González del Valle, de Coamo; el tercero, Jovino González Rodríguez, de Ciales; el cuarto, Roberto Silva Gómez, de San Lorenzo; el quinto lugar, Humberto Martínez Rivera, de Aibonito y el sexto premio fue para Alberto Ortega Figueroa, de Orocovis.

Señaló que aunque al ICP se le ha recortado el presupuesto en los últimos años, la meta es brindarle taller al Trovador Nacional y utilizarlo en campañas. “Ya he recibido llamadas de directivos de la agencia con proyectos en mente para llevarlos a cabo. Esperamos que se ejecuten, porque no es menos cierto que los últimos cinco u ocho campeones se han quejado porque no pasa nada durante el año. Confiamos que este año sea diferente ”, precisó.

Previo a la Final del Concurso auspiciado por el Instituto de Cultura se celebraron dos semifinales: una en la Plaza de Recreo de Morovis y la segunda en la Plaza del Quinto Centenario en San Juan. (Foto suministrada)

-¿Es sacrificado ser un trovador, porque este tipo de arte es encasillado durante solo una temporada del año?, le inquirimos.
-“Yo no lo llamo sacrificado. Durante el año entero hay taller, competencias y festivales. Pero, no es menos cierto que en los últimos ocho o 10 años muchos municipios han visto reducido su presupuesto y los festivales han mermado algo… El respeto y la forma del público ver al trovador es muy digna, bonita. Uno ve una respuesta positiva de gente de todas las edades. Por eso no lo veo como algo sacrificado, sino como una gran responsabilidad. El taller del trovador es complicado porque tiene que hacer la rima, la estructura de lo que se trabaja”, manifestó.

-Si desde los 15 años despertó en usted la inquietud por las trullas campesinas, ¿cómo puede cultivarse para las trovas?
-“Un trovador maestro que ya falleció, Ricardo ‘Richie’ Abril siempre insistía en tres consejos: leer, leer y leer. El trovador no sabe si el tema va a ser patriótico, religioso, del amor, de la vida, de la muerte, de la pobreza… Para estar preparado para cuando llegue el momento, debes conocer cuanta temática sea posible”, sostuvo Guersom Báez Fonseca, quien en 2002 en el seis chorreao de una parranda cayeyana fue lanzado a improvisar por el veterano trovador Edgardo Rivera.

Momento de grata coincidencia de nuevos talentos en la que Cristóbal “Cagüitas” Colón saluda a los jóvenes Julió César Sanabria, Edgardo Rivera, Guersom Báez, y Eduardo Villanueva en una actividad celebrada en 2005 en Cupey. (Foto suministrada)

Recordó con gran admiración que en septiembre de 2003 conoció al trovador Eduardo Villanueva en una pequeña tarima en el barrio Sumidero y quedó impactado al escucharlo por su pleno dominio de la décima. Se le presentó, intercambiaron algunas palabras, y desde allí comenzó su profunda amistad con Villanueva, quien le inspiró y ayudó a dominar la escritura e improvisación de la décima. Eduardo Villanueva lo acompañó en su primera improvisación en tarima en la Universidad de Puerto Rico Recinto de Bayamón. Además, lo convenció para participar en concursos de trovadores, llegando por primera vez al Festival del Acabe del Café en Maricao (2004). “Yo estaba como cucaracha en baile de gallina. Éramos cerca de 28 trovadores y creo que yo cogí el puesto número 30 (Sonrió). ¡La última posición! Ese certamen es muy concurrido a nivel de público, que es muy eufórico y exigente. Eso me quitó todos los temores de tarima”, narró.

Guersom comentó que compartir escenario con trovadores de trayectoria, “me llenaba de mucho estímulo. Desde el inicio entendí que me gustaba donde estaba la vara alta. Siempre quería ir donde hubiese más trovadores compitiendo. Me gustaba mucho el reto, lo que representara un reto. Hasta hoy entiendo que donde único creces es con el desafío grande. Aunque ellos ganaran la competencia y yo no entrara en los premios o estuviese en desventaja en puntuaciones, recuerdo cuando se acercaban a darme consejos o elogiarme alguna parte del trabajo. Eso siempre fue motivación”. Mencionó a Edgardo Rivera y Eduardo Villanueva, quienes marcaban la diferencia y fueron sus referentes.

Báez ha ido puliendo su talento a través de los años con su participación en innumerables concursos de trovadores. (archivo Fundación Nacional para la Cutura Popular)

El también ganador de la Copa Churumba Cordero, del Festival Jíbaro Comerieño, el Concurso en Aguinaldo de Ciales, Concurso en Aguinaldo del Barrio Espino en San Lorenzo, Festival del Macabeo, Feria de Castañer, Festival de la Pana, Festival del Guineo, Festival de la Almojábana, Fiesta del Acabe del Café en Maricao y -por tres años consecutivos- del Festival Típico Criollo, respondió si se puede vivir exclusivamente de la trova: “Yo lo estuve haciendo hasta hace dos o tres años. De momento no lo hago”. Agregó, de inmediato, “tengo compañeros que sí lo hacen y llevan muchísimos años… Yo trabajo en Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico”.

Guersom Josué Báez Fonseca es un trovador con auténtica vocación, que resalta por sus letras francas y no pierde oportunidad para proponer nuevas perspectivas, denunciar conflictos o rescatar memorias. “El trovador tiene que estar cerca de ese pulso pueblerino para poder plasmarlo en lo que canta. Si está enajenado, nunca va a tocar la fibra de la gente. ¡Debe estar cerca de la gente! Se debe ser honesto y franco en lo que se canta. Si somos solo entretenimiento hay cantantes de más en esa línea… Para la conciencia del pueblo es donde el trovador más se destaca ”, culminó diciendo el improvisador de la décima espinela y el aguinaldo.

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