COPI resiste en Piñones por Loíza

Por Jaime Torres Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular

Son 20 años de resistencia y lucha cultural.

La herencia africana palpita con fuerza en la labor de COPI. (Foto Jaime Torres Torres para Fundación Nacional para la Cultura Popular)

Al mando de Maricruz Rivera Clemente, la Corporación Piñones se Integra (COPI) ha sobrevivido vaivenes políticos, desastres naturales como el huracán María y el desarrollo que amenaza la explotación de los recursos naturales de Piñones, barrio que pertenece a Loíza y que es la primera impresión que recibe el turista que visita la Capital de la Tradición cuando maneja desde Isla Verde por la PR-187.

“1999 fue un año clave, fundamental no solo para nosotros porque Latinoamérica también vivía momentos de resistencia con relación a poblaciones originarias y afrodescendientes luchando por sus territorios. Es una parte de lo que nos toca defender con todo esto del neoliberalismo a nivel mundial. Esta lucha comenzó en 1967 y nosotros la hemos seguido desde 1999”, dijo Maricruz.

Justo donde inicia el Paseo Lineal, desarrollado durante la administración de Pedro Rosselló González y el ingenio Carlos Pesquera, lo que fue un hospitalillo de drogas es hoy un centro cultural donde se enseña y baila la bomba, se fomenta las artesanías y se alquilan kajaks y bicicletas para que las personas disfruten en paseos por la laguna o por la orilla de la playa o recorriendo el manglar.

En 20 años COPI ha librado batallas ambientales para impedir el desarrollo indiscriminado en áreas boscosas, en la orilla del mar y en manglares, ciénagas y humedales que amenazarían la biodiversidad y el balance ecológico y ambiental.

Las artesanías y la plástica son parte de la aportación cultural de COPI al mundo. (Foto Jaime Torres Torres para Fundación Nacional para la Cultura Popular)

“Desde que iniciamos el proyecto en 1998 y 1999, comenzamos con unas luchas y amenazas de expropiaciones a la comunidad y desarrollo en el Bosque de Piñones, el del mangle más grande de Puerto Rico, con cuatro especies, para mí la joya ecológica de Puerto Rico y el Caribe. Es un espacio sagrado, que es nuestra casa y la comunidad de alrededor de dos mil habitantes. Estamos en esa lucha continua. Nos educamos y educamos a la gente y preguntamos a la gente qué opinaba sobre el proyecto y la mayoría estaba en contra de proyectos que venían a destruir su espacio. Hubo una minoría que no lo entendía porque pensaban en empleos. Pero fuimos educando y la gente cambió de opinión”, dijo Maricruz Rivera Clemente.

COPI, donde palpita fuerte y vigorosa la herencia africana, sigue su lucha en tiempos en que se impulsa la venta y privatización de parte de los recursos naturales del País. Piñones no es la excepción porque en el área de Vacia Talega se proyecta el desarrollo de Zavana, que ya se mercadea en las redes y por Internet.

“El desarrollo significaría para nosotros la muerte. Tenemos una sola carretera, la PR-187, entrada y salida para nuestra comunidad. Nos dejaría en un caso de emergencia incomunicados Aún mucho más y provocaría muchas más inundaciones. En aquel momento nos enfrentamos a Costa Serena, hasta que entre 2006 y 2007, se declara que no se construiría. Lo logramos con el machete en la mano y bien afilado”.

El proyecto Zavana le resulta mucho más preocupante que Costa Serena porque las leyes han cambiado. “Propician ese tipo de desarrollo. Eso se lo planteamos al congresista Raúl Grijalba cuando estuvo aquí, que nos preocupaba la ley federal de zona de oportunidad. Es una oportunidad bien grande para estos desarrollos ir construyendo con la supuesta excusa de la pobreza y que estarán aquí para ofrecer empleo, cuando sabemos que no es la realidad. Nuestra seguridad estaría en riesgo. Destruir el manglar es destruir no solo la seguridad de los residentes de Piñones sino la de otros vecinos, como Carolina”.

Por su parte, el maestro folclorista y director del Grupo Majestad Negra, fruto de COPI, Marcos Peñaloza Pica recordó que COPI es la primera impresión que los turistas reciben de Loíza y la puerta a la diversidad de opciones de la Capital de la Tradición.

“Lo que ofrecemos al turista es parte de nuestro folclor y de la historia de nuestra afrodescendencia; la gastronomía y la música. Si esto no existe el turista llega hasta la pocita y vira. Esta es la apertura de lo que es el pueblo de Loíza. Aquí cuando los turistas llegan se les habla de todo el valor histórico y ancestral y de la importancia del turismo. De la casita de Los Ayala, del estudio de Samuel Lind y de la Cueva María de la Cruz, con su importancia arqueológica”, sostuvo Peñaloza.

20 años después, Maricruz Rivera Clemente reafirmó la importancia cultural de COPI en Piñones. El baile y toque de bomba, las artesanías y la plástica son parte de la aportación cultural de COPI al mundo.

Las clases de bomba forman parte del programa de ofertas que la organización ofrece a la comunidad. (Foto Jaime Torres Torres para Fundación Nacional para la Cultura Popular)

“Nuestra bomba es música ancestral, de resistencia, dignidad y de inteligencia. Cuando eso se reconoce no se pierde. Aquí hemos sido muy celosos con transmitir, educar, reeducarnos y compartir estos saberes, que están en la gente. Esto está en el pueblo y a través de nuestra organización lo traímos como un medio de educación, respeto y dignidad a nuestra identidad africana”, señaló Maricruz.

En 1985 se construyó el puente sobre el Río Grande de Loíza que en la PR-187 conecta a Piñones con Loíza, un mundo fragmentado en dos submundos que desde entonces se integran desde el puente de Cangrejos al Puente Herrera en Parcelas Vieques.

“Piñones estuvo conectado antes con Cangrejos; ese intercambio lo tenemos. La conexión con nosotros y la gente de Villa Palmeras y el mismo residencial Luis Llorens Torres, de donde muchos emigraron, tras una gran inundación, a Villa Cañona, la Urbanizacion Santiago y otros residenciales. Eran comunidades de gente negra y a través de la música, usándola como herramienta para comunicar que Piñones y Loíza somos la misma gente”, concluyó Maricruz.

Las clases de bomba en COPI, institución sin fines de lucro, se reanudarán los sábados después de las Fiestas de la Calle San Sebastián, a finales de enero.

Para participar de los talleres de percusión y baile debe llamar para reservaciones al 787-253-9707.

COPI abre de lunes a domingo de 9 a.m. a 5 p.m.

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