Chabela: Voz necesaria para la patria

Por Jaime Torres Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular

Procesos de la vida al fin, hay voces nacionales que con el pasar de los años pierden lustre y fuerza.

La artista ofreció un concierto navideño con espacios sagazmente hilvanados para el contenido selecto de melodías. (Foto Jaime Torres Torres para Fundación Nacional para la Cultura Popular).

En cambio hay otras, como es natural en los relevos generacionales, que se robustecen y rebelan a la más mínima provocación del pentagrama.

Si es la Voz de un corazón sensible; que ama entrañablemente a la Patria, que siente por Latinoamérica y aspira a un amanecer de justicia y paz, esa Voz se impone por sí sola porque la misma Patria le abre camino.

Y ese es el caso de la intérprete Chabela, quien después de establecer marcas de asistencia en el café-teatro de la Fundación Nacional para la Cultura Popular con un recital de canciones urgentes que en febrero será editado en cedé, anoche se estremeció la Sala de Drama René Marqués del Centro de Bellas Artes de Puerto Rico con el concierto “Me llaman Chabela: Voz, Raíz y Corazón en plena Navidad”.

Respaldada por una entusiasta concurrencia, en la que se encontraban sus padres, familiares, amigos y seguidores, Chabela demostró que, hoy por hoy, es puente del legado de sus veteranísimas predecesoras y la música de su generación, esto de entrada a la tercera década del tercer milenio.

Danny Rivera hizo una aparición sorpresiva durante la celebración musical de la cantante. (Foto Jaime Torres Torres para Fundación Nacional para la Cultura Popular).

Sin dificultad, mencionar el nombre de Chabela evoca, en mí y de seguro en no pocos, la sensación espiritual y musical que inspiran los nombres de Mercedes, Soledad, Tania y Luz Esther. Es por eso y más que es cuasi urgente el disco que grabó en vivo en la Fundación Nacional.

No creo que le someta al pop desechable y menos al trap, pero si de músicas se trata, ahí la tienen como señora intérprete de infinitas posibilidades. Desde el seis y el aguinaldo; de la bomba a la guaracha jíbara; de la trova al bolero; del villancico a la balada, Chabela convence con su poderoso vibrato, elocuente fraseo, extensión obvia de su sensibilidad, y su magnética personalidad artística, que se impone con detalles tan sencillos como aparecer con los “pies descalzos” no de manera oportunista u obedeciendo al mercadeo de las multinacionales sino porque es la norma en cada presentación que asume con reverencia al escenario, que pisa sin calzado porque lo considera sagrado.

Con semejante respeto al arte musical, que afirma desde lo recóndito de su ser, es de suponer que la Nueva Voz de la Canción con Conciencia o si quiere Cantora de la Patria, no escatime y conforme a las posibilidades de su equipo, encabezado por la productora Rosalis Torres, entregara el espectáculo de cinco estrellas que presentó anoche en la Sala de Drama René Marqués de Bellas Artes.

Un cantante podrá rodearse de los mejores músicos, pero si le faltan voz, compromiso y propósito su canción suena como campana hueca o guitarra desafinada. No, Chabela estuvo a la altura de la agrupación que le acompañó y viceversa.

Al timón del legendario Pedro Rivera Toledo en la flauta y los saxofones soprano y tenor; con el experimentadísimo Carlos ‘Tato’ Santiago al piano; con Raulito Rodríguez en la percusión; Tony Ascencio en el contrabajo; Héctor Matos en la batería; Jesús Rivera Andino en el cuatro y los coristas Jackeline Negrón y Rafael David Martínez, Chabela se apoderó de Bellas Artes con su artillería de amor.

“Fiesta” fue el pretexto para integrar a Tony Mapeyé, José Nogueras, Deborah y a El Topo en el concierto. (Foto Jaime Torres Torres para Fundación Nacional para la Cultura Popular).

Básicamente, se trató de un concierto navideño, con espacios sagazmente hilvanados para el contenido selecto de melodías como “Casa abierta”, “El Josco”, “Como la cigarra”, “Con un poco de amor”, “Te recuerdo Amanda” y “Porque cantamos”, que evocan a La Negra, a Silvio y a Víctor Jara, con sus oportunos y siempre renovados discursos, en cada interpretación, de las luchas contra la opresión neoliberal, a favor de la emancipación de la mujer, de los trabajadores y del espíritu de la resistencia nacional latente en los textos de Abelardo Díaz Alfaro.

Así, con licencia para exteriorizar sus inquietudes políticas, existenciales e intelectuales, Chabela tocó profundo la fibra de su público que, a juzgar por los aplausos, valoró en demasía un repertorio excelso que mientras invita a la reflexión también empodera.

Pero estamos a poco más de una semana de la Navidad y había que celebrar. De esa manera la presencia de la joven trovadora Deborah, del trovador y cuatrista Tony Rivera y Mapeyé, del cantautor José Nogueras y la sorpresiva aparición de Danny Rivera le impartieron mayor profundidad y variedad a la función.

Colegas, en su mayor parte, que la han visto crecer y desarrollarse en la canción y que anoche, en gestos de desprendimiento y solidaridad, en una fiesta de seises, aguinaldos y guarachas jíbaras entonaron “Los Magos de Oriente”, “Si no hay un cuatro no hay Navidad”, “No quieren parar”, “El Cardenalito” y “El coquí”, entre otras.

Eso no es todo: Chabela demostró su estatura musical con extraordinarias versiones del villancico “El nacimiento” y del bolero “Esta Navidad” de Tito Henríquez.

La algarabía de “Fiesta” fue el pretexto para integrar a Mapeyé, Nogueras, Deborah y a El Topo, que estuvo sentado en primera fila, a la despedida del concierto, cuya escenografía -con signos como los Reyes al centro del escenario, las pascuas, el Nacimiento, etc.- aportó a su propuesta visual gracias al talento de José ‘Quenepo’ Ramos.

Tras la función de anoche, no hay duda de que Chabela tiene la fuerza, la personalidad, la voz y la estatura artística para protagonizar solita de principio a fin una velada musical.

Así como en su momento artistas como Luz Esther, Mercedes, Soledad y Tania echaron mano al cancionero latinoamericano y caribeño para conceptualizar conciertos, como en el caso de Lucy lo fueron “En las manos del Pueblo” y “Traigo un Pueblo en mi voz”, Chabela dio un paso en esa dirección con los recitales en la Fundación y la función de anoche en Bellas Artes.

Entre tanta distracción, posiblemente este sea el único medio que publique una reseña del recital “Me llaman Chabela”. Es una obligación porque la Patria necesita su Voz.

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