Por Jaime Torres Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
Aparte de innovaciones en la afinación del instrumento nacional, la importancia del lanzamiento del disco “Cuatro Sinfónico” es que Luis Sanz se convierte en el primer exponente de su generación que incursiona con una grabación de composiciones originales en el mundo de la música académica.

Anoche, con un lleno total en el café-teatro de la Fundación Nacional para la Cultura Popular en el Viejo San Juan, el joven Abanderado 2019, junto a su hermana Lisvette, del dúo Hermanos Sanz, presentó un concepto que de seguro será tema de conversación entre los estudiosos del cuatro.
El encuentro con sus familiares, amigos, melómanos, colegas y seguidores en las redes sociales fue una fiesta de audición o ‘listening party’ del álbum “Cuatro Sinfónico”, durante la cual Luis habló de su proyecto que, al margen de los esquemas comerciales, entraña una valiosa contribución a la cultura e historia del instrumento nacional.
El joven, graduado este año de una Maestría en Composición de la Escuela de las Artes de la Universidad de Carolina del Norte, se reencontró con su público y conversó entusiastamente sobre su experiencia con “Cuatro Sinfónico”.
Luisito recordó sus inicios con Apolo Ocasio; las oportunidades que le ofreció Roselín Pabón con la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico, sus estudios en la Fundación Paquito López Cruz, la Escuela Libre de Música, el Departamento de Música de la Universidad Interamericana, el Conservatorio de Música, con el maestro Eric Millán y el profesor Alfonso Fuentes.

“Al estudiar el repertorio puertorriqueño, música internacional, de Paraguay y otros países, y la música europea, mucha está escrita […] Así comencé a estudiar a Mozart, Brahms, Beethoven y otros compositores. Así quise que esta música permanezca y que otros jóvenes la puedan aprender con exactitud y pienso en que debe ser a través de la composición. Así ya estaba desarrollando este repertorio con mi idioma como cuatrista, pero con otros instrumentos como el fagot, la flauta y el clarinete, además de escuchar otros compositores puertorriqueños como Ernesto Cordero, que hizo la primera pieza sinfónica para cuatro y orquesta”, narró Luis, como buen conversador que es.
Las improvisaciones de Prodigio y Edwin Colón Zayas lo inspiraron para componer una pieza desde cero y al acumular diferentes composiciones pensó en el disco que oficialmente lanzó anoche en la Fundación.
“Muchas de las piezas de este álbum las estuve desarrollando durante mi maestría en Carolina del Norte. Hice la pieza que se llama “Expresiones”, primer movimiento “Inquieto” y el segundo “Pasivo”, que fue el primer sencillo que lancé y luego el vídeo”, explicó Luis, cuyo disco ha sido posible gracias a una beca que obtuvo en la Escuela de las Artes de la Universidad de Carolina.
Luisito, que grabó en Playbach, estudió donde realizó “Hijos del Cañaveral” con Residente, presenta además las obras “Conversación campesina I, II y III” (Andante, Lento y Vivace), “Danza para cuatro, guitarra y viola”, “Suite Criollo I, II y III” (mazurca “Rosa”, dedicada a su madre, “Homenaje a Papa Sanz” y “Angelymar”, inspirada en su novia) y “Fantasía para cuatro y orquesta”.
Un selecto núcleo de talentosísimos músicos del patio, como Hermelindo Ruiz-Mestre, Fabiola Méndez, Emanuel Olivieri, Lilliana Marrero, Bárbara Santiago, Rosalyn Iannelli y Andrés Almodóvar, lo acompañan como invitados en “Cuatro Sinfónico”.
“Con esta música específicamente quería transmitir a la gente, ya que les gusta lo visual, los vídeos, muchas ideas. Y le pregunté a mi hermana Lisvette y necesitaba cómo ejecutar las ideas. Me encuentro con Julio Cabrera, que tenía una idea de documentar el proceso del artesano Jaime Alicea y quise narrar mi historia desde que era pequeño y cómo llegué al taller”, comentó Luis, sobre el cortometraje proyectado anoche en la Fundación y en el que recrea su desarrollo en la música.
La ilusión de Luisito Sanz, quien anoche tocó el cuatro y animó la fiesta junto a su hermana Lisvette, es que “Cuatro Sinfónico” se convierta en un recurso de estudio y comprensión sobre las posibilidades ilimitadas del cuatro puertorriqueño.
“Es dejar un legado; abrir un camino para futuros cuatristas y para los que estudian ahora. Otra alternativa; otra música, porque en realidad al lanzar esto, pensé: ‘no es comercial, no tiene urbano, que es lo que está pegado’. Pero sentí al lanzarlo una inquietud de hacer esto para el público porque entiendo que es necesario en el momento, para la música y para la educación musical […] Para mí es un privilegio representar a mi País a través del instrumento. Con esta producción, que fue un sueño desde pequeño, presento a la gente música distinta que puedan asociar al aguinaldo jíbaro y al seis con un toque clásico”.
El disco “Cuatro Sinfónico” se consigue con exclusividad en la tiendita de la Fundación Nacional para la Cultura Popular en el Viejo San Juan.