Plena de honor pa’ César Concepción

Por Jaime Torres Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular

Faltó una pista para que los presentes bailaran como en los tiempos del Palladium y el Hotel Flamboyán.

El espectáculo contó con visuales que rememoraban la época gloriosa de César Concepción. (Foto Grandes Eventos)

El Big Band del trompetista Humberto Ramírez, la voz del cantor nacional Danny Rivera y las composiciones de César Concepción son la combinación perfecta del concepto discográfico “Mil Años de Plena”, estrenado el sábado en el Centro de Bellas Artes de Caguas.

Quizás no asistió el público esperado, pero las personas adultas y de edad madura presentes rememoraron la época de las grandes orquestas de baile en Puerto Rico que hicieron las delicias de no muy pocos bailadores en escenarios como el Escambrón Beach Club y las tarimas de los grandes hoteles de la Capital.

No todos los días se puede disfrutar de una fórmula musical tan exitosa y excitante como la orquesta grande de Humberto y el veterano intérprete Danny Rivera, que inició su carrera precisamente cantando con César Concepción.

El disco “Mil Años de Plena” estuvo a la venta en el vestíbulo de Bellas Artes, donde una imagen de ambos artistas, simpáticamente, dio la bienvenida para luego recibir un programa de mano de lujo y una vez iniciada la función evocar el pasado con fotos históricas y vídeos de las presentaciones televisivas de la Orquesta de César Concepción con su emblemático e inolvidable cantante Joe Valle.

A la función se unieron como intérpretes invitados Daniel Rivera, hijo del icónico cantante popular, muy buen bailarín e intérprete, y la talentosa joven Karla Marie, que grabó con Danny y quien según la ficha técnica debía participar en los coros junto a Alejandro Villegas, pero no fue así, resultando necesario que Humberto y el propio cantor nacional reforzaran vocalmente los estribillos del repertorio plenero, que se circunscribió a “Mil Años de Plena”, con la novedad del popurrí de “University Plena”, “Arecibo” y “Pa’ mi pueblo”.

En general, fue un concierto de ensueño; con una puesta en escena de quilates, gracias a la labor del avezado luminotécnico Quique Benet y a las coreografías de Nanya Sierra y Norberto Collado, de Andanza de Puerto Rico.

La Orquesta Grande de Humberto se escuchó poderosa, suficientemente ensayada, con buen volumen, balance y con sus profesores articulando lecturas precisas de los arreglos, especialmente en las plenas con compases de mambo y salsa. La percusión de Raúl Rosario (timbales), William Thompson (congas) y Richie Carrasco (bongó y güiro) tocó la plena de salón como es.

La especialidad de Humberto, aunque se le asocia al jazz, es la música. Con tan excelsa nómina de virtuosos instrumentistas fue acertado iniciar la función con la obra de jazz latino “Tributo a César Concepción” del pianista Ángel David Mattos. Más adelante su Big Band deleitó a los presentes con su versión de la composición de Ray Santos, “3D Mambo”, que grabó Tito Puente en el clásico “Dancemania” de 1957, pero que originalmente el legendario arreglista compuso para César Concepción. En “3D Mambo” se destacaron con solos el trompetista Julito Alvarado y el trombonista William Cepeda.

Humberto, como director, arreglista y solista, vivió una de las noches más emocionantes de su carrera. Su labor durante los boleros “Alma”, “Beso borracho” (Esteban Taronjí) y “Mil años” de César Concepción, evidenció su reverencia al legado del trompetista nacido en Cayey en 1909, hace 110 años.

La presencia de César Concepción, hijo, parte de sus familiares, y de ex músicos de la Orquesta, como el nonagenario José Luis “Chegüi” Rodríguez, que hasta tocó el bongó, representó una nostálgica metáfora en las postrimerías de la función.

El concierto “Mil Años de Plena”, presentación de la Fundación Nacional para la Cultura Popular, es digno de una reposición. Aún con el desliz de los coros, ciertamente, se trata de una puesta en escena que honra con creces la memoria y trayectoria de César Concepción.

El disco, reseñado días atrás en este medio alternativo, es de lo mejor de 2019. Es un concepto que se pudiera aprovechar para promover coreografías y rutinas del baile de plena en parejas. La presentaciónes por demás testamento de que se puede tocar con cadencia y sabor la plena de salón con la comprensión del pandero.

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