Por Jaime Torres Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
Para cantar se necesita sentimiento.

Y si se trata de un artista como Pedrito Guzmán, interpretar las canciones que por 30 años ha concebido, aunque no haya labrado una carrera como cantante, es una iniciativa legítima, digna de consideración y respeto.
El sábado en la noche Pedrito estrenó un puñado de las canciones de su disco “Canto lo que siento”, en un atestado café-teatro de la Fundación Nacional para la Cultura Popular y gracias al respaldo de sus amigos, familiares y parte del público que habitualmente asiste a las actividades en este escenario sanjuanero.
Se esperaba que Moncho Ríos lo acompañara en la guitarra, pero por razones personales no pudo llegar. Pedrito acudió a las pistas de la grabación y al acompañamiento del percusionista Manny Collazo y el cuatrista Víctor Ortiz.
La primera parte de su breve recital la orientó a la sátira, con sus interpretaciones de las denuncias sociales de “El chip” y el son “Presión”.
En la onda brasileña, Pedrito dedicó “Pequeña Estrella” a su hija menor, presente en la función junto a sus dos hermanos.
En un sentimiento más existencial, el polifacético instrumentista y ahora cantautor continuó con “La vida”.

“Truco”, sin embargo, fue otra canción que arrancó un fuerte aplauso, como confirmación de que su especialidad como cantautor podría ser la parodia, influencia ejercida en su formación por los Rayos Gamma y Clandestino.
La propuesta de Pedrito Guzmán, con letras pertinentes, arreglos en ritmos variados y coros pegajosos, es legítima por su honestidad y actualidad en un momento de desasosiego e incertidumbre social. Pedrito no solo canta lo que siente, sino lo que muchos sentirían cantar a modo de catarsis.
Y canta sin ínfulas de Luis Miguel o Marc Anthony, aunque cuidando el rigor elemental de la afinación y la dicción. A mí me gustó el show “Canto lo que siento” y, como sugerimos en la entrevista publicada el viernes en este medio, en la sátira musical Pedro Guzmán sí canta mejor que Jacobo.