SOS para la Orquesta Sinfónica

Por Jaime Torres Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular

El futuro de la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico (OSPR) es incierto, al extremo de que podría desaparecer o limitar su taller, tras los recortes millonarios a su presupuesto para el año fiscal 2019-2020, según reveló su director titular Maximiano Valdés.

Conciertos como el Réquiem de Verdi de este sábado 4 de mayo con cantantes líricos del patio; eventos como Vitrina Sinfónica; la diversidad temática del Festival Casals y recitales de música cinematográfica son algunas de las iniciativas de la Corporación de las Artes Musicales para atraer un nuevo público a las presentaciones de la OSPR.

El presupuesto, sin embargo, es fundamental para su operación. Y el recorte de un millón de dólares será letal para la principal institución de música académica de la Nación.

“Hay la visión de las políticas estatales y es la de que toda agencia tiene que ser autosustentable y por consiguiente también la nuestra. Tenemos que producir. En lo relacionado a la cultura es imposible en un país donde la cultura ha sido estructurada siguiendo un modelo propio de los países europeos. Tratar de llevar esta situación a lo que hoy día sucede en Estados Unidos es abocar la Orquesta a su desaparición porque no hay manera de establecer un sistema en el que la comunidad sufraga el costo de la Orquesta”.

Ante el panorama de recortes de fondos, la próxima temporada magistral la cubre una nube de incertidumbre, toda vez a la Orquesta se le quitarán $1.3 millones. Valdés sugiere, con carácter de urgencia, una cruzada educativa para forjar un nuevo público seguidor de la OSPR, ante la emigración y la merma en los espectadores habituales que, por razones de edad, ya no asisten a los conciertos de la Corporación de las Artes Musicales.

“En Puerto Rico hay miles de niños estudiando música clásica e instrumentos, que tienen derecho a conseguir un trabajo, según lo que han estudiado. Y si no hay Orquesta Sinfónica, no hay futuro posible, salvo emigrar o sumarse a la enorme cantidad de profesores que están en las escuelas libres de música y en los conservatorios, hasta que llegue un momento en que no hayan más posibilidades de trabajo. Si la Orquesta Sinfónica no tiene un presupuesto garantizado que le permite ejercer su trabajo en diferentes regiones de Puerto Rico para ellos no hay futuro”, explica Valdés al reconocer que al espectador promedio no le resulta fácil desembolsar $20 en un boleto, cuando la Orquesta toca todo el año.

“Exigirnos que seamos rentables desde el punto de vista de la agencia es condenar nuestra Orquesta a la desaparición”, subrayó Valdés, que lleva 11 años al frente del timón de la OSPR.

A la premisa de este periodista en el sentido de que el tema de la cultura no fue abordado por el gobernador en su reciente mensaje de situación del País, el maestro Valdés recordó que precisamente los artistas son parte de los recursos más rentables de un pueblo.
“Amo profundamente a Puerto Rico; su gente, su talento y las grandes posibilidades que aquí hay. Pero me doy cuenta de que aquí en esta ambición política de pasar a ser un estado evidentemente los aspectos de lo que se considera que es la auténtica cultura puertorriqueña se dejan de lado. Todo lo que ha sido la actividad literaria, musical, pictórica, arquitectónica… Todas las formas de arte que han salido de aquí, que tienen una raíz local e histórica, me da la impresión de que hoy día no forman parte de la discusión puesto que no son fundamentales al gran problema que existe de la deuda pública y de encauzar finalmente el proceso de estadidad o no. Ese tipo de pensamiento político es el que está prioritariamente en la cabeza de todos los que tienen la responsabilidad de administrar la Isla y los aspectos culturales que son fundamentales en lo que es la identidad de la gente de un pueblo se dejan de lado, sino habría un interés de hablar con nosotros y ver cómo podemos resolver este asunto. Decir que seamos rentables y produzcamos lo mismo que nos da el estado es impensable”.

Ante semejante cuadro, el maestro Maximiano Valdés revela con pesar que, incluso, podrían peligrar las plazas permanentes de los profesores de la OSPR.

“Cuando uno mira los músicos ensayando todos los días, pienso si esta situación puede empeorar hasta el punto de poner en peligro la permanencia de los mejores de nuestros músicos. Es una pérdida humana seria que los mejores músicos del País y los jóvenes que tenemos decidan irse a competir afuera porque el futuro de su propia orquesta no está garantizado”, concluyó.

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