Mike Arroyo: un bálsamo necesario

Por Jaime F. Rodríguez
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular

La presentación de Arroyo estuvo apoyada por la Jazz Foundation of America. (Foto Javier Santiago / Fundación Nacional para la Cultura Popular)

“Siembra música, cosecha armonía” fue el título del exquisito concierto que el guitarrista vegabajeño Mike Arroyo, y su quinteto de jazz, ofrecieron el pasado viernes en el café teatro de la Fundación Nacional para la Cultura Popular. Contando con el apoyo del Jazz Foundation of America, Arroyo estuvo acompañado en esta velada por el profesor Manolo Navarro en el piano eléctrico; el director y profesor del programa de música popular y jazz del Conservatorio de música de Puerto Rico, Gabriel Rodríguez en el bajo eléctrico; el profesor de la Inter. Héctor Matos en la batería y Gadwin Vargas en las tumbadoras.

Mike Arroyo es un guitarrista de mucha experiencia en el campo musical con seis producciones discográficas como líder, dirigidas todas al jazz. Tal como atestiguó en el encuentro, su primera influencia lo fue el hijo de Lares – el internacional José Feliciano – a lo que posteriormente se fueron sumado influencias de grandes guitarristas exponentes del jazz como Wes Mantgomery, George Benson, Joe Pass y Al Di Meola. Mike Arroyo estudió música clásica en el Conservatorio de Música, pero no fue hasta que escuchó el jazz que encausó su pasión a través de la guitarra eléctrica.

El colectivo de jazz brilló por sus ejecutorias musicales. (Foto Javier Santiago / Fundación Nacional para la Cultura Popular)

La íntima noche en el Café Teatro comenzó con un solo de guitarra por Mike del tema “What a Friends in Jesus”, al que se fueron integrando los demás músicos del grupo. Rápidamente continuaron con, “Initial Flight”, un tema dirigido al jazz latino y donde se apreciaron tremendos solos de Gadwin Vargas en las tumbadoras; Manolo Navarro en el piano eléctrico y el propio Mike en la guitarra eléctrica. Seguido a esto, se escuchó “He decidido”, interpretación con influencias del blues intercalándola con jazz contemporáneo con un toque de rock.

Tras unas breves palabras del músico, donde agradeció a la Fundación Nacional, por el trabajo que vienen realizando por la cultura puertorriqueña, prosiguió con “Vine a adorar”, donde su pudo apreciar su estilo y técnica al tocar su guitarra Gibson como sus ídolos Wes Montgomery y George Benson. Ya en este punto se podía apreciar al público presente, concentrarse con las ejecuciones que venía realizando el quinteto jazzístico, que continuó con una interesante bomba jazzeada de Arroyo titulada “En los atrios”, volviendo a sobresalir el conguero Gadwin Vargas con un solo arrollador. Cabe señalar, que en esta pieza se pudo apreciar la fusión y los cambios bien logrados de bomba jazz a straight Jazz.

Fiel al refrán “después de la tormenta viene la calma”, Mike nos ofreció un solo de guitarra, de la versión instrumental de nuestro himno nacional, “La Borinqueña” seguido de un sublime “Verde luz” de Antonio Cabán Vale. Acto seguido, invitó a su amigo, el cantante de música sacra Héctor Álamo que interpreto la famosa composición de Bobby Capó “Soñando con Puerto Rico”, enmarcada con un toque de jazz por los integrantes del quinteto.

Los integrantes del quinteto tuvieron la oportunidad de mostrar sus quilates en el jazz con sus respectivos solos. (Foto Javier Santiago / Fundación Nacional para la Cultura Popular)

En un concierto que duró alrededor de hora y media sin tomar descanso, el programa se completó con la interpretaciones de “Feeling The Spirit”, el himno “Cuán grande es Él” y, finalmente, con el jazz latino de “Straight To Heaven”; composición del maestro de las cuerdas donde comenzó con un abarcador solo de batería del maestro Héctor Matos. Junto a ellos, Navarro, Rodríguez, Vargas y Matos improvisaron y ejecutaron solos de excelencia con sus instrumentos.

“¡Qué bien se siente cuando se toca con músicos de alta calidad”, exclamó Mike Arroyo en sus palabras de cierre. Y es que, como bien apuntó, la música es un lenguaje universal que no contempla barreras ni limitaciones. Por eso, fiel a sus principios, el músico dio cátedra de cómo se puede utilizar el género del jazz para adorar a Dios.

“¡Bendiciones y gozo!”, expresó sentir el artista.

El público, por su parte, recibió un bálsamo de buena música para el espíritu.

¡Aplausos!

(El autor produce y conduce el programa “Jazz Tropical” que transmite la emisora radial Z-93 FM)

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