Por Jaime Torres Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
Promover la accesibilidad gratuita a los conciertos de la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico (OSPR) es una de las misiones de la Corporación de las Artes Musicales.

Desde hace años – y ahora bajo la sombrilla del Instituto de Cultura Puertorriqueña- la OSPR necesita ser mucho más accesible, y con la oportunidad de llegar a la masa desprovista de cultura académica se debe complementar la promoción de sus conciertos con educación para que el espectador promedio reconozca, por ejemplo, que no se debe aplaudir entre los movimientos de una obra.
En términos didácticos, aún resta bastante camino por recorrer, pero igualmente es menester reconocer la puesta en escena del concierto “Vitrina Sinfónica II: Clásico para todos”, presentado libre de costo el pasado sábado en la Sala de Festivales Antonio Paoli del Centro de Bellas Artes de Santurce, espacio que no se llenó a su capacidad, pero que atrajo otro público, entre el que se contaron numerosos niños y jóvenes acompañados de sus padres y tutores.
La OSPR, cuya batuta manejó infaliblemente su director asociado Rafael Enrique Irizarry, reapareció con un programa variado, basado en su primera parte en las obras “La Pregunta sin Respuesta” de Charles Ives, la obertura al ballet “Las Criaturas de Prometeo” de Ludwig van Beethoven y la composición costumbrista “Bocetos del Cáucaso” de Mikhail Ippolitov-Ivanov, en que por los continuos aplausos entre movimientos fue evidente la carencia de educación clásica de algunos espectadores.
La sinfonía, en cuatro movimientos, resultó un acariciante arrullo a los sentidos por el lirismo orquestal, en un alegórico balance de cuerdas y maderas, con la intensidad provista en algunos pasajes por los metales.
“Bocetos del Cáucaso” es una monumental creación que sugiere un viaje por paisajes rusos, oportuna el sábado para apreciar el extraordinario talento del colectivo orquestal, timoneado con elocuente sensibilidad y precisión por Irizarry, gestor de una versión ensayada y articulada con minuciosidad por los profesores de la OSPR, entre los cuales observamos decenas de jóvenes asistentes en sustitución de los músicos habituales.
A segunda hora, la “Vitrina Sinfónica II” continuó con la festiva obertura “Carnaval” del tríptico “Naturaleza, Vida y Amor” (alegre, dinámica, rítmica y con buenos solistas) de Antonin Dvorak, “Preludio a la Siesta de un Fauno” (poema sinfónico comparable con una acuarela de voces orgánica y sin repeticiones temáticas) de Claude Debussy, “La Lista de Schindler” de John Williams, “El Violinista en el Tejado” de Jerry Bock, en la adaptación para partitura fílmica de Williams y, como encore, “Princess Lea”, obra de la leyenda de la música cinematográfica para la saga “Star Wars”.
Sin embargo, la segunda parte será recordada por la sensible participación del violinista Omar Velázquez, concertino de la OSPR, a quien sustituyó su asistente Francisco Jiménez.
Fue la noche de Omar. Su intervención como solista en “La Lista de Schindler”, creación de John Williams para el filme homónimo que denuncia el holocausto judío en los campos de concentración nazis, fue perfecta.
El programa detalló tres fragmentos de la partitura de Williams para la película de Steven Spielberg: tema principal, “Poblado judío” y “Remembranzas”.
Con una técnica nítida en sus arqueos, el fraseo del primer extracto evocó luto, dolor y angustia. El segundo fue más nostálgico, reflexivo e introspectivo. Y en el tercero hasta arrancó lágrimas con su expresividad lírica y emocional.
Nuevamente Omar desplegó su virtuosismo en fragmentos de “El Violinista en el Tejado”, de riqueza polifónica y contrapuntista, sellando su gran noche como solista con la OSPR.
La próxima presentación de la Orquesta Sinfónica será hoy Miércoles Santo a las 7 p.m. en la Sala Pablo Casals con el concierto de música sacra “Así en la Tierra como en el Cielo”.
Los boletos están a la venta en Ticketpop y en la boletería del Centro de Bellas Artes de Santurce (787-620-4444).