Por Edgar Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular

Luego de 108 producciones realizadas, Juan González-Bonilla entiende que la situación que enfrenta el teatro puertorriqueño no es como secuela del azote despiadado del huracán María en Puerto Rico, sino “desde que quitaron los fondos de cultura que daba el Departamento del Trabajo”.
Indicó que “el Departamento le daba al productor un subsidio de 20 mil dólares y la (obra) podría costar 65 o 70 mil y el resto tú lo ponías. Al quitar ese beneficio, la gente se ha quedado sin trabajo. Una vez sin trabajo, la gente tiene que comer…”.
El veterano dramaturgo y productor, que ha tenido como “columna vertebral” de Producciones Candilejas a Joseph Amato, explicó sobre la situación actual del teatro, “las cosas no están bien en nuestro teatro. Que cada cual haga el teatro que guste porque tienen que ganarse su sustento. Nosotros cumplimos a nuestra manera y ahí queda el gran trabajo que realizamos con las más prestigiosas figuras de nuestra escena. Por eso nos mantuvimos 50 años en la escena. Esa fue la gran huella que dejamos”.

-¿Es cierto lo que dicen de que ya el drama no es comercial, que la gente no quiere ver drama?
-“Esas personas que dicen eso tienen poca o ninguna escuela teatral. Recuerda que yo soy de la época del ’50, cuando trabajé los grandes clásicos del teatro puertorriqueño. Iba una clase muy culta al teatro… (Hizo una pausa) El pueblo completo está desmoralizado. El público lo que está buscando es enajenarse de la realidad que estamos viviendo. Producciones Candilejas fue (fundada) para crear fuentes de trabajo, para traer a la escena puertorriqueña los grandes clásicos de la literatura tanto puertorriqueña como internacional”, dijo.
-¿Qué otro factor lamenta del teatro?, quisimos saber.
-“La clase actoral se ha reducido inmensamente. Se nos fueron las grandes estrellas del teatro puertorriqueño. En eso estriba el problema. Se nos fueron las grandes estrellas como Lucy Boscana, Madeline Willemsen, Chavito Marrero, Esther Sandoval, Mercedes Ricardo… Aquellas figuras que la gente iba a ver al teatro. ¡Eran sus héroes! El teatro siempre se nutrió de esas estrellas e iban a verlos. Ya no tenemos novelas hechas en Puerto Rico, entonces, se acabó la fábrica de talentos y héroes puertorriqueños… La disciplina que hay no es la misma. Tú nunca viste una Lucy Boscana con un libreto en un pasillo repasando letras; un Rafael Enrique Saldaña en un pasillo repasando letra. Ahora los actores tienen que estar haciendo tres y cuatro cosas para poder (completar) un sueldo ”, precisó.

El autor de obras como “Doce paredes negras”, “Flor de presidio”, “El aniversario de Pepe y Luis”, “Palacios de cartón”, “Femenicidio”, “La boda de Jacobo y Gustavo”, Secretos y confesiones de un hombre y una mujer frente al espejo”, “El veneno se sirve a las 8:00 PM” y “Huracán criollo” fue sincero al expresar que ya no hay casi tiempo para estudiar un personaje. Lamentó, además, que la juventud no conozca las grandes figuras del teatro. “Ese público desconoce lo que es eso”, enfatizó.
La verdad de su retiro –
Sobre la verdadera razón de su retiro, González-Bonilla recordó que “en 1991 haciendo ‘Los confinados’, una versión mía de ‘La fortuna y los ojos del hombre’, de John Herbert, en plena escena se me atascó el pie derecho en una escalera y me fracturé los cuatro primeros huesos de la espina dorsal lo que me llevó a una Sala de Operaciones. Hoy tengo cuatro tornillos y una varilla en la espalda. Eso no me permite continuar. Me causé, además, una artritis y osteoporosis que ya no puedo moverme por toda la ciudad y necesito de un bastón”.

En agenda –
Juan González-Bonilla dijo en broma y en serio que se va a entretener corrigiendo dos obras y ya finalizó su libro que llevará por título “Me quedo con las mujeres”, una recopilación de las últimas 14 obras que escribió.
“Una mujer en escena tiene ciertos privilegios. Nosotros, los hombres, no podemos estar llorando porque eso no va dentro de un mu