El mundo psicodélico de Lila Espiral

Por Rafael Vega Curry
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular

La canción misma lo dice. Déjate llevar. Escucha. No te dejes confundir. No se puede vivir con tanto dolor.
Las melodías y armonías son igualmente sugestivas. Es un tema de rock/funk, con elementos electrónicos. Las armonías son modernas. La tonalidad es ambigua, con un toque de disonancias y un aire ligeramente psicodélico.

“Déjate llevar” es punta de lanza del colectivo musical. (Foto suministrada)

“Déjate llevar”, creado por la banda Lila Espiral, es un producto enteramente de estos tiempos, en los que los significados se mezclan y es necesario hacer una pausa, escuchar al otro, dejarse llevar.

“Es una canción que surgió de la frustración, pero no suena triste”, dice Angélica Kolsan, la líder, cantante y bajista de Lila Espiral, quien también compuso el tema. “Quise expresar ese sentimiento pero desde una manera jovial y creativa”. Como resultado, la pieza fluye como los blues, transformando en afirmación positiva lo que comenzó como un sentimiento negativo.

“Déjate llevar”, estrenado recientemente, es el primer sencillo de un álbum que Kolsan y su banda –integrada por Donald Eugene en guitarra y Adrián Ruiz en batería- piensan completar este año. En la grabación del sencillo, sin embargo, quienes participaron fueron Alexandra Rivera en los teclados y Leonardo Osuna en la batería.

Según Kolsan –natural de Morovis y educada formalmente en la Universidad Interamericana- Lila Espiral es su alter ego. “Es mi espacio para expresar mi lado creativo. Un ‘power trio’, con una música un poco compleja y progresiva”. La banda se estableció hace casi dos años y grabó en el estudio Music Dorks, en San Juan, con el ingeniero Danny Figueroa.

“Mi música varía”, explica la artista. “Hay algunos temas que son más rock, pero también tengo una bomba en una métrica distinta, 7 x 4. Es música ‘pesada’, con muchas influencias, que cambian a mitad de canción. Más que en los solos, me he enfocado en los ‘grooves’ de la batería y experimentar con la rítmica, añadiendo sonidos electrónicos, efectos en la voz o el bajo, así como distorsión”.

Kolsan reconoce la influencia de la banda australiana Hiatus Kaiyote, cuyo estilo ha sido denominado “future soul”. “Está basado en funk y soul, pero con armonías de jazz y arreglos complejos, con métricas compuestas”, comenta. “No es la estructura tradicional y algunos temas son instrumentales”.

No obstante, asegura que trabaja “todo el tiempo” para definir un sonido propio. “Es algo que tienes en tu mente todo el tiempo, el sonido, el sonido. Si hay algo que no me gusta, lo sigo trabajando. Soy bastante exigente con mi sonido”.

“A mí me conocen en la escena por ser la bajista de las agrupaciones del tecladista Zaccheus Pau, Emina y Voodoo Child”, indica. También toca en otras agrupaciones de “covers”.

Y también la conocen, añade con una sonrisa, como “la del bajo violeta”. Según cuenta con orgullo, se lo construyó su maestro, el profesor Ricardo Lugo, por lo que guarda un cariño especial hacia el instrumento. “Él no lo quería pintar violeta”, recuerda Kolsan entre risas. Finalmente, Lugo encontró una tonalidad que fue de su agrado, ya que permite apreciar la textura de la madera, a la vez que se resalta el color.

La música ha sido esencial en su vida desde que era una niña. En la casa de sus padres había música de tríos (cortesía de su padre), merengue (cortesía de su madre) y, más decisivamente, ‘metal’, gracias a su hermano mayor, quien tenía una banda en ese estilo y era fanático de Iron Maiden. De hecho, fue él quien le sugirió que aprendiera “a hacer unas cositas en el bajo” para que lo ayudara. Así, comenzó a tocar en la banda de su hermano, a la vez que tocaba en una agrupación de plena. El contraste entre ambos estilos, así como las aportaciones que podía hacer en las dos agrupaciones, es algo que aún hace aflorar cálidas sonrisas a su rostro.

“Desde que cogí el bajo me encantaron su fuerza y su sonido”, expresa la artista, quien se declara admiradora de la bajista y cantante Esperanza Spalding, así como de Sammy Morales y Willie Rodríguez, bajista de Cultura Profética, en la escena local. Como innumerables bajistas modernos, reconoce además la influencia de Jaco Pastorius.

La música de Puya también fue decisiva en su desarrollo musical. “Me cambió cuando la escuché, por sus influencias latinas. Obviamente, yo soy de Puerto Rico, y escuchar sonidos de aquí mezclados con el metal me voló la cabeza. Esa fue mi banda favorita. Dato curioso: este verano di clases en una tienda de música y fui compañera de trabajo de Ramón Ortiz, el guitarrista de Puya. ¡En mi vida pensé yo que iba a ser compañera de trabajo de alguien que yo admiré desde chiquita!”.

Dedicada a tiempo completo a la música, Kolsan practica cinco días a la semana -“lo cual es como un trabajo”, dice-, toca junto a las bandas ya mencionadas y se desempeña además como maestra de música en una escuela Montessori.

Además, ya está trabajando en el video de “Déjate llevar”, que se estrenará pronto, y en los restantes temas que completarán el primer álbum de su banda, a ser estrenado hacia mediados de año. “Déjate llevar” está disponible en plataformas digitales como Spotify, Amazon Music, Google Play, ITunes, You Tube Music y Napster.

Entretanto, y mientras se aguarda por el álbum completo de Lila Espiral, ¿qué alternativa tienen los amantes de la buena música, hecha en Puerto Rico pero con el mundo entero como mercado potencial? Dejarse llevar, por supuesto.

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