Por Dra. Mónica Lladó Ortega
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
En su origen, la poesía ha sido invariablemente destinada a ser compartida a viva voz y, por ello, ha estado siempre hermanada con la música. La poesía fue materia prima de los juglares que entretenían a su público con sus cantares, los cuales narraban sucesos históricos y fantásticos; en fin, la realidad y la ficción convivían en la palabra cantada con rima y cadencia. La poesía es cimiento de la tradición oral desde la antigüedad y, desde ella, se yergue un universo poblado de sentires.

Desde esa tradición, que también habita nuestras orillas, Miguel Diffoot presenta “Cantar de poetas”, su primera producción discográfica, una colección de 13 poemas de diversos poetas latinoamericanos, de distintas épocas, musicalizados tan diestramente que logra un balance sublime entre voz y música. Tanto así, que en ningún momento la música brilla más; al contrario, la voz es siempre el centro de cada pieza. La música es el lienzo y el marco que hacen resaltar la obra de arte: el poema.
La selección de poemas; el orden en que son presentados; la variedad de ritmos, que incluye variaciones de balada, guaracha, joropo, bossa nova y danza, hacen la experiencia sonora y poética realmente emocionante y profunda. Se trata de grandes poemas de poetas consagrados y galardonados en sus respectivas épocas.
El poema que abre la colección musical es “Menos tu vientre”, del poeta español Miguel Hernández, el cual ya fue musicalizado originalmente por Joan Manuel Serrat. Este poema celebra la mujer y su vientre, símbolo de su capacidad generatriz de vida y de placeres, que da luz a la vida en múltiples sentidos y que se contrapone a los oscuros sufrimientos de la existencia.
Luego, pasamos a dos poemas que resaltan el amor desde la ingenuidad de la niñez: “Amor niño” y “La niña de Guatemala”, de José de Diego y José Martí, respectivamente. Estos poetas coetáneos de Puerto Rico y Cuba, ambos defensores de la independencia de sus respectivos países, concentran estos versos en las experiencias de amor temprano: uno correspondido en “Amor niño”, en el cual los jóvenes comparten cotidianamente, “más jugando a encontrarse / que jugando al escondite”; mientras, en contraste, en “La niña de Guatemala”, ella “murió de amor” porque el amado “volvió casado”.
En el próximo poema, “No digas más”, de Angelamaría Dávila, poeta puertorriqueña del Grupo Guajana, se explora la paradoja de la soledad que persiste aún en compañía. En los versos se celebra el encuentro entre soledades con “fiera alegría” al saber que “no estábamos solos”. Luego, el hermoso cantar a tres voces de los versos de “Canción amarga”, de Julia de Burgos, estremece la fibra ontológica del amor, en la cual el amado ausente e innombrable es única fuente de esperanza: “cantarte a ti tan solo me despierta”.
El siguiente poema continúa el tono melancólico del de Julia de Burgos, ahora desde una de las voces poéticas de la literatura puertorriqueña contemporánea, Ángel Antonio Ruiz Laboy, galardonado poeta ponceño (Premio Nacional de Poesía ICP, 2012), ex director de la Editorial del Instituto de Cultura Puertorriqueña y el más joven autor de la colección. Su poema “Desplume de lo triste” explora el desamor desde la sinestesia, con hermosas imágenes de dolor y angustia, donde la vida sabe “a magnolia seca que naufraga”. El hermoso arreglo musical de esta pieza sobresale y conmueve.
Tres célebres poetas dicen presente en la producción: el dominicano Pedro Mir, el puertorriqueño Luis Palés Matos y el chileno Pablo Neruda, en ese orden, respectivamente. Con el poema de Pedro Mir, “Hay un país en el mundo” se cambia el tono e ingresamos a otro matiz del amor, en el cual se denuncian las injusticias de su país y se condena a “los ladrones” porque, por ellos, “los campesinos no tienen tierra”. Por su parte, el poema “El pozo”, de Palés Matos, nos regresa a lo ontológico, al alma convertida en pozo profundo desde el cual se conecta con la naturaleza y la existencia es planteada como vaivén claroscuro. Con Neruda y su poema “No te quiero / Soneto LXVI” nos regresamos al terreno del amor y sus extremos, donde “la medida de mi amor viajero / es no verte y amarte como un ciego”.
La siguiente canción es del cantautor puertorriqueño Antonio Cabán Vale, “En las manos del campo”, en la cual se resalta el amor patrio y se celebra a los jóvenes como fuente de esperanza del porvenir. Y entonces, damos un salto a Japón en “Caja de Música”, del argentino Jorge Luis Borges. Estos versos celebran la conmovedora música japonesa que provoca ser y desangrarse a la vez.
La producción continúa con “Pequeño vals vienés”, de Federico García Lorca, un hermoso canto al amor y la tragedia de la muerte, en el cual se propone el vals como despedida y duelo. Y el último poema es de Mario Benedetti, “Es tan poco”, desde el cual se concluye la colección con la tristeza existencial de un amor que no es correspondido.
Resulta acertado el ritmo creado por este orden de poemas, con el cual, en emotivo vaivén, transitamos varios matices del amor y la existencia. Al completar la travesía, persiste la conmovedora belleza poética y musical de la producción.
El guitarrista Jomel Rivera y el percusionista Javier Calzada acompañan la potente y excelsa voz de Miguel Diffoot por el recorrido poético-musical y contribuyen, con su talento y, en varias ocasiones, con sus arreglos musicales, al gran logro de esta producción. El disco compacto incluye notas biográficas de los poetas, realizadas por Luz Nereida Pérez; y un folleto con la letra de los poemas, todo bajo el arte gráfico de Julio A. García.
Cantar de poetas es una pieza de colección para atesorar; es un homenaje a la poesía como cantar vital para el disfrute de todos. Agradecemos y felicitamos al cantor Miguel Diffoot, a la Fundación Nacional para la Cultura Popular y a sus productores, Javier Santiago y Adriana Pantoja, por este singular proyecto, por esta valiosa contribución al quehacer cultural del País.
La Dra. Mónica Lladó Ortega es Catedrática Asociada, del Departamento de Español de la Universidad de Puerto Rico en Carolina.