Por Jaime Torres Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
Lo sorprendimos justo en el momento en que se disponía a salir de su hogar en Arecibo para honrar un compromiso artístico.

Pero, con gentil naturalidad, Odilio González dijo que su salida podía esperar para proceder con la entrevista con la revista digital de la Fundación Nacional para la Cultura Popular.
Y sin la necesidad de premisas, don Odilio conversó con este medio con simpatía y entusiasmo, como si platicara con un entrañable amigo.
“Ya estoy cumpliendo 65 años en la música y estamos intentando en este año que viene celebrarlo en los diferentes pueblos de la Isla”, señaló el recordado Jibarito de Lares, que acaba de regresar de la República Dominicana y cuya agenda está llena hasta el 14 de enero.
De su carrera de 65 años, recordó a Joselito, a quien nunca olvidará y en cierto modo tampoco un sector de Puerto Rico porque perduran en la memoria popular sus filmes con Sara García. “Hubo conciertos que presentamos. Toda una vida con Joselito, de España y Odilio de Puerto Rico. El último show que hicimos estaba en una camilla en el Teatro Puerto Rico de Nueva York y no pudo cantar”.
De tantas andanzas por los escenarios de Nueva York y Chicago, entre otros estados, lo que más le llena es el cariño del pueblo.

“Mi música es para el pueblo. Cada vez que voy a los pueblos de la montaña, las plazas se llenan de tepe a tepe. Eso me llena para seguir adelante. A veces hemos pensado en el retiro porque la calle no es la misma y no es bueno salir de noche. Pero la gente no quiere que me retire. Gracias a Dios, tengo la voz muy bien y tengo un repertorio para la gente del ayer. Muchachas jóvenes que van con sus abuelos y papás”.
Fue inevitable hablar de su trayectoria discográfica. Odilio calcula que ha grabado más de un centenar de discos. “Para que tengas una idea, le he grabado 121 números a Luz Celenia Tirado”.
Su canción más popular, la que siempre le piden, se titula “Mercedita”. “En Santo Domingo hay que hacerla dos y tres veces porque si no el público no queda complacido”, explica el intérprete de “El rostro mío”, “La mano de Dios”, “Contraste”, “De rodillas” y “Celos sin motivos”.
Odilio, como el inolvidable José Miguel Class, inició en la música campesina. Del seis y el aguinaldo luego evolucionó al bolero.
“Mis primeros discos en 78 y 45 rpm salieron con Embassy Records. Ellos vendieron el catálogo a Ansonia. Traté de buscar otros mercados porque no es posible vivir con la música jíbara todo el año. No olvido cuando estábamos terminando un elepé de Navidad y sale Nieves Quintero y me habla de hacer el bolerito ‘Ciega de celos’ de Ismael Santiago y luego ‘Celos sin motivo’, que explotó en toda la década del 60”.
Odilio aclaró, empero, que el folclor campesino palpita en su corazón y acaricia su alma. “Lo llevo en el alma. Siempre abro ‘Con una botella de vino’, unas décimas de Eduardito Villanueva. Toda la vida he trabajado con el cuatro puertorriqueño. Pero a nuestra música no se le da el auge que se le debiera dar, como en México respetan la ranchera y en Santo Domingo al merengue”.

Aunque reconoce que la música evoluciona con los tiempos, para Odilio los catálogos del cancionero campesino y el mismo bolero entrañan una herencia cultural indiscutida de Puerto Rico.
“No tengo ni explicación. Están los programadores y el mismo gobierno. Ahora mismo en las emisoras FM los tríos han desaparecido. Claro, la música evoluciona pero se le debiera dar un poco más de auge a lo nuestro”.
El Jibarito sonríe al ser abordado sobre quién lo descubrió como cantante. Fue en WCMN AM y de ahí pasó al programa de Don Rafael Quiñones Vidal. “Allí me escuchó Piquito Marcano y rápido me llevaron a Nueva York en 1956, con Myrta Silva, Davilita, Los Hispanos y Cortijo y su Combo. Tendría 12 ó 13 años”.
Su disco más reciente se titula “La Leyenda” y lo vende en sus presentaciones. Es un concepto de boleros. “Este género no muere nunca. Lo que llaman bachata es el bolero. En Santo Domingo me dicen que soy el precursor de la bachata. Pero el bolero no muere. La música romántica no muere nunca. Perdurará toda la vida”, explica Odilio, nombrado con el apelativo Jibarito de Lares por el locutor Nadal Barreto de WCMN.
Feliz por su reciente homenaje en la final del Concurso de Trovadores del Instituto de Cultura Puertorriqueña, celebrado en Comerío, Odilio reveló, en broma y en serio, el secreto de su longevidad: el pitorro.
“Yo tengo 79 años… Un pitorrito por la mañana en vez de café. En serio, me cuido mucho y estoy bien. Al tercer número me ha dado un bajón de pitorro y las doñas me llevan el vasito”.
Así se despidió el legendario Odilio González, un cantor de pueblo, siempre alegre y en sintonía con la gente sencilla.