Por Jaime Torres Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
Atrapada durante dos horas en un tapón descomunal, a Jacqueline Capó no le quedó más remedio que estacionarse y echar a llorar.

Lloró porque la puntualidad es una de sus virtudes. Lloró porque no pudo hacer la consabida prueba de sonido. Y lloró porque tuvo la corazonada de que su público, por el bendito tapón hacia el Islote de San Juan, tampoco pudiera llegar y el cierre de la segunda temporada de “A las Puertas del Ocho Puertas” fuera cancelado.
“Llegué como loca en sandalias y con un trajecito, porque pensaba cambiarme luego. Y ya había gente esperando en la entrada. Se llenaron todas las mesas y empezamos un poco más tarde para darle oportunidad a las personas que llegaran, aún con el tapón”, dijo a esta revista digital.
El pianista Cuqui Rodríguez llegó temprano y con su peculiar buen sentido del humor le dijo que habían llamado a otra cantante para hacer el show…
“Llegué y Cuqui tomó la decisión de esperar media hora y me dio tiempo para bajar las revoluciones. No pude hacer prueba de sonido, pero algo que me dio mucho sentimiento es que Eduardo Cautiño me ayudó con el sonido. Para mí eso fue un detalle muy especial”.
Y comenzó la función de “Nuestros Cantares de Navidad”, desenlace de la serie “A las Puertas del Ocho Puertas”
“Fue muy emotivo porque prácticamente el público cantó todas las canciones conmigo. La gente cantó; hubo quienes llevaron sus maracas. Hubo un intercambio hermoso y pudimos dialogar. Hubo mucha gente, pero a la misma vez fue íntimo”.
Jacqueline Capó estructuró su concierto en torno a los clásicos del cancionero navideño rubricado por compositores del patio, como su padre Bobby Capó, Rafael Hernández, Pedro Flores, Edmundo Disdier, Tito Henríquez, Noel Estrada, Benito de Jesús y otros.
“Cuando canté ‘Canto a Borinquen’, que no fue planificado, compartí que todo el mundo pensaba que era de Willie Colón y Héctor Lavoe. Pero hice mi investigación y vi que esa canción es de Ramito y que su título es ‘Patria y amor’. Y fue perfecta en la parte en que hablé de que los puertorriqueños le cantan a la Patria en Navidad. Tuve que mencionar que Puerto Rico acababa de perder un gran patriota: con gran respeto se la dedicamos a Carlos Gallisá y el público se emocionó”.
Hubo momentos jocosos como cuando unas amistades se desafiaron entre sí para identificar a los artistas cuyas imágenes aparecen al fondo del escenario.
“Alguien dijo que es Remi el que está al lado de Alberto Carrión y les aclaré que es mi hermano Bobby. Así identificaron a las personas que aparecen en las fotos”.
Una de las interpretaciones que más disfrutó fue el estándar “Villancico yaucano” de Amaury Veray. Es una canción muy significativa para su familia.
“Con ese número cerré porque en la Nochebuena mi familia hace un desfile para poner al Niño Jesús en el pesebre. Nos vestimos de pastores y de la Virgen con el vestuario que coció mi abuela, que era modista. La dueña de la casa elige la persona y una vez se pone el Niñito en el pesebre, y ya he perdido la cuenta de cuantos años llevamos haciendo esto, canto ‘Villancico yaucano’, recordó Jacqueline, quien el año pasado, aunque se encontraba en Estados Unidos, para que no se perdiera la tradición le cantó a su familia por Facetime…
Así, con el sentimiento de la auténtica Navidad a flor de piel y de la fibra del alma, Jacqueline Capó cerró con altos honores la temporada de 2018 de “A las Puertas del Ocho Puertas”.