Israel Solla y el rol del actor

Por Edgar Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular

El actor Israel Solla vivió momentos de gran emoción al recibir la distinción de Mejor Actor Visitante durante la ceremonia de los premios Hispanic Organization of Latin Actors (HOLA), al igual que su compañero de escena Josean Ortiz.

Josean Ortiz e Israel Solla ganaron esta semana el premio Hola que otorga en Estados Unidos la Hispanic Organization of Latin Actors. (Foto suministrada)

Hoy viernes 26 y mañana sábado 27 de octubre, el histrión interpretará con más pasión el personaje de “Manolo”, socio de una compañía, al volver a presentarse la obra “Nadie es profeta en su espejo” -que lo hizo merecedor del galardón- en la sede de la Fundación Nacional para la Cultura Popular en el Viejo San Juan, a partir de las 8:00 de la noche.

“Manolo’ es un hombre de familia que tiene su negocio, pero que le gusta salir a las barras. Tiene como quien dice una doble vida… Los dos personajes (‘Rosa Luxemburgo’, cuyo verdadero nombre es José María ‘Chema’ y ‘Manolo’) tienen muchas cosas escondidas que a través de la obra se van tirando los pañitos sucios al aire. Ellos se conocen desde los días universitarios”, apuntó.

Destacó que antes de esta pieza no había compartido escena con Josean Ortiz, sin embargo, enseguida desarrollaron una química perfecta. “Nos conocíamos, obviamente, del ambiente teatral de Puerto Rico y nos contábamos chistes cuando nos encontrábamos, pero no habíamos trabajado juntos. También, yo había ido a El Corralón en el Viejo San Juan a ver obras, y tuve dos o tres ensayos allí. Fue cuando surgió este proyecto que él me llamó. ¡Hubo química desde el principio!”.

Solla disfrutó el montaje de “Nadie es profeta en su espejo” en The Producers Club, como parte del Festival Teatral D2 en la ciudad de Nueva York, donde evaluaron su actuación que le mereció el premio. “La pieza gustó mucho. ¡Tuvo muy buena acogida! Me puse muy contento por el premio. Es el primer reconocimiento que recibo, porque en Puerto Rico no se dan premios de actuación. Solo hay premios en festivales pequeños, pero no a nivel general en teatro”, puntualizó.

“Nadie es profeta en su espejo” se presenta hoy y mañana en la sede de la Fundación Nacional para la Cultura Popular. (Foto Javier Santiago / F.N.C.P.)

Después de conquistar el galardón, el actor está considerando abrirse paso en Nueva York. “Parece que en Nueva York hay bastante taller y hace falta buenos teatreros”, sostuvo.

Israel Solla dio sus primeros pasos en serio en la actuación en 2010 al tomar clases en el Ateneo Puertorriqueño y otros talleres, pero sí se había dado a conocer como modelo de pasarela y comerciales.

Curiosamente, estando en escuela elemental tuvo un problema con un director y el castigo fue que apareciera en una obra, porque de otra forma lo suspendían. “De un castigo surgió algo que me apasionó”, recalcó.

Entre los trabajos más recientes de Solla sobresalen algunas piezas para estudiantes con el productor Gerardo Rodríguez, como también otras para público general en el Ateneo Puertorriqueño. “Poquito a poco el teatro vuelve a caer en tiempo”, manifestó el artista, tras ser interrogante sobre el resurgir del mismo a un año de la devastación del huracán María en Puerto Rico.

Precisó que los estudiantes deben estar más expuestos al teatro, por lo que lamentó que con los cambios de gobierno haya “un juego político” para buscar fondos.

El taller de teatro del Ateneo Puertorriqueño fue plataforma importante para el inicio del actor en el campo profesional. (Foto suministrada)

“Uno no debe cerrarle las puertas al arte. Hasta en los peores momentos es cuando más la gente se quiere entretener”, insistió.

Añadió que en el País, no hay tanta facilidad para entrar al quehacer teatral por las “distintas piñas”, aunque no lo critica.

Israel Solla reveló que su expectativa “más humilde es poder vivir completamente de la actuación, que uno no tenga que cogerlo como ‘partime’ o pasatiempo. ¿La más abarcadora? El cielo es el limite, adonde llegue”.

Admitió que en escena no tiene pudor con quitarse la ropa -lo que ha hecho en varias ocasiones- pero solo si el libreto lo amerita. “Ahora no me interesa mucho hacerlo, después de dos o tres… Tampoco es bueno que llamen al mismo actor todo el tiempo para que haga lo mismo… El trabajo del actor es interpretar. Todos tenemos lo mismo”, culminó diciendo.

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