Por Rafael Vega Curry
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
El 2018 definitivamente ha probado ser un año muy productivo para el saxofonista y compositor José “Furito” Ríos. Hace un par de meses, publicó el álbum “Standard Bomba 2 – ¡Esta es mi bomba!”, que ha sido calificado como su obra maestra y una aportación esencial al jazz afropuertorriqueño. Poco antes, había publicado además cuatro discos compactos en los que recoge parte de lo acontecido en el Festival de Jazz Boriquén –que el propio Ríos producía- entre el 2001 y el 2007. Son otro documento importante de la evolución del género sincopado en la Isla.
Como si fuera poco, Ríos también estrenó recientemente la banda sonora del documental “Nuyorican Básquet”, que fue dirigido por Julio César Torres y Ricardo Olivero, y para el cual el saxofonista creó música original. Los músicos que reclutó para dar vida a sus composiciones representan un verdadero quién es quién del pentagrama puertorriqueño actual e incluyen, entre otros, a Luis Aquino y David “Piro” Rodríguez en las trompetas, así como su hijo, Raúl Ríos; Antonio Vázquez en el trombón; Edwin Clemente en el timbal; William “Kachiro” Thompson en las congas; y Efraín Martínez en la batería, entre otros.

El documental narra la historia del Equipo Nacional de baloncesto masculino que participó en los octavos Juegos Panamericanos, celebrados en San Juan en 1979, cuyos integrantes eran mayormente jugadores que se desarrollaron en Nueva York. Entre ellos, se destacan Raymond Dalmau, Charlie Bermúdez, Georgie Torres y Mario”Quijote” Morales. El equipo fue dirigido por Flor Meléndez con la asistencia de Julio Toro.
Dos grandes comentaristas deportivos ya desaparecidos, Fufi Santori y Elliott Castro, ofrecen sus comentarios sobre el equipo y el contexto social y político que rodeó el evento. De hecho, uno de los directores del documental, Ricardo Olivero, ha dicho que el mismo es una invitación a reflexionar sobre la identidad puertorriqueña y su relación con la diáspora.
La música en sí es un crisol de influencias, reflejo del acontecer cultural tanto en Puerto Rico como en la Ciudad de los Rascacielos. No faltan aquí un boogaloo, “Donquea mi boogaloo”, que da comienzo al disco; un son montuno jazzeado, “Bola al aire”, con excelentes solos de trompeta de “Piro” Rodríguez; un buen tema funk, “Cargando con la defensa”, en el que sobresalen la flauta de Ríos y la guitarra eléctrica de Juan Rodríguez; y un tema sicodélico-funky, “En los tres segundos”, que recuerda por su sonoridad y ambiente las experimentaciones eléctricas de Miles Davis a principios de los años 70.
Tampoco faltan las piezas de salsa, ya sean instrumentales (“Falta técnica”, con una energía que recuerda ligeramente a Eddie Palmieri, y “En la güira”) o cantada (“Ahí viene la selección”, vocalizada por Juan Pablo Díaz y Kiani Medina, y con Alex D´Castro, Darvel García y Carlos Cardona en el coro).
Dos temas ameritan mención aparte, por su singularidad. En “Tiempo pedido”, el formato utilizado es el de un conjunto típico –con trompetas y tres, pero sin timbal- cuyas dulces cadencias remiten a un tiempo pasado. Por su parte, “Ángel perdido” es un solo de piano de profunda melancolía. Ambos temas refuerzan la variedad del álbum.
Aunque fue creada como apoyo para los eventos que se narran en el documental, la música de “Nuyorican Básquet” se sostiene por sí misma. Representa no solo una agradable escucha, sino un testimonio adicional de la inagotable riqueza creativa de “Furito” Ríos.