Por Jaime Torres Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
Hablar de Jerry González es aludir al genio que estableció con su Fort Apache Band un antes y un después en el jazz latino.

Los melómanos y músicos de Puerto Rico, Nueva York y España lamentan su accidental deceso cuando se desencadenó un fuego en el apartamento del barrio de Lavapiés, en Madrid mientras dormía el lunes bajo los efectos de medicamentos para su desmejorada salud.
El musicólogo René López, productor del disco “Concepts In Unity” del Grupo Experimental Nuevayorquino, taller en que Jerry y otros se desarrollaron, destacó en entrevista con este medio digital que el Fort Apache alteró la forma en que los músicos latinos se acercaban al jazz.
“Cambiaron lo que se consideraba latin jazz. En mi opinión, hay que decir antes y después de Fort Apache. Lo que marca pautas en el desarrollo de los músicos latinos tocando jazz es que tienen sus experiencias con Dizzy Gillespie y McCoy Tyner. Pero Fort Apache es el primer grupo que hace la transición de los temas americanos a los montunos cubanos. Ellos concibieron eso en una música: el jazz y lo latino. Hay dos partes juntas que uno no ve la línea que las divide. Eso no se había hecho antes como lo hace Fort Apache y eso tiene que ver con la manera de su hermano Andy de tocar el bajo, que continuamente hace la transición de uno al otro. Eso es grande en la historia del jazz latino”, dijo el doctor René López.

Por su parte, el maestro Eddie Palmieri recordó que conoció a los hermanos Jerry & Andy González gracias al timbalero Nicky Marrero.
“Nicky me trae a Andy González y Jerry viene más tarde. Era único, de un talento natural. Hizo el disco de Theloniuos Monk en jazz latino y decía que cualquier disco de Eddie Palmieri era como una biblia. Para 1971 él trabajó diferentes sesiones conmigo y poco después ya tenían el Conjunto Libre con Manny Oquendo. Los hermanos González son unos talentos increíbles y los tengo cerca de mi corazón. Andy ha sido uno de los mejores bajistas que ha tocado conmigo y Jerry, con la ‘Calle 54’, se hizo famoso como un Miles Davis latino”.
Jerry, que influenció a músicos jóvenes como Ray Vega y los hermanos Zaccai y Luques Curtis, fue un genio en todo el sentido de la palabra, según reaccionó desde Nueva York el coleccionista e historiador Harry Sepúlveda.

“Si escucha el disco de Libre cuando grabaron “Little Sunflower” de Freddy Hubbard ahí ya se observa esa luz de Jerry González y su Fort Apache. Su contribución, primero que todo, [lo interrumpe el llanto] es que nunca escuché algo tan sincero y real como lo que Jerry hace con Fort Apache. Los músicos que trajo al grupo tenían que estar a su nivel. Todo lo que pasaba por el Fort Apache era lo mejor del jazz, como el pianista Larry Willis”, sostuvo Sepúlveda al recordar que Jerry & Andy, además de otros músicos de su generación, como Frankie Rodríguez, Nicky Marrero y Milton Cardona, se nutrieron escuchando los discos de Los Muñequitos de Matanzas, Los Papines, Julito Collazo y los conceptos de percusión de Tito Puente con Mongo Santamaría y Willie Bobo, además del jazz de John Coltrane, Dizzy Gillespie y Miles Davis.
“Todo eso lo que Andy y Jerry llevaron a la mesa”.
Sepúlveda recordó que Jerry y Andy eran uno. La personalidad del segundo era mucho más conservadora y tranquila. Jerry era más apasionado.
“Todo el desarrollo de Jerry fue al lado de su hermanito Andy. Jerry se pasaba donde estaba su hermano Andy. Es uno de los más grandes que ha pasado por el latin jazz. Su contribución fue totalmente original”.
Anoche Andy, bastante quebrantado de salud, no podía comprender que Jerry ya no habite este plano. Al cierre de esta nota le entristecía que los restos de Jerry no sean sepultados en Puerto Rico ni en Nueva York, sino en Madrid.
“Es difícil de explicar. No encuentro cómo hablar de su contribución a la música. Es todo”, dijo Andy desde el Bronx.

Acá, músicos como el saxofonista José “Furito” Ríos aún no interiorizan el final de Jerry González. “Es una pena profunda, no solo para mí, sino para muchos de los que trabajamos y colaboramos con él. Era un músico genuino, un gran artista y un gran amigo”.
Como productor del Festival de Jazz Borikén, Furito lo invitó a la tercera y quinta edición del evento, que ha documentado mediante el lanzamiento de cuatro discos en que se escucha a Jerry como trompetista y conguero en su composición “Peace” y en la obra de Miles Davis “Someday My Prince Will Come”.
“Uno a veces revive las vivencias y los momentos jocosos. Precisamente estaba hablando de Jerry con Saudi la noche antes de su muerte. Al otro día me levanto y me entero de eso… Estamos prestados. Hay que hacer lo mejor que se pueda mientras uno esté en este plano”.