Por Jaime Torres Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
La música necesariamente no es la prioridad de los organizadores del Festival de la Palabra.

Anoche esta aseveración fue más que evidente en el Pabellón de la Paz del Parque Luis Muñoz Rivera en San Juan, durante la presentación del quinteto de la pianista Brenda Hopkins Miranda y sus cantantes invitadas Lizbeth Román y Cheryl Rivera.
El concepto “Brujazz”, de indiscutible originalidad, reunió a estas tres artistas de la escena emergente e independiente, cada una con una trayectoria respetable, con la capacidad –como han demostrado- de abarrotar salas sin mucho esfuerzo.
Ciertamente la promoción fue pobre y por consiguiente la asistencia resultó escasa. Pero eso no fue todo: no hubo pruebas de sonido oportunas y el perseguidor de la tarima fue sustraído de cajas y ensamblado ante la mirada atónita de los presentes.
Pero una vez inició el concierto la experiencia resultó complaciente en demasía. “Brujazz”, en alusión a octubre, mes de las brujas, transitó por el blues, el jazz, el rock y los ritmos afroboricuas, proyectando el virtuosismo de Brenda al piano y la versatilidad de Cheryl y Lizbeth, parte de las voces invitadas de su aclamado disco “Puentes”.
Por lo escuchado, no hay duda de que Brenda y las chicas invirtieron horas de ensayo que se tradujeron en un concierto de excelencia, en que resultó claro desde el principio que el quinteto está muy compenetrado.
El concierto despegó con el blues “Casi”, obra original interpretada por Cheryl, con buenos solos de Brenda y Christopher de León en la guitarra eléctrica.

Ambas cantautoras, además, dominan instrumentos de cuerdas, como la guitarra (Lizbeth) y el ukulele (Cheryl). La dinámica de la puesta en escena se caracterizó por la improvisación de solos y acompañamientos de Brenda, con una expresión libre de complaciente musicalidad de las cantoras del medio alternativo local.
No faltaron interpretaciones del repertorio de Nina Simone, como “I Got Life” por Cheryl, y melodías de “Puentes”, como la obra “Verde luz” de El Topo, que grabó Lizbeth y que anoche en una versión libre amplió con líneas sobre la condición colonial de Puerto Rico.
El concierto y el Festival de la Palabra, en general, fueron dedicados a la diáspora boricua en Estados Unidos. Cheryl sorprendió con su composición “Yo volveré” (‘yo volveré/en la montaña yo me quedaré/yo volveré/a mi tierra linda yo regresaré”), que revela su sensibilidad y sencillez como cantautora cuando piensa en los emigrantes puertorriqueños.
Lizbeth, por su parte, también deleitó a los contados asistentes con sus éxitos “Me voy” y su travieso “Bolero saltarín”, que interpretó a dúo con Cheryl, en una entrega extraordinaria.
Mientras Lizbeth cantaba “La bruja” se registró un apagón. La energía eléctrica jamás se restableció por la carencia de un generador, mas en un gesto de profesionalismo Brenda, Liz y Cheryl se las ingeniaron para, en plena oscuridad, concluir con una versión acústica.
Definitivamente, “Brujazz” merece una reposición urgente.
El quinteto encabezado por Brenda, junto a Manuel Martínez (batería), David de León (bajo), Christopher de León (guitarra eléctrica) y Andrés Cruz (percusión), es artífice de arreglos explosivos que se fundamentan en una fusión de jazz, blues y rock con la cadencia afrocaribeña, en particular la bomba y la plena.
La presencia de Cheryl y Lizbeth es clase aparte. En ambas se conjugan la poesía, la actuación, el sentimiento y la musicalidad. Es un dúo original con el potencial, cada una con su arte, de conquistar al mundo.