Por Jaime Torres Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
No es justo afirmar que un músico de salsa no puede tocar jazz.
Es una generalización que suelen repetir algunos puristas que olvidan que la bien o mal llamada ‘salsa’ es música afrocaribeña bailable que cultivaron, si recordamos la era del mambo, grandes músicos como Tito Puente, Machito, Tito Rodríguez, Mario Bauzá, Chico O’ Farrill y Mongo Santamaría que, entre otros, terminaron en el jazz.
De ahí la relevancia cultural de la propuesta “Mind Of A Master” del maestro Bobby Valentín y su grupo The LJs o Los Jazzistas Latinos.
Bobby, tras un brillante debut en el Puerto Rico Heineken Jazzfest, engalanó el Festival de Jazz de la Inter, celebrado esta semana en el teatro del Recinto Metropolitano, como parte de una serie de conciertos y clases magistrales que ofreció junto a William Cepeda y Humberto Ramírez.
Si bien en su mayor parte The LJs lo integran instrumentistas de su orquesta de salsa, Javier Oquendo, David Marcano, Angie Machado y Eliud Cintrón demostraron la sensibilidad y el conocimiento del idioma del jazz para proyectarse con credibilidad en dicha expresión.

Los que una vez tuvimos el privilegio de asistir a las inolvidables jornadas “Salsa meets Jazz” del Village Gate, identificamos cuando, más allá de las horas de ensayo y los arreglos, a un músico le sobra corazón para el jazz porque, simplificando el asunto, el jazz es sentimiento.
Con posibilidades reales de alzarse con el Latin Grammy en noviembre, Bobby y su sexteto, fortalecido por el saxofonista tenor Frankie Pérez y el pianista Eduardo Zayas, presentó el repertorio de “Mind Of A Master”.
“De nuevo a la carga”, “Latin Gravy”, grabada con Johnny Pacheco hace alrededor de 50 años, “Orocoa”, “El cumbanchero” de Rafael Hernández, “Freedom” y “Blast OFF” o el mambo jazz “El mundo de las locas” grabado por Tito Rodríguez, entre otras, arrancaron sólidos aplausos de parte de la audiencia, en su mayor parte de estudiantes del Departamento de Música de la INTER Metro.
Sus arreglos, caracterizados por sus frases cromáticas, y la dinámica de llamado y respuesta, con solos de sax, trompeta y trombón intercalados, sobre un ‘riff’ sólido al piano y una base rítmica poderosa hicieron el deleite de los presentes.
Bobby Valentín y The LJs llegaron mucho más lejos que en el disco. Los solos de Eliud Cintrón en el trombón, de Angie Machado en la trompeta y, en particular, de Eduardo Zayas en el piano acústico elevaron la experiencia de la audición de “Mind Of A Master” a una dimensión impredecible.
David Marcano en la batería y Javier Oquendo en las tumbadoras estremecieron el recinto, gracias a la impecable dirección de Valentín, quien brilló como compositor, arreglista y acompañante en el bajo.
La única observación al Maestro Valentín es la insistencia de identificar sus interpretaciones como “numeritos”, cuando real e indiscutiblemente son obras de exquisita musicalidad, ricas melódica y rítmicamente, como demostró en su composición “Freedom”, de difícil ejecución pero marcada sin contratiempos en los tiempos 5/4 y 6/8, mientras Eliud aportó un solo muy extenso y expresivo, oportuno para apreciar su desarrollo en el trombón.
La sorpresa del concierto resultó la composición “Maiden Voyage” de Herbie Hancock, un jazz funk que desembocó en una descarga avasalladora. Esta obra Bobby la grabó en vivo en 1975 durante un concierto de su orquesta de salsa en la Penitenciaría Estatal u Oso Blanco.
En fin, en la Inter Bobby Valentín demostró con “Mind Of A Master” que respeta el jazz latino; que lo aborda con sentimiento y que sus músicos son exponentes convincentes de la expresión.