Por Jaime Torres Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
El Señor Cantautor que se presentó el sábado a casa llena en la Sala Antonio Paoli de Bellas Artes afirma que habitamos un planeta en el que tenemos acceso a una enorme cantidad de música, libros y aplicaciones que no alcanzamos escuchar, leer y utilizar.

Por eso Jorge Drexler retoma el sonido orgánico de su guitarra en su presente gira “Salvavidas de hielo” que, previo a su concierto del pasado sábado 22, lo llevó a Ecuador, San Salvador y Panamá.
Su regreso a los escenarios nacionales fue un lujo, particularmente en una época en que se impone tanta mediocridad y superficialidad en la música popular que se produce y consume en Puerto Rico.
Jorge es un cantautor muy original, en sintonía con el mundo y sus dilemas. Prácticamente, es un artista que, aunque se desarrolla en la década del 90, consolida su popularidad después del 2000.
Sus canciones han sido grabadas e interpretadas por Ana Belén, Mercedes Sosa, María Rita, Pablo Milanés, Ana Torroja y el Bajofondo Tango Club, entre otros.
Ganador del Óscar por la canción “Al otro lado del río” de la película “Diarios de motocicleta”, inspirada en la travesía que Ernesto “Che” Guevara y su camarada Alberto Granado realizaron por Sudamérica, la música de Drexler se nutre del folclor latinoamericano, particularmente de la samba y la milonga, y su fusión con el rock, el jazz, el hip-hop, el samba y la bossa nova.

Aquí se ha presentado varias veces y uno de sus recitales más aplaudidos se celebró en el Teatro de la Universidad. Su público, contrario a otros cantautores, en su mayor parte consiste de jóvenes universitarios, “milenials” y adultos profesionales, que el sábado desbordaron el escenario más prestigioso de la Nación.
Compositor, guitarrista, cantante, actor, guionista, médico y surfer, el artista uruguayo que el pasado viernes 21 de septiembre cumplió 54 años se distingue por su sapiencia y sensibilidad al abordar temas difíciles que el cantautor o la cantautora promedio pasan por debajo del radar de su creatividad e inspiración.
En “Todo se transforma”, del álbum “Eco” de 2004, alude al tema de la reencarnación: “cada uno da lo que recibe, luego recibe lo que da”.
En “La edad del Cielo”, del cd “Fronteras” de 1999, aborda la inmortalidad del alma y la aparente pequeñez del hombre en el Universo, lo que como cantautor expone como “una broma de Dios”.
En “Hermana Duda”, del disco “12 segundos de oscuridad”, plantea sin ambages su agnosticismo. Y si de letras románticas se trata, sus fans coincidirán con este periodista en que “Asilo”, dúo con Mon Laferte de su reciente entrega “Salvavidas de hielo” y que cantó con sus músicos en una versión aderezada por aires de ranchera, cautivan e intrigan por su originalidad e ingenio.

Asimismo, temas como el de los emigrantes, el calentamiento global, el neoliberalismo de la economía, la pobreza y la impersonalidad que caracteriza la era de la informática son frecuentes en sus composiciones.
Gustó mucho su versión en milonga del clásico “Lamento borincano” de Rafael Hernández. A tan empático gesto añadió la invitación de PJ Sin Suela, cuyo rap sobre la situación colonial de Puerto Rico, evidente en la Junta de Control Fiscal, resultó del agrado de su fanaticada.
Un segmento acústico con parte de sus músicos; su dramática interpretación de “12 segundos de oscuridad”, su esperanzadora exposición política en “Bolivia”; su contagiosa “Bailar en la cueva”, que sí puso a bailar a la concurrencia; su sagaz y elocuente “Silencio” y su grito de alerta ambiental en “Despedir a los glaciares”, entre otras de la secuencia de su reciente cd “Salvavidas de hielo”, hicieron de su concierto uno de los mejores presenciados por este medio alternativo durante 2018.
En Bellas Artes Jorge Drexler lanzó su “Salvavidas” en Puerto Rico. Y no hay duda de que los fans de la música alternativa sobrevivieron al tsunami de tanto ruido y trivialidad.