La hora de El Colorao

Por Jaime Torres Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular

El Caballero del Verso Elegante, el eterno David Ortiz Angleró, lo bautizó con el apelativo “El Colorao de Aguas Buenas”.

David Ortiz bautizó a Isidro como “El Colorao de Aguas Buenas”. (Foto K. Ortiz Photography)

Así ha sido conocido Isidro Fernández, trovador que tras una carrera ejemplar como cultor de la décima espinela, este domingo presentará su primer disco como solista en la sede de la Fundación Nacional para la Cultura Popular, en la Calle Fortaleza, esquina del Cristo, en el Viejo San Juan.

A Isidro le encaja el trillado adagio que versa “nunca es tarde si la dicha es buena”. Su primer disco solo es posible al respaldo del movimiento cooperativista del País y de su amigo Juan Félix Algarín.

“Estaba insistiendo que yo grabara un cedé con mis letras y establecimos un contacto con la Alianza Cooperativa del Este para poderse realizar. Los trovadores no somos personas que tengamos mucho dinero, aunque uno tenga una profesión aparte. Yo estoy retirado del gobierno de Puerto Rico y dependo de mi pensión, pero con la ayuda de mi gran amigo la Alianza Cooperativa respaldó el trabajo”, dijo Isidro a esta revista digital.

Isidro, un fiel creyente de los valores del cooperativismo, recordó que los proyectos en el género en que se desenvuelve son resultado de la autogestión y las economías solidarias.

“Es una manera de tener ahorros. Nosotros no tenemos dinero. Estudié en la Universidad de Puerto Rico y me gradué en 1973. Empecé a trabajar en el gobierno y comencé a escribir y cantar mis cositas. Pero con el respaldo de los compañeros pude despertar a la trova y aquí estamos gracias a Dios”.

El primer disco de Isidro ‘El Colorao’ se cristaliza tras una serie de grabaciones con Mapeyé, Decimanía, Taller Boricua, Edwin Colón Zayas y Taller Campesino.

“Cuando empecé a ir a los concursos de trovadores, ya había conocido a trovadores en la WVJP de Caguas, como Luis Miranda, los Hermanos Claudio, Chago Adorno y una serie de trovadores que luego fueron mis amigos y compañeros. Así empezó todo”.

Isidro, cuyo aprendizaje de la décima espinela es autodidacta, se nutrió de los estilos de los hermanos Morales Ramos, Germán Rosario y Chuito el de Bayamón.

“Mis estudios en la Universidad me ayudaron bastante en la improvisación así como el contacto con trovadores de otros países, durante los viajes con Mapeyé, Decimanía y diferentes grupos. Todavía me falta por aprender muchísimo. Pero la lectura es fundamental y estar ligado a tradiciones parecidas a la nuestra, como los trovadores de Cuba, México, Venezuela, Argentina, Uruguay y los de Islas Canarias”.

De las décimas y decimillas que presenta en su disco, capturan la atención las inspiradas en el agua, líquido vital que compara con el mayor tesoro al que se pueda lograr acceso.

Isidro recibió la influencia de figuras de la trova como los hermanos Morales Ramos, Germán Rosario y Chuito el de Bayamón. (Foto suministrada)

“Es la décima más antigua que tengo, de creación mía. Lo que sucede es que a través de la lectura y de las experiencias, incluso de leer las escrituras sagradas, el agua tiene un papel primordial en la creación. El planeta en un porciento mayor es agua. Con el conocimiento que se va adquiriendo, uno puede desarrollar conceptos de creación como este”.

Las décimas de “Huracán”, para un seis de Bairoa, es otra alusión a las fuerzas y recursos de la naturaleza. “Es como un recuento de cuando empieza el huracán a soplar. Es un proceso natural que se da. Somos un pueblo de huracanes, desde los taínos y la lucha eterna entre Huracán y Yuquiyú, seguí buscando posibles manifestaciones del agua hasta entrar en la parte religiosa”, explicó Isidro, en cuyo barrio Cañaboncito de Aguas Buenas el paso de María fue “una cosa espantosa”, pues estuvieron como siete meses sin energía eléctrica.

Otra obra merecedora de la atención de los seguidores del folclor es el seis antillano “La Ceiba”, una estampa del barrio Cagüitas de su natal Aguas Buenas.

“Esa ceiba estaba cerca de un charco al que iban los muchachos del barrio. Era una ceiba gigantesca, impresionante, mal calculado, de más de 50 pies de alto. Una de las ramas cruzaba el río de un lado a otro. Una vez la ceiba cayó por su tamaño enorme, al debilitarse el terreno. Fue una cosa espectacular y nos marcó a los muchachos del barrio, que todos éramos parientes y nos bañábamos allí en traje de Adán”.

En términos de la sonoridad de su primer disco, en cuya instrumentación combina flauta y violín, guitarras, requinto, sinfonía, cuatro y trompeta, Isidro reconoció que es una propuesta innovadora.

“Con la ayuda de Ricky Torres, queríamos apelar a la nostalgia, incorporando a la trova instrumentos que no son tradicionales, pero que van muy bien con lo sentimental que puede ser un verso o una décima, expresando añoranzas, recuerdos de todo tipo. Son instrumentos armónicos que nos ayudaron bastante en el trabajo”.

Este domingo desde las 4 p.m. el trovador Isidro Fernández presentará su primera grabación como solista en el escenario de la Fundación Nacional para la Cultura Popular en el Viejo San Juan.

“Allí tendremos el disco; vamos a interpretar algunos números y compartiremos con la gente. El trabajo de la Fundación es importantísimo para la cultura. Compartiremos con la gente un rato y les demostraremos que nuestra música está viva”.

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