Ramón Vázquez en histórico estreno

Por Alina Marrero
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular

Hay noticias que merecen ser compartidas una y otra vez. Entre las mismas se encuentran los estrenos mundiales de obras musicales que hacen la diferencia y las que pueden hacer nacer un estilo. En la medida que aventuramos por la historia, los artistas se hacen, cada vez, más osados. Hoy día, no es novel que un compositor explore con instrumentos musicales propios de la cultura popular, lo que no se ha explorado antes con una orquesta sinfónica. Pero si, en pleno siglo 20, Astor Piazzola, por ejemplo, fue considerado como el asesino del tango por obras como su extraordinario “Libertango”, suponemos lo que debe haber sufrido cuando informó el propósito de crear su “Concierto para bandoneón y orquesta, cuerdas y percusión”. Aunque estos ejemplos no son ya tan aislados, todavía hay personas, créanlo, que no entienden como música ciertos trabajos contemporáneos y no conciben como serios trabajos que combinan instrumentos como el bandoneón con una orquesta sinfónica. Por tal razón, un concierto para bajo eléctrico y orquesta sinfónica no deja de ser una novedad. Cuando a esta novedad se le añade que el compositor de tal concierto es un puertorriqueño, y que el solista afirma que también lo es, el asunto pasa de ser novedad a ser orgullo nacional.

Vázquez participó como solista en el estreno mundial de la obra de Fuentes en China el 10 de abril de 2015. (Foto suministrada)

El estreno mundial del “Concierto Tropical para Bajo Eléctrico y Orquesta” para seis cuerdas, del compositor puertorriqueño Alfonso Fuentes Colón, fue realidad gracias a una invitación de la Orquesta Filarmónica de Sichuan el 10 de abril de 2015. La obra tuvo gran aceptación del público y fue objeto de discusión en disertaciones doctorales para las universidades de Valencia y Sichuan.

Tres años después, este próximo sábado 19 de mayo, la obra tendrá su estreno en el mundo Occidental, en la Sala Sinfónica Pablo Casals del Centro de Bellas Artes de Santurce, con la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico (OSPR), bajo la dirección del maestro Maximiano Valdés. Ramón Vázquez Martirena, quien fuera el solista de esta pieza en China en 2015, volverá a interpretar el concierto creado para él por quien fuera su maestro cuando estudió en el Conservatorio de Música de Puerto Rico.

Ramon Vázquez Martirena es un bajista, compositor, educador y productor. Ha trabajado con un gran número de artistas dentro del latin, el pop y el jazz, dentro y fuera de Puerto Rico. Es uno de los músicos más solicitados en la industria local. Ha tenido la oportunidad de trabajar con artistas como Olga Tañón, Enrique Iglesias, Plácido Domingo, Cristian Castro, Ismael Miranda, Jerry Rivera, Lissette, Lucecita Benítez, Danny Rivera, Andy Montañez, y muchos más. También, ha trabajado con la Orquesta Sinfónica Nacional de Costa Rica, Puerto Rico Symphony Orchestra y la Orquesta San Juan Pop, y participado en docenas de grabaciones, incluyendo álbumes ganadores de premios Grammy. Desde 2010 a 2015 fungió como director artístico/musical del Festival de Jazz de República Dominicana. Es presidente fundador de la organización sin fines de lucro Jazz en la Montaña, evento que se presenta en Cidra, una vez al año. En estos momentos, está terminando una tesis sobre el tema del artista como ente motivador en la educación musical.

Motivados por lo que consideramos un gran evento, conversamos con Vázquez Martinera sobre el estreno del “Concierto Tropical para bajo eléctrico y orquesta sinfónica” en Puerto Rico. Ramón es un gran conversador, jovial y extrovertido. El diálogo fue muy natural y divertido. Su tema favorito es la música, y habla, sin discriminar, de todos los géneros y estilos.

La obra del maestro Alfonso Fuentes Colón tuvo gran aceptación del público oriental y fue objeto de discusión en disertaciones doctorales para las universidades de Valencia y Sichuan. (Foto suministrada)

“Nací en Matanzas, Cuba, el 15 de agosto de 1970. Salí de Cuba a los ocho años, en 1978, pero tardé, entre países, casi un año en llegar a Puerto Rico, el 27 de diciembre de 1979. Una vez en esta isla a la que amo como propia, me establecí en Cidra con mi familia, donde crecí. A este pueblo le debo mi educación musical”, nos dijo Ramón sonreído y sincero, con total acento de español puertorriqueño. Al preguntarle cómo fue que decidió dedicarse a la música nos respondió: “Estaba en séptimo grado cuando entré en la banda escolar de la escuela Jesús T. Piñero. Era algo nuevo para mí. Yo quería tocar batería. La posición estaba ocupada, así que me dieron participaciones de percusión menor. Sucedió que se desocupó la posición del bajo. Entonces el maestro, Eduardo Gil Morales, me preguntó si me interesaba. Yo pensé que sería más entretenido que lo que estaba haciendo, así que el 1 de septiembre de 1984, empecé a enamorarse del bajo”.

Vázquez Martinera nos reveló que a la semana ya tocaba bajo en la banda avanzada, y dos semanas después, empezaron las ofertas para los “guisitos” en los bailes. Dijo sobre este particular: “Me adiestré en todo tipo de música. Era gracioso. Los “cocolos” decían que yo era “rockero” y los “rockeros” me decían cocolo”.

Pasó un año antes de que Ramón tuviera su primer encuentro con algo que cambió su vida: “Sucedió que mi cuñado, Chevy Rodríguez, quien en vida fuera un gran guitarrista, me presentó la música de jazz con una grabación de George Benson. Al escucharla, supe que si deseaba convertirme en un buen músico tenía que estudiar duro y aprender. En 1987 me matriculé en la Escuela Libre de Música de Caguas, donde me gradué de cuarto año con altos honores”.

Da gusto conversar con profundos apasionados músicos y Ramón Vázquez Martinera habló con mucha pasión. Nos contó con mucha gracia que, cuando se graduó de cuarto año, ya tocaba con artistas “pegaos”. Entró a la Facultad de Estudios Generales en la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras. Después de dos años, decidió irse al Conservatorio de Música de Puerto Rico. Nos contó que, en ese tiempo, comenzó a viajar a campamentos y ganó unas becas. No obstante, decidió quedarse en Puerto Rico. En su segundo semestre en el Conservatorio, en 1992, empezó a dar clases. “Yo era el profesor más joven del Conservatorio, hice mis primeros currículos y prontuarios. Me gradué con dos bachilleratos, uno en Contrabajo Clásico y en otro en Educación Musical”, nos dijo.

Ramón, bajo en mano, posa para el lente en la histórica Gran Muralla de la China durante su visita de 2015. (Foto suministrada)

Además de apasionado, Vázquez Martinera es agradecido. De esta manera se siente con el compositor del concierto, con quien tuvo su primer encuentro mientras todavía cursaba la escuela superior: “Siempre he procurado aprender de los que tienen experiencia, de los mejores. Cuando estaba en cuarto año yo sabía quién era el maestro Alfonso Fuentes, quien impartía para entonces el curso de Composición Musical. Así que yo viajaba desde Cidra hasta el Conservatorio para tomar, como oyente, una clase con él. El maestro Fuentes siempre ha sido un innovador. Tal es así que el proyecto de fin de año para sus estudiantes era grabar un CD en un estudio profesional. A pesar de que yo no era estudiante oficial del Conservatorio, al final del año 1988-89, fui el bajista que grabó con la mayoría de esos estudiantes”.

El encuentro de Vázquez con el prestigioso maestro y compositor tuvo un segundo capítulo cuando el bajista entró en Conservatorio como estudiante oficial. Después de graduado, el joven músico impartió clases, tuvo ricas experiencias de trabajo social y educación musical aplicada a jóvenes en residenciales públicos. Aprendió, nos dijo, que “a los jóvenes hay que llamarlos por la música que conocen” antes de presentarles lo demás. Tuvo agradables sorpresas. Los estudiantes que parecían pésimos al principio fueron los mejores. Funcionaron como una familia unida en el propósito de la música.

En 1999, Ramón Vázquez Martinera viajó a Cuba con Alfonso Fuentes: “Faltaba un bajista para el concierto y el compositor, quien era el pianista de aquel evento, me invitó. El maestro siempre me decía cosas muy motivadoras, pero en esa ocasión, en el avión que nos llevaba rumbo a La Habana, me informó de su deseo de escribir para mí un concierto para bajo eléctrico y orquesta sinfónica. La sola idea era un honor”.

Pasarían 10 años antes de que el concierto comenzara a concretarse. Mientras tanto, en 2000, Ramón comenzó a impartir cursos en la Universidad Interamericana, donde estuvo tres años. En 2003 grabó un disco como solista, “Ramón Vázquez On The Move”. En 2004 lo llamaron para ser asesor en el Bachillerato de Jazz y Música Caribeña en el Conservatorio de Música de Puerto Rico. Era la primera vez que esa institución desarrollaba un programa que no fuera de música clásica.

Para Vázquez el maestro Fuentes siempre ha sido un innovador. (Foto suministrada)

“Siempre seguía relacionado con el maestro Fuentes y hablábamos del concierto. Hicimos una búsqueda y no encontramos evidencia de que existiera un concierto para bajo eléctrico y orquesta sinfónica. Qué supiéramos, seríamos los primeros. Alfonso Fuentes pidió una sabática para componer. Entre 2006 y 2007 creó el concierto”, manifestó el bajista.

El “Concierto Tropical para bajo eléctrico y orquesta sinfónica” fue revisado en 2014. Con propósito de estudiar su música, y presentar dos de sus obras, Alfonso Fuentes fue invitado al Conservatorio de Música de Sichuan, China. Este conservatorio tiene 16,000 estudiantes, lo cual es un récord mundial. El compositor vio una oportunidad para estrenar su obra con el solista para el cual había sido concebida. Nos contó Ramón que sintió una gran responsabilidad: “El público en China es respetuoso, educado y atento, culto. El teatro estaba lleno. La experiencia fue muy bonita. En ese mismo viaje fuimos a Beijin, donde dimos charla sobre música caribeña y puertorriqueña, en Capitol Normal University.

Tres años después de haber estrenado en China, el concierto se presentará en la Sala Sinfónica Pablo Casals del Centro de Bellas Artes de Santurce. Ramón Vázquez Martinera, quien desea llevar alegría al pueblo en estos momentos de crisis, se siente muy cómodo con la OSPR: “Siempre hay nerviosismo, pero es saludable. El nerviosismo es a favor de la música. Es importante que todos los integrantes estén abrazados.” Para él, es importante su acercamiento a los jóvenes, que entiendan que el talento sin esfuerzo no conduce al éxito.

Este concierto representa también la primera vez en la historia que la OSPR acompaña un solista de bajo eléctrico. (Foto suministrada)

Sobre el concierto, ha dicho el compositor: “Se trata de una pieza de música clásica con elementos del jazz y música tropical. Su ejecución requiere la orquesta completa, integrada por unos 80 músicos de primera. Es una obra sincera, no pretenciosa, accesible, no obstante, la parte solista demanda un alto nivel técnico de ejecución. Posee tres movimientos. El primero se desarrolla orgánicamente y es fundamentalmente basado en una de las variaciones puertorriqueñas del bembé. El segundo es diverso, donde utilizan elementos estéticos, desde wagnerianos hasta el sicá. El tercero es esencialmente un montuno, e incluye una cadenza improvisada. Ramón es un virtuoso. Es una bonita oportunidad para compartir este trabajo con mis amigas y amigos, para celebrar la amistad. Además, podrán apreciar algunas de las posibilidades técnicas del bajo eléctrico como solista”.

Este concierto representa también la primera vez en la historia que la OSPR acompaña un solista de bajo eléctrico. El mismo forma parte de la Temporada 2018-19 que esa noche ofrece su Concierto Especial 4: Nuestros Músicos y Compositores.

Les deseamos un éxito rotundo al compositor, al solista y a nuestra atesorada Orquesta Sinfónica de Puerto Rico. Allí estaremos, también “abrazados a ustedes”, público integrante de la presentación, como bien, en un párrafo anterior, lo expresara Ramón.

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