Por Jaime Torres Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular

Caguas – Cuando fallecen baluartes de la cultura popular, como don Roberto Angleró, hay que despedirlos con música.
Eso es justo lo que aconteció esta tarde en el Teatro Luis M. Arcelay, que hasta mañana lunes al mediodía expondrá sus restos mortales, con gabán y corbata, su inseparable boina y la bandera de Estados Unidos, país por el que estuvo dispuesto a derramar su sangre durante el conflicto de Corea.
Fue su voluntad, como veterano, que el sepelio se verifique en el Cementerio Nacional de Bayamón, donde la tarde del lunes será sepultado, tras fallecer el sábado 28 de abril en Kissemmee, Florida.
El velorio comenzó con una reflexión muy esperanzadora del pastor y cantante Alex D’ Castro, en la que afirmó que hay fiesta en el Cielo por la llegada de Angleró, a quien esperan Luguito y Dios, que “es negro”, en alusión a su éxito “Si Dios fuera negro”.
“Los conocí a ambos y sé que si están vivos en el Cielo, deben estar felices juntos. Que se encuentren allá… Tengo ganas de llegar. Dios fue tan humilde que se hizo hombre en la persona de Jesucristo y yo no conozco un judío rubio”, explicó Alex.

La música, naturalmente, fue el pretexto para rendirle tributo al creador de “La pared”, interpretado por uno de sus más entrañables amigos: el señor Chico Rivera, leyenda viviente de La Panamericana de Lito Peña y Héctor Urdaneta, los primeros que grabaron el popular bolero.
“Roberto era tan, tan y tan amigo mío, que al verlo de camino hacia el Señor me alegra, pero también me duele. Un gran compositor. Se las traía. Él hablaba de música toda la vida”, señaló Chico, uno de los primeros intérpretes de sus canciones.
Minutos antes, cabizbajo y triste en la acera frente al teatro, Willie Rosario recordó al legendario compositor, cuyas obras “Soy rumbero”, “La maldad” y “Las frutas de mi País” grabó.
“Es un deber estar aquí, de cariño, de respeto y agradecimiento por su aportación a la cultura de la música puertorriqueña de este gran compositor”, dijo Rosario al añadir, a preguntas de este medio, que hay compositores jóvenes capaces de impartir continuidad a la obra del maestro Angleró.

Otro artista que dijo presente en el Teatro Luis M. Arcelay es el trompetista Mickey Cora, director de la Orquesta Cábala. Aunque no grabó sus canciones, le unió una gran amistad porque su padre Mario fue como un hermano para Angleró.
“Para nosotros, es uno de los compositores más grandes que ha dado Puerto Rico. Mi padre, Mario Cora, tuvo el honor de trabajar con él. Fue a Colombia con Roberto y papi hizo los coros cuando se grabó la canción ‘Si Dios fuera negro’ y fue su contraparte en los chistes que se escuchan en este tema”.
Tampoco faltó Chalí Hernández, hijo del prolífico Rafael Hernández, la inspiración de Angleró para incursionar en la composición. “Nos comunicábamos con frecuencia, a pesar de su estado de salud. Roberto era un ser lindo, muy especial. Tenía su carácter, pero los que lo conocimos sabemos la calidad de persona que era. Verdaderamente el Cielo, como señaló el pastor Alex D’ Castro, ganó un ser maravilloso que debe estar disfrutando de la presencia de Dios. Te diría que uno de los primeros abrazos los recibió de mi padre, Rafael Hernández”, expresó Chalí sin reprimir las lágrimas.
Su hijo Juan Luis Angleró, conocido como Luyán, agradeció las muestras de afecto a nombre de sus hermanos Robert, Rose Mary, Daisy, Debbie, Carmen y de su señora madre Lillian.

“Estamos ofreciendo un tributo a mi papá. Mi padre es mi héroe. Desde que se me fue no he sabido que voy a hacer porque es el motivo de yo estar con la música. Él me enseñó a que cuando hiciera algo, lo hiciera bien. Si la gente responde, ahí está que se hizo bien, como sucedió con sus composiciones”, indicó Luyán, quien le grabó su canción “El son sin maraca no sabe a son”, que aparece en su primer disco “Un nuevo comienzo”.
Por su parte, Johnny López “El Bravo” recordó el ingenio de Roberto Angleró, sobre todo en el manejo del humor y la picardía, pero de manera especial su gentileza y caballerosidad.
“Fue una persona muy cooperadora y servicial. Pude conocer a Tito Rodríguez por medio de Roberto en 1966. Luego en Venezuela, Tito me presentó a Phidias Escalona y a otras personalidades de la radio que hicieron de Johnny El Bravo una figura. Por eso le agradeceré siempre”, expresó Johnny, quien le grabó “Cuca Puruca”, éxito fuerte en Colombia, “Las frutas de mi País” y “Yo soy de los bravos”.
Mientras, el sonero Alberto “Kriptony” Texeira señaló que fue un privilegio grabar con Bobby Valentín los temas “Hace tiempo que te estoy mirando” y “La paciencia”, estampados en “Evolution” y “Mi ritmo es bueno”, respectivamente.

“Es un privilegio. Fue una experiencia enriquecedora en mi vida. Jamás imaginé que iba a cantar con la orquesta de Bobby Valentín y que iba a grabar números de Roberto Angleró Pepín. Roberto quedó complacido con la versión de “La paciencia”, que ya había grabado El Sabor de Nacho. Es una gran pérdida”.
Finalmente, su hija menor Carmen Angleró reiteró su agradecimiento a Puerto Rico por su respeto al legendario artista y por sus donativos para trasladar sus restos desde Estados Unidos.
“No tengo palabras para expresarme en este momento, pero queremos agradecer a todos los que nos han apoyado para hacer realidad el traslado de sus restos a Puerto Rico. Mi papá fue una persona muy amorosa. Nos llevaba mucho a la playa y siempre quiso que estuviéramos unidos”.
Los restos de Roberto Angleró Pepín serán sepultados mañana lunes en el Cementerio Nacional de Bayamón.