Gilbertito dicta cátedra sobre la Salsa

Por Jaime Torres Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular

Con su gira “40… y contando”, Gilberto Santa Rosa ha enarbolado la bandera de nuestra cultura popular en el Planeta, recordando que la salsa de Puerto Rico no fue devastada por María.

“El Caballero de la Salsa” ha estado recorriendo continentes con sus canciones. (Foto suministrada)

Inglaterra, Italia, Suiza, Estados Unidos, España, Argentina, Uruguay, Chile, Costa Rica y Panamá, entre otros países, han aplaudido su concierto “40… y contando”, que el próximo sábado 17 de febrero presentará desde las 8:30 p.m. en el Coliseo de Puerto Rico José Miguel Agrelot, en una producción de Rafo Muñiz para PROLAT Entertainment.

Este medio alternativo pudo entrevistar a Gilbertito, quien respondió cada pregunta sin prisa, con argumentos sagaces, asertividad, gentileza y una gran pasión por un tema en común: la salsa.

“40… y contando” será la oportunidad de acompañar al artista por un recorrido no cronológico de su exitosa carrera, que no se limitará a sus trabajos como solista desde que firmó con Combo Records y posteriormente con Sony Music, sino que evocará capítulos con Willie Rosario, Tommy Olivencia y Elías Lopés, director musical del álbum “We Love N. Y.” grabado en 1978 por la Orquesta La Grande, en que Gilberto canta en cuatro surcos de la secuencia de ocho, incluso sus composiciones “El ambiente” y “Tu indiferencia”.

Gilbertito no ha perdido vigencia radial. Aunque finalizó su relación contractual con Sony México, el álbum “Necesito un bolero” ha facturado muy bien gracias a la acogida de la canción homónima y de los cortes salseros “Títere” y “Semana”.

Actualmente, el Caballero captura la atención de la grey salsera internacional con las canciones “Volver” y “El amor de los amores”, grabadas con Tito Rodríguez Jr. y la Sonora Sanjuanera, respectivamente.

La entrevista con el intérprete de “Satisfacción”, “Como sube la gasolina”, “Rumba a los santos” y “Vivir sin ella” fue muy reveladora, por lo que hemos considerado necesario reproducirla intacta, mediante el formato de pregunta y respuesta.

Jaime Torres Torres: ¿Cómo calificas estos 40 años y cómo comparas la evolución de la salsa desde tus inicios?

Gilberto Santa Rosa: “Es como una montaña rusa. Es una mezcla de emociones, de retos, intensidad en diferentes niveles. Es una aventura que empezó y hasta el sol de hoy no deja de perder el interés porque siempre hay que estar pendiente y siempre preguntándose por el próximo paso. La evolución de la salsa… ¿Cómo contestarte eso? Diría que la música popular en general va cambiando al ritmo de la misma gente. La salsa ha sido un género sobreviviente porque a pesar de las modas y nuevos géneros se mantiene. Armónicamente y en arreglos, se ha enriquecido bastante, gracias a la preparación de los muchachos nuevos. El asunto de los ritmos sigue siendo estable, pero lo que lo ha convertido en un sobreviviente es el hecho de que los cimientos están tan bien hechos y tan bien puestos que ha sido fácil mantenerlo a flote haciéndole los arreglos cosméticos. Lo que sí perdió en el camino es la difusión y el protagonismo. Eso no lo tenemos ahora, pero sí tenemos la vigencia. Una vigencia bien extraña porque como no estamos en lo que es el ‘mainstream’, la gente de la industria puede pensar que el género no existe y si uno se da la vuelta por el mundo encontrará que está activo y tiene poder de convocatoria. Curiosamente todos estos muchachos nuevos que presentan trabajos nuevos no han podido encontrar esa llave; hacer lo que las generaciones pasadas pudieron hacer en términos de internacionalización. Tiene que ver el asunto de la industria, el asunto técnico de la música y los cambios en las comunicaciones. Ahora tú haces música y en un segundo te oyen en Israel, pero es muy difícil hacer un éxito. La salsa, comparándola un poco con nuestro país, tiene una condición única en su clase. Los demás géneros son mucho más fáciles de identificar. Con la salsa, que tiene toda esta mezcla de cosas, es muy difícil decir dónde está, pa’ dónde va y que es lo qué hay”.

JTT: Si sacáramos de la ecuación a Fania, ¿entiendes que la salsa hubiera continuado su curso y que el Mundo hubiera sido igualmente impactado?
GSR: “Definitivamente. Hay muchas figuras en Puerto Rico y otros lugares que hubieran cargado el peso de eso, aunque no sé si con la misma proyección. Una de las cosas más valiosas de la Fania fue precisamente la proyección que se le dio a toda esa pléyade de artistas. En términos de la aceptación del público, diría que sí porque antes había pasado. Sucedió durante el periodo del mambo, de Cortijo y las cosas innovadoras siempre funcionaron. Había muchos artistas muy buenos. Quizás hubiera tardado un poco más porque una de las mayores aportaciones de la Fania fue posicionar la música y toda la cosa visual, creando el aparato que hoy día es la orden: tener un buen espectáculo con un alto porcentaje visual. Y esta gente hace 50 años lo pudieron lograr sin problemas”.

JTT: Cuando hablamos de la transición de la salsa con swing a una más cosmética; a la era no muy prolongada de la salsa erótica, de letras explícitas, que en su momento tuvo éxito en términos de ventas, ¿a qué atribuyes que decayera y eventualmente desapareciera?
GSR: “En cualquier género hay cosas que se ponen de moda. La salsa erótica rindió sus frutos y sirvió su propósito por el erotismo que le dábamos nosotros de las baladas. El fenómeno en general era de baladas puestas en salsa y de momento hubo un montón de público que estuvo cómodo con un tipo de canción diferente, que no era la canción de la rumba y las cosas técnicas. En un momento la salsa usó cantos y rezos santeros para ponerlos en función de lo bailable. A mucha gente se le hizo difícil identificarse con eso. Ahí pasó el fenómeno. Aposté por la salsa romántica porque pensé que en la erótica hablarían de tantas cosas explícitas que al final no tendrían qué más contar. Yo aposté por lo opuesto y por eso pienso que duró tan poco. Lo que duró fue bueno porque abrió las puertas para un público nuevo. Las disqueras comenzaron a interesarse más en la salsa y aunque cambió el sonido, sí creó un sonido más universal, dejando de ser la salsa música para unos pocos, logrando entrar a lugares en Centro y Sudamérica donde no había llegado. En la temática de las canciones, se empezaron a complicar porque como empezaron por el final no había más que contar. Hoy día todo ese erotismo, bendito, es un paseo por el parque porque todo lo gráfico y la cosa que hacen los muchachos urbanos deja muy lejos aquello que era muy atrevido en aquel tiempo”.

El salsero espera que su trabajo discográfico con Eddie Palmieri finalmente vea la luz a finales de año. (Foto suministrada)

JTT: Se debe reconocer que en tu carrera, cuando te lanzas como solista, optas por enriquecer la expresión, añadiendo sofisticación a través de letras que exaltan y reconocen a la mujer, ganándola como público.
GSR: “Estoy totalmente de acuerdo. Fue la mujer la que cambió la conducta de la industria, cambió el sonido, inclusive, el público, que en su mayor cantidad fue femenino. El tratamiento de los arreglos, el sonido de las producciones, un poco más pop para complacer al público femenino, todo eso se dio. En mi caso, por mero instinto lo hice porque no lo planifiqué. Quise cantar canciones con las que me sintiera cómodo y me sirvieran para poder hacer improvisaciones, pero sin que fueran eróticas ni que ofendan. Incluso, en temas difíciles como rupturas o corajes de pareja he buscado cómo decirlo. Al sol de hoy sigo apostando por ese tipo de canción y en el proceso yo siempre traté de salvar los elementos tradicionales sin ser un artista necesariamente tradicional, aunque me crié ahí y fui artista de orquestas de salsa tradicional. Cuando me tocó a mí, tuve la dicha de tener a mi lado a gente como Ramón Sánchez y José Lugo que me ayudaron a poner en música mis ideas para lograr un sonido personal”.

JTT: Cantantes que apadrinaste, como Víctor Manuelle, le ofrecieron continuidad junto a ti a esta expresión salsera. Debes sentirte contento porque es parte de tu legado y contribución a la música.
GSR: “Estoy muy orgulloso y contento por eso. En un momento, cuando las cosas se pegan, hay mucha gente que opta por la fácil y la fácil es seguir la ruta de quién está pegado. En mi caso, siempre he dicho que soy un revolucionario pacífico. No hago mucho ruido, pero me gusta hacer las cosas de otra manera. Y cuando empezó ese ‘boom’, no te voy a negar que vinieron dos o tres ejecutivos de disqueras a decirme: ‘no, no, no, tú estás haciendo el camino y el camino es este, vete por aquí y búscate una balada de estas’. Siempre opté por canciones originales y otro tipo de canción. Me da orgullo decir que el tiempo me dio la razón. Ver a los muchachos cómo se desarrollan en la misma onda es un gran honor”.

JTT: En las generaciones nuevas que cultivan y siguen la salsa se observa cierta evocación de la tradición. Por ejemplo, los muchachos de NG2 cultivan la salsa romántica, pero también apelan al bailador, como Pete Perignon, José Jomar y otros que se sienten atraídos por la tradición. ¿Qué opinas de ese fenómeno si es que se puede considerar como tal?
GSR: “Sí lo es. Lo veo con mucha admiración porque son muy valientes. En esta época es muy fácil para ellos adoptar otro género que sea más popular y más afín con su generación. Ellos quisieron ser salseros en un momento en que es muy difícil serlo, sobre todo un salsero joven. Además, tienen una preparación musical increíble. Muchos son arreglistas e instrumentistas, además de grandes cantantes y músicos. Muestran esa afinidad y simpatía por la tradición, pero también les he dicho que no pueden caer en la trampa de aferrarse a la tradición y terminar haciendo versiones de cosas ya pasadas porque su responsabilidad ahora es aportar al género. Todos son muy buenos. Esa gente, como Willito, Juan Pablo y otros, conocen y dominan el asunto tradicional. Me parece que su rol ahora es aportar para que su generación crea como ellos en este género. Deben hacer una aportación atractiva para su propio grupo generacionalmente hablando. Su reto también es llegarle a gente más joven que ellos para que esta cadena que se prolonga desde los años 60 continúe”.

JTT: Tu nombre es muy reconocido y respetado a nivel internacional. Irónicamente, me corriges si la premisa es equivocada, trabajas más a nivel internacional que en tu mercado natural, Puerto Rico. La salsa sigue siendo una propuesta que goza de gran posibilidad y potencial a la hora de exponer nuestra cultura allende los mares.
GSR: “Totalmente. Con la ventaja de que en estos países latinoamericanos, a donde en los años 60 y 70, no íbamos con tanta regularidad, ahora sí porque hay un trabajo que se hizo que no podemos negar. Los frutos se vieron después. Ahora mismo, desde México hasta Argentina, los salseros, excepto Brasil, los visitamos frecuentemente. La música de salsa está incluida en todo. Vas a conciertos en Perú, Ecuador y Colombia, en los que he estado presente, y puedes ver en el mismo espectáculo a Ozuna, Víctor Manuelle y El Gran Combo; y a sus figuras nacionales mezclarse con Daddy Yankee y Maluma. La salsa para esta gente es tan importante y efectiva que la puedes mezclar con otros géneros y la gente va a los conciertos de música variada y gozan muchísimo con Ozuna y con Willie Colón. Ese fenómeno se repite mucho. Y siguen siendo los puertorriqueños figuras cimeras en la salsa, muy respetadas, queridas y en demanda”.

JTT: Como socio del Grammy Latino, estuve en una asamblea el año pasado y me sorprendió la cantidad de discos de salsa que evaluamos. ¿De dónde se originaban? De Cuba. Impresionante como los cubanos cultivan la salsa puertorriqueña, que tiene su identidad, gracias a figuras como tú y El Gran Combo. Acá esos grupos no han trascendido, pero ¿entiendes que es un fenómeno que Cuba se haya movido a esa dirección?
GSR: “Esto empezó allí. La raíz. De repente, los cubanos, algunos de ellos, porque otros tienen su sonido, hacen salsa, que como género tiene su sonido, sus características y su identidad. Está creada sobre la base de música cubana y eso es innegable. Puedes tirar la raya y saber lo que es un son, lo que es timba y lo que es salsa. Hay grupos en Cuba cultivando la salsa. Con toda humildad, tengo que decirte que esta gente, que son grandes músicos, trata de emular el sonido y la manera en que se toca en Puerto Rico”.

Gilberto analiza concienzudamente el ayer, el hoy y el futuro de la salsa. (Foto suministrada)

JTT: En febrero de 2018, entonces ¿cuál es tu definición de la salsa, después de 40 años de trayectoria? ¿Sería la misma de la academia? La sombrilla que cobija todos los ritmos del Caribe…
GSR: “A mí me gusta más mezcla que sombrilla. Una salsa no es otra cosa que una mezcla. La salsa que se come tiene condimento, líquido, sustancia, consistencia, color, textura… Pienso que es la mejor definición. Sé que la palabra ha traído muchísima controversia, pero entiendo que se ganó con los años la definición y la identidad. Puedes oír salsa y puedes oír son y te das cuenta de que una cosa está basada en la otra, pero no son lo mismo. Esa es mi definición favorita: una mezcla de ritmos que no va a terminar porque la música popular se sigue moviendo. Cheo Feliciano decía que este es un género muy noble porque se presta para mezclarse con todo lo demás”.

JTT: A propósito de Cheo, estamos en 2018 y reconocemos que así como lo despedimos hace cuatro años, no tendremos para siempre a El Gran Combo, la Sonora, Willie Rosario… ¿No te preocupa el aspecto del colectivo; de las orquestas que forjaron trayectorias y que hoy día, a grandes rasgos, hablemos de solistas, con sus orquestas?
GSR: “Me preocupa. Pienso que estas organizaciones podrían perpetuarse. En Estados Unidos están las grandes orquestas funcionando. En Venezuela, por ejemplo, está la Billo’s Caracas Boys. Pienso que eso se puede perpetuar, pero también preocupa el hecho de que las figuras que están saliendo son figuras individuales o solistas. Acabo de trabajar en Los Ángeles con el Grupo Niche, que ha llevado muy bien la marca. Pueden durar cien años por su manera de manejar la marca y eso los ayudará a trascender generaciones. Pero pienso que es preocupante. No me atrevería a hacer un pronóstico, pero habría que ver que tanto esta nueva manera de nosotros vivir influye sobre la necesidad del público. Pienso que si se organizan, estos pilares de la música pueden manejar estos grandes nombres para que se perpetúen. Sería muy interesante también que los grupos que van naciendo tengan esa visión. Fíjate que, en el otro lado, un grupo como Limi-T 21 se ha mantenido junto por muchos años. Hay que tener cierta disciplina y una visión colectiva para mantener un grupo. Ese es el reto”.

JTT: En términos de nuevas grabaciones, aparte de tu participación en el disco “Transición” de Tito Rodríguez Jr., ¿hay algún lanzamiento programado?”
GSR: “Tenemos lo que hice con Víctor García y la Sonora Sanjuanera. Y acabo de hacer una colaboración con Rumberos del Callejón, de Carlitos Padrón, un gran percusionista venezolano. Están haciendo un trabajo de aniversario y estamos varios cantantes, como Tito Nieves, Rogelio Mendoza y Domingo. Quedó lo más simpático. Me tocó cantar la canción que hizo Ismael Rivera, “Me tienes loco”.

JTT:
Ahora no te preguntará el periodista, sino el fan salsero y melómano: ¿saldrá el disco con Palmieri?
GSR: “Están planificando sacarlo para septiembre u octubre. Ahora es mucho más fácil porque no tengo compromisos con Sony México, que era lo que estaba un poco lento. Hace ya un año que no estoy con ellos. Sacaron un disco de jazz latino y este año planifican sacar este disco”.
Los boletos para el concierto “40… y contando” se consiguen en ticketpop.com (787-294-0001).

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