Por Jaime Torres Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
En el cine una imagen sin música es como un lienzo sin colores.
De seguro ha escuchado que la música dice más que mil palabras. Y en el séptimo arte, la música es el alma de la producción fílmica promedio.

La música apela a las emociones que una secuencia de fotogramas es incapaz de comunicar. De ahí que, tras el éxito de cada largometraje, siempre encontremos una banda sonora porque no es lo mismo disfrutar de una película sin audio que con la música incidental o ‘score’ de una partitura concebida exclusivamente para sus imágenes.
Eso es parte de la magia del cine y en la noche del jueves lo pudimos constatar durante el concierto “Tributo al Maestro John Williams en su 85 cumpleaños” que la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico (OSPR), dirigida por el maestro Rafael Enrique Irizarry, presentó a casa llena en la Sala Sinfónica Pablo Casals del Centro de Bellas Artes de Santurce.
Sin exagerar, se disfrutó de principio a fin de un concierto espectacular, presenciado por un público predominantemente juvenil.
El maestro Irizarry, director asociado de la OSPR y productor-animador del programa “Banda Sonora” que transmite WIPR Radio, es un amante de la música cinematográfica y, particularmente, un admirador del compositor John Williams.
La puesta en escena, en la moderna y acogedora Sala Sinfónica, de una acústica perfecta, consistió de cinco pantallas digitales en que se proyectaron escenas de las películas y vídeos de personalidades del cine y la música sinfónica que conocen a Williams y su obra, como Lt. Col. Donald Schofield, Alberto Guidobaldi y el profesor de música fílmica Ángel Vélez.

Igualmente las citas y anécdotas intercaladas por Rafael Enrique Irizarry fueron un deleite por la pasión y el entusiasmo que le provoca John Williams.
“La música es una de las grandes dádivas que se nos ha concedido. Tal como el lenguaje, nunca se distanciará de nosotros. Nos vincula como ninguna otra cosa que podamos compartir. Y cuando un público se haya presente todos nos conectamos: los espectadores, la Orquesta, el director, el compositor… ¡Qué dádiva esplendorosa!”, expresó jubiloso el Director.
Dicho eso, la OSPR ratificó las palabras de su director asociado, deleitando a los presentes con un concierto perfecto, sin traspiés en las lecturas ni deslices sonoros, con una precisión soberbia que merece un aplauso para cada profesor.
Fue una gama de emociones, sensaciones, sentimientos y estados anímicos los que la OSPR comunicó al descifrar la esencia de las obras de Williams.
En “Adventures on Earth”, de “E. T. The Extraterrestrial”, 35 años después vibramos con la aventura de la huída en bicicletas y nos estremece la grandilocuencia orquestal de la despedida, gracias a la lectura sublime que logran las cuerdas de su melodía.
De la enigmática, sugerente y romántica interpretación de “Lowood”, de la suite que Williams compuso para el filme “Jane Eyre” de 1970, pasamos a los sentimientos de nostalgia, melancolía, introspección y emancipación de “The People House” del filme “Lincoln” y su cruzada por la abolición de la esclavitud.
En “Out To Sea” y “The Shark Cage Fugue”, de “Jaws”, la lectura de la OSPR bajo la batuta de Irizarry es intrépida, atrevida, arriesgada e irreverente. Suspenso y terror al pie de la butaca.

El poder de la música incidental logra en “Born On The Fourth of July”, protagonizada por Tom Cruise en 1989, transmitir la gallardía, el patriotismo y heroísmo del discurso fílmico, logrando con hermosas contrapuntos en las cuerdas recrear a veces una atmosfera fúnebre, tenebrosa y oscura.
Las 16 voces de la Coral Lírica de Puerto Rico, dirigida por JoAnne Herrero, acentúa, en el logradísimo balance vocal y orquestal, impactar al espectador con el luto y desconsuelo que acarrea la guerra en “Saving Private Ryan”.
Y para cerrar la primera parte nada más oportuno que un fragmento de la fantástica, maravillosa y alucinadora partitura de “Jurassic Park”.
De regreso, la OSPR transportó a su público a las secuencias soñadoras, alegres, ingenuas, pícaras y festivas de “Fiddler On The Roof”, con un pasaje a capella del concertino Omar Velázquez.
“Somewhere In My Memory”, de “Home Alone”, apela a las imágenes navideñas del Norte, repitiéndose el equilibrio perfecto de orquesta y coral, con su diversidad de registros de voces femeninas y masculinas.
“Harry’s Wondrous World”, de “Children’s Suite For Orchestra” de la saga “Harry Potter”, es hechizante, misteriosa e hipnotizadora.
La expresión de complacencia que se dibujó en el semblante del espectador promedio, según observamos, se desencaja con las escenas del holocausto judío en la lectura del ‘score’ de “Schindler’s List” del director Steven Spielberg.
Con el protagonismo del concertino Omar Velázquez, la música que interpretó la OSPR es desgarradora y devastadora sicológicamente hablando.

Del dolor pasamos a la aventura y al romanticismo de “Superman” y las imágenes del inolvidable Christopher Reeve volando con su amada sobre la ciudad, logrando las maderas y las cuerdas un bello contrapunto en torno a su melodía.
“Dry Your Tears, Afrika”, de “Amistad”, integra otra vez a la Coral Lírica de Puerto Rico, con una interpretación gloriosa, como la libertad.
El manejo del silencio y la intensidad del volumen en la suite de “Close Encounters Of The Third Kind” es fuera de serie, logrando reproducir la ternura del encuentro humano y extraterrestre, casi de forma inescrutable e inexplicable.
Era imperdonable omitir la partitura de “Stars Wars” y de la suite para orquesta la sala vibró con el dramatismo, acción, tensión, sosiego y frenesí de “The Jedi Steps”.
Con la memoria de Indiana Jones y “Raiders Of The Lost Ark” y “Merry Christmas” de “Home Alone: Lost In New York” finalizó el concierto en homenaje al compositor John Williams por motivo del 85 aniversario de su natalicio.
Si magistral resultó la dirección de Rafael Enrique Irizarry igual de incólume fue el desempeño de los profesores de la OSPR. Acercamientos al pop redundan en atraer a un público joven que necesariamente no patrocina regularmente los conciertos de la Sinfónica.
Tras esta experiencia inolvidable sería acertado considerar un concierto a la memoria de James Horner, compositor contemporáneo al mismísimo nivel de John Williams, fallecido trágicamente en 2015 a los 61 años y cuyo legado incluye las bandas sonoras de “Titanic”, “Legends Of The Fall”, “Brave Heart”, “Avatar”, “A Beautiful Mind”, “Aliens”, “The Land Before Time” y muchas otras.