Por Jaime Torres Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
Don Casiano Betancourt, exponente versado de la décima campesina, ha cubierto de luto el pentagrama folclórico con su partida, según trascendió temprano ayer.

Hace unos meses nos dimos un fuerte abrazo al coincidir en un establecimiento de comida sana porque Casiano, operado de corazón abierto, cuidaba con celo su salud.
El año pasado, para esta misma fecha, se le dedicó la VIII Semana del Trovador. Coyuntura que propició una entrevista con el medio digital de la Fundación Nacional para la Cultura Popular.
Entonces, afirmó que prefería que en asuntos de folclor no lo identificaran como el prominente licenciado, abogado y letrado que era.
Simplemente trovador. Sencillamente un improvisador humilde de la décima espinela. Así de sencillo era don Casiano, gloria de la música campesina y excelso compositor de la Nación borincana.
“A mí no me ha gustado nunca ni me gusta que me presenten como licenciado. No me interesa ni me gusta. En la trova yo soy Casiano Betancourt. El licenciado se fue para la corte. No me interesa para nada cuando subo a la tarima que me presenten como licenciado”, dijo a este medio el trovador coronado campeón de certámenes de improvisación nacionales, como el Bacardí.

El honor que la entidad sin fines de lucro Decimanía Inc. le confirió en octubre de 2016, al dedicarle la Semana del Trovador, lo hizo muy feliz porque, aunque fue objeto de otros reconocimientos, ese lo recibía en un momento oportuno.
“Llega es una etapa de mi vida en que estoy más viejo y puedo valorar cada cosa. El hecho de que sea de parte de Decimanía me llena de mucho orgullo y satisfacción. Uno siempre tiene que aceptar las cosas con humildad. Uno no solicita los reconocimientos, pero tampoco los rechaza cuando llegan”, reaccionó Casiano, cuyo nombre entonces se unió a los de Luis Miranda “El Pico de Oro”, Joaquín Mouliert y Gumersindo Reyes, homenajeados en pasadas ediciones de la Semana del Trovador.
En la coyuntura de su deceso es menester recordar que la trayectoria de Casiano Betancourt despegó en el umbral de la década de 1980 junto a Elías Lopés, fallecido la semana pasada, y el concepto discográfico “Explosión de Trovadores”.

Luego se acercó a los concursos de trovadores, con la salvedad de que fue en su adolescencia que recibió las primeras influencias de su tío Pedro Morales, autor de sus primeras décimas.
“Escuchaba los programas radiales y me aprendía las décimas. Luego, he ido aprendiendo escuchando a otros trovadores y estudiando. Me he mantenido activo y voy a un concurso y escucho a todos los trovadores porque de todos uno aprende”, aclaró Casiano, campeón del Concurso de Trovadores Bacardí en 1994 y del certamen del Instituto de Cultura Puertorriqueña en 1987.
El hecho de ser letrado, que ha cultivado su intelecto al forjar una carrera en Derecho muy respetable, no lo aventajaba a otros vates de la espinela.
“No es una ventaja porque en mi décima difícilmente utilizo el lenguaje que uso en mi trabajo de ley. La décima es para el ciudadano común y corriente. Hay que hablar en un lenguaje sencillo, que la gente entienda. A mí no me resulta difícil porque yo soy un hombre del campo, criado en el campo”, dijo el artista muy querido en el Barrio Quebrada Grande de Trujillo Alto.

La improvisación de la décima, en la tradición de Vicente Martínez Espinel, atraviesa -sostuvo en la entrevista- por una etapa de gran efervescencia masculina. Aquella tarde Casiano dijo que prefería que la mujer recibiera mayor exposición y oportunidades.
“Por muchos años se ha cohibido de muchas cosas, pero ha ido ganando terreno en muchos campos, aunque aún no se han equiparado al varón en igualdad de oportunidades. Tal vez, porque la trova hace 20 años donde se cantaba principalmente era en los chinchorros o negocios de bebidas y a la mayor parte de las damas no le gustaba ese tipo de negocio. Ahora ya la cosa ha ido cambiando y los programas ya no son en los chinchorros y eso ha ayudado a que entren. No hay muchas todavía, pero de que hay calidad y hay buenas por ahí, las hay. Ellas tienen la capacidad y la calidad”.
Casiano Betancourt, que grabó el cedé “Todo Epifania” con Mapeyé y tres discos de Navidad cómo parte de la serie “Parrandas que llegan” [“Con amor y paz”, “Por el Nacimiento” y “Por fe y tradición”], apareció el año pasado en el lanzamiento de Decimanía, “Aguinaldo”.

“Hice una letra para grabarla, pero por estar afectado de la garganta no pude y la grabó Jonathan. Pero decidieron usar el aguinaldo “Por fe y tradición” de mi disco e incluirlo”.
En octubre de 2016, en ese momento ante la cercanía de la Navidad, la reciente llegada de la Junta de Supervisión Fiscal y una serie de especulaciones en torno a la Ley PROMESA que aún desvelan a sectores de la Nación, don Casiano Betancourt vaticinó que las medidas de austeridad que se implantarían no harían mella en la Cultura.
“Es algo [la cultura] del pueblo que el pueblo no dejará de sentir, expandir y vivir. Siempre que se ha tratado de arrinconarnos, el efecto ha sido todo lo contrario de lo que se ha querido. Si trataran por alguna forma de estrangularnos, el resultado va a ser todo lo contrario. La gente estará en las calles exponiendo su cultura, más activos y surgirá el tema de la Junta como desarrollo en la décima y será incluido como parte del pie forzado”.
Descanse en Paz, don Casiano Betancourt.