Por Rafael Vega Curry
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
Cada género musical tiene sus propios elementos que lo definen. En el caso del funk, específicamente el funk de Nueva Orleans, el ritmo contagioso e incesante, la síncopa, los vientos exuberantes (mayormente trompetas y saxofones) y una sensualidad desinhibida y a menudo provocadora son los rasgos esenciales. Más rítmico que melódico, y con progresiones armónicas limitadas, es un género que invita fundamentalmente al baile y la alegría.

Todos esos elementos están presentes en “Funk Defender”, el cuarto álbum de Almas Band, el grupo liderado por los gemelos José y Jorge Colón. Si en sus tres discos anteriores experimentaron con otros géneros como el rock, el pop y hasta con toques de reggae, aquí la fiesta está centrada en el funk de Nueva Orleans, de principio a fin. Según han indicado en entrevistas de Prensa, quisieron dedicar este álbum a la música que disfrutaron mientras estudiaban en la “Crescent City”.
De hecho, el disco fue grabado en el Centro Ellis Marsalis de la famosa ciudad de Louisiana y contó con las aportaciones de músicos de allá, tales como Gabriel Velasco (venezolano radicado en Nueva Orleans) y Andrés Monserrate en batería; Eduardo Tozzatto en teclados; Brent Rose en saxofón y arreglos; Rick Trolsen en trombón; y Michael Fulton en trompeta. También contó con las colaboraciones de Medina Carrión en rap y Jerry Medina en trompeta, así como con dos “remixes” a cargo de Know One y Koan.
La energía y el júbilo comienzan desde el mismo primer tema, “Fonka Tonka” y básicamente se mantienen, en diferentes grados de intensidad, a lo largo de todo el programa. No faltan los solos apasionados, como el de saxofón en “1816 Hastings Place” o el de piano en “In D Shed”; las líneas de bajo eléctrico que impulsan la pieza hacia adelante, como en “Quiero ser tu viejito”; los toques de jazz, reminiscentes de Miles Davis y Wes Montgomery, en “Warning You May Have a Baby”; o la intensa polifonía de los metales que cierra el álbum en “Two Point O”. Medina Carrión, por su parte, engalana la segunda versión de “In D Shed”, con su particular estilo de rap.
Técnicamente muy bien logrado, bailable y feliz, “Funk Defender” es un álbum recomendable que hubiese alcanzado mayores alturas si se hubiesen tomado los elementos del funk y se hubiesen personalizado más, puertorriqueñizándolos un poco, por así decirlo, hasta llegar a lo que sin duda sería una fascinante fusión musical. Claramente esa no fue la intención aquí, pero sería extremadamente interesante escuchar un proyecto de ese tipo en alguna grabación futura de Almas Band. Talento e imaginación no les falta para hacerlo.