Por Jaime Torres Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
A pocos días de que finalice la primera temporada de la exitosa serie “A las puertas del Ocho Puertas”, la Voz Nacional, Danny Rivera recuerda a los dueños del mítico cabaret, Bern y Tor, como unos maestros.

Danny, en funciones vendidas a su capacidad, se presentará mañana sábado y el domingo en el café-teatro de la Fundación Nacional para la Cultura Popular, justo al frente de la esquina de las calles Fortaleza y del Cristo que albergaron el centro nocturno que sirvió de plataforma de lanzamiento a decenas de cantantes puertorriqueños.
“Llegué al Ocho Puertas con un bagaje, pero cuando te encuentras con dos individuos que sabían mucho de la cuestión teatral y del gran cabaret, como Bern y Tor, terminan siendo como maestros respecto a la actitud que uno debe tener en el escenario”.
Si mal no recuerda, Danny agotó entre cuatro y cinco temporadas en el Ocho Puertas y cada incursión fue motivo de aprendizaje y crecimiento artístico.
“Siempre que fui aprendí algo nuevo”, afirmó.
“Cada vez que tengo la oportunidad de hacer teatro en Nueva York, con Pregones, que es un taller de gente nueva y joven, salgo renovado porque aprendo y eso me pasó con el Ocho Puertas”.
Para el intérprete de “Tú pueblo es mi pueblo” el escenario sanjuanero “era parte de mi proceso de crecimiento artístico”, en una época en que ya la masa lo reconocía por éxitos radiales como “Porque yo te amo”, “Fuiste mía un verano”, “Manolo”, “Mi viejo” y “Qué daría yo”, entre otros.
“Ya era un profesional que era escuchado en la radio, que ya era famoso y me atrevía a regresar a ese lugar, cuando la mayoría de los artistas no se atrevían. Lo hacía porque era un gran taller. Nunca le he tenido miedo a los lugares pequeños porque me recuerdan mis inicios y sirven para estar en intimidad con el público”.
Danny, a quienes acompañarán en el teclado Ricky Martínez, Pachito en la guitarra y Lolo en la percusión, evocará sus recitales en el famoso cabaret y sorprenderá a su público con canciones que no interpreta con regularidad.
“Son melodías que la gente no conoce y voy a explorar con otras cosas, que las personas desconocen que son parte de mi relación con la canción. En esta etapa estoy haciendo canciones basadas en lo que sucede en Latinoamérica. Hay ritmos sudamericanos que hemos ‘antillanizado’ y algunas improvisaciones con la bomba y la plena. Hay canciones románticas y hablaré de la canción que interpretábamos en el Ocho Puertas”.

Al reconocer que con el reciente fallecimiento de Ketty Cabán desaparece la última compositora de filin de Puerto Rico, Danny proyecta recordarla a través de las canciones de Sylvia Rexach.
“Debemos hacer un aparte y recordar a Ketty cantando a Sylvia, como un homenaje y recordar a esas grandes compositoras [Myrta Silva, Puchi Balseiro y otras] que hemos tenido y que estuvieron allí”, dijo rememorando el espectáculo “Había una vez dos corazones que, con canciones de Ketty y Sylvia protagonizaron Sharon Riley y Dean Zayas.
Arrullado por la nostalgia de una época que jamás volverá, Danny reconoce que se necesitan espacios donde los nuevos talentos puedan exponer sus obras.
“No habrá otro Ocho Puertas. Los ciclos no se repiten de esa manera. Si hay algo que quisiéramos repetir del pasado tendría que tener las características del presente”.
Firme en su compromiso con la Fundación Nacional, Danny Rivera valora y agradece la iniciativa de su director ejecutivo, el periodista Javier Santiago. El escenario de la Fundación, aunque es pequeño, es mágico.
“Es importante que hayan esos lugares. Ahí mismo, si hay que hacer una temporada más tarde, sino este año, lo haremos para que la gente tenga más accesibilidad. Es como, si de repente, uno está en una película grandísima y se va a trabajar a ‘off-Broadway que, aunque ganes menos dinero, es una experiencia diferente a lo que uno vive en un teatro al que asisten miles de personas”.

Así como el Ocho Puertas ofreció taller a los nuevos talentos de las décadas de 1960 y 1970, Danny aguarda por un escenario en que coincidan cantautores e intérpretes de distintas generaciones.
“Esto ha sido un éxito y debería repetirse. Si no es durante el año, que anualmente se sepa que en ciertos meses de verano se recordará al Ocho Puertas y que vengan artistas y cantautores jóvenes para que puedan exponer sus talentos y se prueben así mismos. Eso es vital y fundamental. El Ocho Puertas me dio la oportunidad de probarme y al mismo tiempo de ejercitar mi voz”.
Danny Rivera, que en Navidad suele amenizar el “Atardecer Navideño” de la Fundación Nacional para la Cultura Popular, siempre regresa a la esquina donde estuvo el Ocho Puertas.
Para el cantor nacional, es un lugar histórico que entonces se caracterizó por su ebullición y continuo movimiento en la producción de nuevos talentos.
Esquina que, en el Viejo San Juan, representa la cultura popular y marcó el inicio de una era en la canción y la bohemia.
“Es el inicio de un ambiente donde nacen muchos cantantes, teatreros, poetas y actores. Fue un reducto de lo que pasaba en diferentes lugares del Viejo San Juan, como La Tea. Esta esquina representaba eso y el Ocho Puertas impactó mucho por la manera diferente de presentar todo eso. En esa esquina se tocaban danzas. A La Danza iban poetas. Y en La Guitarra estuvo el maestro Gilberto Monroig, además de lo político por la cercanía a la Fortaleza”, recordó.
Los veteranos cantantes Chucho Avellanet, Carmín Vega, Alberto Carrión, Rafael José, Carmen Nydia Velázquez, Nena Rivera, Ida Claudio y Awilda La Mimosa desfilaron por el escenario de la Fundación Nacional durante el primer ciclo de “A las puertas del Ocho Puertas”.
Con Danny Rivera culmina la temporada que ha sido posible gracias a las aportaciones del National Endowment For The Arts, el Instituto de Cultura Puertorriqueña y la Fundación Nacional para la Cultura Popular.