Por Edgar Torres
Para la Fundación Nacional para la Cultura Popular
Yinoelle Colón, quien lleva 17 años de trayectoria, ha perdido la cuenta de las producciones que ha realizado para la compañía Tantai Teatro, de Rafa Sánchez e Ismanuel Rodríguez. Sí recuerda que ha intervenido en “El Método Grönholm”, “Agua a cucharadas”, “Ingenio”, “Este país no existe”, “Construyendo a Verónica”, “El Trasero de mi madre” y “La Terapia”.

“Llevamos varios años inventando. Vivo agradecida de tener a Tantai como casa. Además, de que admiro el trabajo actoral y de producción de Rafa Sánchez que me parecen excepcionales y la dirección de Ismanuel Rodríguez. Creo que Ismanuel es uno de los directores más importantes que tenemos ahora mismo. Su ingenio, su creatividad, ¡es única! Sabe mucho de dirección artística. No solo dirige la mesa de ajedrez, sino a ti como actor o actriz. Te saca tus recursos más escondidos y los pone a trabajar”, enfatizó Colón.
La artista participará en la obra “8 Mujeres Sospechosas”, que estará en cartelera desde el 13 de mayo en el Centro de Bellas Artes de Santurce. Explicó que la trama -que ocurre en los años ’50- gira en torno de un crimen que se cometió en “una casa pseudo apartada”.
Yinoelle Colón adelantó que su personaje de “Suzón” es la hija de “Marcel”, el hombre que apareció muerto. “Ella es como el alma investigativa. También, llega de lejos porque estaba estudiando fuera de la ciudad donde se desarrolla la obra. Se encuentra con que su papá ha aparecido muerto. Ella es quien constantemente está buscando al culpable de la muerte de su padre”, comentó.

Resaltó la química en los ensayos con sus compañeras de escena, Cordelia González, Marisol Calero, Kristhielee Caride, Carmen Nydia Velázquez, Teresa Hernández, Sara Pastor y Gabriela Saker. “Siempre nos hemos vacilado un montón. Desde el día de la sesión de fotos hemos dicho que esto será un proceso interesante. Algunas de nosotras habíamos trabajado juntas con Tantai. Es un combo bien dinámico. Me gusta de esta combinación de mujeres que somos muy diversas no solo en nuestra educación actoral o experiencia interpretativa, sino como personas. Es un privilegio tener tanta tabla en una misma pieza, que es suficientemente buena para que cada una pueda aportarle su magia y estilo”, dijo.
La actriz, quien también funge como directora escénica de la ópera cómica “El teléfono” que se presentará mañana lunes 24 en el teatro de la Escuela Especializada en Bellas Artes de Humacao, aprovecha para revelar que cuando está espectadora en una sala de teatro le gusta fijarse en lo que no es el foco de atención, “ver lo que ocurre detrás”.
-¿Cómo describes tus años de carrera?
-“Sería malagradecida si me quejara. Yo amo mucho mi trabajo. Es una de las cosas más importantes que tengo en mi vida. Mi carrera tiene un lugar muy especial. Me siento bien productiva haciendo lo que hago… He tenido mis altas y bajas, mis momentos complicados, papeles difíciles. He tenido momentos en que me he cuestionado si esto es lo que verdaderamente yo quiero hacer o no. Pero, siempre mi respuesta es que sí. Siempre he tenido grandes y buenas oportunidades que uno debe aprovechar. No es fácil, pero no es tan difícil como la gente lo pinta”.
-¿Eres una actriz a tiempo completo o haces otras tareas para subsistir?
-“Usualmente soy actriz a tiempo completo. (Laboro) también como profesora y doy ‘coaching’. La vasta mayoría de las cosas que hago están todas enfocadas hacia mi arte escénico. Hace muchos años que no he tenido que diversificar mi carrera para poder sobrevivir. Lucho por lo que quiero. No me siento a esperar que las cosas lleguen a mí, yo las busco dondequiera que están. Soy del tipo de persona que piensa que el trabajo sobra; hay gente que lo quiere hacer y gente que no”, manifestó.

Lamentó “no (trabajar en) la época de la bonanza de los años ’80” de las telenovelas. Apareció en la última que se produjo en la televisión, “Dueña y Señora”, protagonizada por Karla Monroig y Ángel Viera. “Estamos viviendo todavía los remanentes de esa época que fue tan importante para el País en términos artísticos. Me hubiese encantado poder trabajar con ellos”, indicó con nostalgia.
-¿Con cuál de esas actrices de la época de oro de las telenovelas has podido trabajar en teatro?
-“¡Con Luz María Rondón! Es una escuela inmensa. Tuve la oportunidad en 2003 de trabajar con ella en ‘La Celestina’. Fue el momento en que la conocí y me ‘enamoré’ de ella. Es una actriz formidable, una maestra de vida. Varios años después trabajamos en ‘Construyendo a Verónica’ con Tantai. ¡Luz María Rondón es una de mis grandes pilares!”, precisó.
-¿Cómo te enriqueces a nivel histriónico?
-“Me gusta entrenar mucho. Además, cuando doy ‘coaching’ (a nivel privado, ya sea individual o grupal) eso me obliga a mantenerme en boga. Mis estudiantes son jóvenes o personas experimentadas que buscan fortalecer su proceso de creación de personajes y eso me obliga a estar estudiando constantemente… Estoy en constante búsqueda sobre mi arte. Suelo salir a entrenar fuera de Puerto Rico con diferentes profesores y técnicas sobre improvisación, creación de personajes, análisis de textos. Trato de diversificarme lo más que puedo”, detalló.
-¿Qué recomendaciones le haces a la nueva cepa de actores?
-“¡Qué se eduquen! ¡Qué estudien! Que busquen ídolos; no se conformen con aprender a hacer una sola cosa. Que trabajen por un mensaje claro… Creo que esta profesión es como cualquier otra. Ningún doctor, ningún abogado, ningún artista se queda con sus estudios iniciales. Todos tienen que estar en constante búsqueda. ¡Y los actores no somos la excepción! Nosotros somos representantes de la sociedad… y la sociedad está en constante cambio. Debemos defender siempre el derecho a educarnos, a aprender. Todos los que queremos ser vigentes tenemos que estar en constante búsqueda. ¡Nunca dejen de aprender!”, argumentó.

Luego de haber estado en la piel de tantos personajes, Yinoelle admitió que “muchos” han cambiado su perspectiva de la vida, de comportarse, sus ideologías. “Dentro de mi estilo y técnica, trato de hacer mis personajes vivos. Una vez yo comprendo, tanto psicológico como emocionalmente, por lo que ellos pasan, es como conocer a una persona cercana y aprendes a compadecerlos. Uno aprende a aceptarlos con sus virtudes y defectos, a debatir ideas con ellos. Creo que no hay actor o actriz responsable que te diga que no se deja influir de forma voluntaria por sus personajes. Son personas que viven por períodos cortos y le cambian la vida a uno. Tengo personajes que toman decisiones que yo jamás tomaría y están en circunstancias en las que yo nunca me pondría. Sí, tengo la responsabilidad de interpretarlos con veracidad y uno se pone en sus zapatos y dice, ‘esta podría ser yo en otra circunstancia y con menos o más privilegios’. Eso impacta de manera inmensa”, abundó.
Yinoelle exteriorizó que le fascina escribir comedias y que ha montado algunas con Tantai Teatro, como “La Cocina” y “Coctel de antesala”. “En la dramaturgia uno vacía un montón de cosas que por ética o por consideración con los que no piensan como uno, pues se calla. Los personajes, al ser ficticios, te ofrecen la oportunidad de cargar esa voz, que a veces uno no carga con la fuerza que debería. Me siento responsable cada vez que lo hago. Me gusta llevar mensajes…”, culminó llena de emoción.