El Gigante de la Trova

Por Jaime Torres Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular

El trovador Mario Millán es uno de tantos exponentes de la décima campesina cuyas trayectorias, mediáticamente hablando, han pasado inadvertidas.

El trovador produjo la grabación “Lo mejor de mí para mi gente”.

Don Mario, natural del barrio Naranjo de Fajardo, es un autor muy versado que, incluso, produjo el disco “Lo mejor de mi para mi gente”, en el que presenta décimas religiosas, patrióticas, sociales, ecológicas y culturales.

El tema de Dios es recurrente en su vasta obra, pero de escasa difusión y documentación fonográfica. En su reciente cedé interpreta “Con el agua del bautismo” y “Santa Epifanía”.

“Siempre he tenido a Dios cerca. Me siento muy cerca de Él. Una vez me estuve ahogando en el Río Fajardo, que me llevó una corriente, y salí sin explicación de un lugar donde se habían ahogado como tres o cuatro. Y esa fue la mano de Dios”, reveló Mario al detallar la experiencia en el sector San Pedro del barrio Florencio en Fajardo.

Este espigado artista, que mide 6 pies y 5 pulgadas, reconoce que su carrera no ha logrado mayor trascendencia por su timidez.

“Soy muy tímido. Todavía hoy me cuesta trabajo hablar”, afirmó.

Fue su esposa Angelina Correa, ya fallecida, el motor que lo impulsó en el ambiente, coordinando su participación en concursos de trovadores alrededor de la Nación puertorriqueña.

“Me motivó a participar en las competencias. Fue mi acompañante por 15 años. La perdí en una operación en septiembre de 2015. Entramos caminando y hablando al quirófano y no salió. No he podido asimilar el golpe”.

Precisamente doña Angelina fue la gestora de su disco “Lo mejor de mí para mi gente”, en el que incluye el punto cubano “Murió el Sonero Mayor”, inspirada en Ismael Rivera.

Mario Millán grabó unas décimas dedicadas a Ismael Rivera. (Foto Jaime Torres Torres para Fundación nacional para la Cultura Popular)

“Esa décima surge cuando un día voy a un concurso en Ceiba y coincide con la muerte de Ismael Rivera en 1987. La animadora era Álida Arizmendi. Ella sugirió que le cantáramos a Ismael. Gané el concurso porque era un admirador de Ismael y años después decidí grabarla”.

La decimilla “Ciudad fajardeña” es una contribución a la cultura caridura, pero poco reconocida por la autoridad del ayuntamiento. “Desde que comencé en la trova, primero le canté a mi barrio Naranjo, luego a Fajardo, después a Puerto Rico y al mundo. Lo he logrado gracias a Dios, con lo que el Señor me ha dado, porque por la timidez tampoco he sido muy agresivo en promoverme, pues la que me ayudaba era mi esposa”, dijo Mario, de 67 años, cuyo padre Rafael fue un respetado guitarrista muy solicitado en el área Este.

Don Mario Millán se desarrolló participando en las parrandas por los barrios Naranjo, Florencio, Rincón y Paraíso de Fajardo.

También se nutrió significativamente de las mesas redondas de trovadores que se celebraban desde Humacao hasta Río Grande. Encuentros que atraían multitudes a negocios como el de Pilar Pacheco, el de Pin Pan en Ceiba y el Ocho Puertas en Palmer.

Entonces, los trovadores Pedro Rivera y Juan Valentín eran sus maestros. “Los perseguía en las parrandas en Naguabo, Ceiba, Río Grande y Luquillo. Me dediqué a escucharlos porque yo aprendo más escuchando. En las mesas redondas casi siempre había un animalito para compartir; un cabrito o una ternera. Se cantaba mucho, hasta tarde en la noche y muchas veces hasta el amanecer. Éramos amigos y estábamos juntos. Juan Valentín y Pedro Rivera fueron pioneros. Aprendimos mucho de ellos”.

Millán siempre contó con el respaldo de su esposa en la música. (Foto Jaime Torres Torres para Fundación nacional para la Cultura Popular)

El Gigante de la Trova, Mario Millán, fue tres veces finalista en el Concurso de Trovadores del Instituto de Cultura Puertorriqueña y una en el desaparecido Concurso de Trovadores Bacardí.

“En las mesas redondas se cantaba un estilo distinto a como se canta en las competencias. Soy de los pocos que salió de las mesas redondas para cantar en los festivales. Siempre estuve entre los mejores”.

La anécdota más curiosa de su paso por los concursos de trovadores ocurrió en una controversia en Guayama junto a Idelfonso Cotto, improvisador no vidente.

El Gigante despuntaba como el vencedor, cuando Idelfonso casi lo vence con su ingenio.

Mario déjame el dinero
Te lo pido por la Cruz.
Tengo que pagar la luz
Y el agua el día primero.

“Eso me dio una gran risa y casi no pude responderle. Él no ve, pero escucha muy bien. Y apareció pidiendo clemencia… Pero aún así gané”.

Para contrataciones de Mario Millán y pedidos de su cedé “Lo mejor de mí para mi gente”, grabado con el respaldo del conjunto Resaca Taína de Wilbert Maldonado, debe comunicarse al 787-713-2469.

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