Casa Aboy retoma su Promesa de Reyes

Por Joselo Arroyo
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular

Las peticiones fueron depositadas en una gran canasta. (Foto Joselo Arroyo para Fundación Nacional para la Cultura Popular)

Las promesas de Reyes gozan de popularidad y gran fervor religioso dentro de nuestro folklor boricua. Según la costumbre, se invoca a los Santos Reyes Melchor, Gaspar y Baltazar para solicitar su intervención para resolver problemas y solucionar situaciones difíciles. A dicha promesa se invitan familiares, amigos y vecinos quienes rezan y cantan el rosario que se ameniza con aguinaldos alusivos a los Reyes, Jesús, María y José.

Por casi dos décadas, la Casa Aboy se ha preocupado por mantener viva esta tradición. Con una pausa desde 2010, en la tarde del pasado domingo, la Promesa de Reyes regresó a la Casa Aboy, en Miramar, para celebrar la tradición con familiares, vecinos y público en general.

La actividad estuvo dedicada a Oscar López Rivera. (Foto Joselo Arroyo para Fundación Nacional para la Cultura Popular)

Este año, el evento fue dedicado a Oscar López Rivera -justo dos días antes que fuese anunciada su excarcelación y eventual regreso al País-; y al grupo de personas que, con su trabajo voluntario y anónimo, han hecho posible continuar con la labor de la Casa Aboy.

Luego del corto acto protocolario, dio comienzo el rosario (rezado y cantado) mientras se repartieron pedazos de papel y lápices para que los presentes escribieran sus peticiones a los Santos Reyes, papeles que luego fueron depositados en una canasta para ser llevados al altar de los Reyes Magos.

Una vez culminado el rosario, participaron Los Ángeles Prietos de Moca, bajo la dirección de José Luis Rosa; y el Coro Ministerio San Antonio, de la Parroquia Corpus Christi, de Río Piedras, bajo la dirección de Nydia Figueroa. Mientras, los presenten cantaban, aplaudían y disfrutaban de las presentaciones.

Vista parcial al público que asistió a la actividad. (Foto Joselo Arroyo para Fundación Nacional para la Cultura Popular)

Un nutrido grupo, compuesto por personas de todas las edades, vecinos y visitantes de todo Puerto Rico, se dio cita para disfrutar de lo último de las Navidades en armonía con nuestras costumbres típicas. La asistencia fue tan amplia que los presentes, al no caber dentro de las facilidades, se aglomeró en las aceras aledañas; e, incluso, al otro lado de la Avenida Ponce de León. Esto es realmente esperanzador en una época en que se pudiese pensar que nuestras costumbres están en peligro de extinción. Todos los presentes, en espíritu de fraternidad, alegría y devoción, participaron del evento que culminó ya caída la noche.

Gracias al esfuerzo de la Junta de Directores de la Casa Aboy y al coauspicio del Programa de Música, del Instituto de Cultura Puertorriqueña, por mantener viva una de las tradiciones más hermosas que demuestra la fe de un pueblo unido en alegría, música y folclor.

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