iLe con el Tapia a sus pies

Por Javier Santiago
Fundación Nacional para la Culturas Popular

Quien la vio hace unos meses en el lanzamiento de su debut discográfico como solista en el Club Tropicoro del Hotel San Juan, no tendría reparos en aceptar que el crecimiento escénico y vocal de Ileana Cabra ha sido vertiginoso. O al menos así se pudo confirmar anoche en su concierto cierre de 2016 en el teatro municipal Alejandro Tapia y Rivera del Viejo San Juan.

Una sala repleta de público, que en una noche lluviosa se aventuró a llegar hasta el casco de la Ciudad Capital, supo premiar con aplausos sonoros la labor impecable de Ileana Cabra en su concierto “ilevitable”.

Aquella chica tímida de voz pausada que antes habíamos conocido, y que otros recuerdan por su rol de PG 13 en el famoso colectivo encabezado por sus hermanos, estuvo en el legendario Teatro Tapia a sus anchas.

Este no era el típico concierto de canciones que puestas al azar se resumían en una producción discográfica más. En todo caso, Ileana supo hilvanar de tema en tema la razón de ser de su repertorio. Motivos que, como es sabido, ha logrado que críticos internacionales como los del New York Times y Billboard aplaudan su ya triunfadora carta de presentación.

Y no ha sido por mera casualidad.

La magia de iLe está en la sinceridad de su repertorio. En él no hay contemplaciones ni pensamientos de diva que la limiten. A ella el estrellato de la industria contemporánea del espectáculo no puede marcarle pautas porque – a todas luces – es una artista genuina. De ahí que su mensaje musical sea veraz. Y como tal lo siente, lo domina y lo transmite a la perfección.

Canciones como el despechado “Maldito sea el amor” y el bolerazo “Quién eres tú” se proyectaron diáfanos en su voz. Su interpretación impecable del tema “Triángulo” (…perdón), recibió una ovación gigante de un público enardecido. Igual fueron “Danza para no llorar” y su primera composición “Caníbal”.

Ile fue desde el sentimiento de “Dolor” (recordando a Cheo Feliciano y a su abuela doña Flor Amelia de Gracia), a la intimidad de un sublime “Extraña de querer”, llegando hasta el feminista y despechado tema rumbero “Rescatarme”. Su “Qué mal que estoy”, interpretado junto al cantautor argentino Juan Botta Righi, acertó un toque de dulce emotividad en la velada.

Pero más allá de la zona de confort que puede darle una obra discográfica a su intérprete, la joven se aventuró para rendir un tributo a Edmundo Disdier cantando “Máscara”; a lo que sumó un patriótico y valiente “Yo también soy boricua”, grabado por Daniel Santos y Davilita en el hoy clásico “Los patriotas”.

Así, en un abrir y cerrar de ojos, la menuda intérprete nos trajo un puñado de sus influencias musicales: boleros, salsa, baladas, danzas, temas sociales y de “protesta”… Cada una acentuadas sabia y cuidadosamente con arreglos de ricos matices musicales.

Ciertamente, en su presentación en el Tapia iLe contó con un equipo de excelencia: Adalberto Rosario en la guitarra, Jonathan González en el bajo, Alexandra Rivera al piano, Bayoan Ríos Escribano en cuerdas, percusión y coros; así como Ismael Cancel en la dirección y percusión. Junto a ellos, Charlie Sepúlveda en la trompeta y Joey Oyola y Nicolás Marquez en los trombones, unieron fuerzas desde la sección de vientos.

La producción, realizada por la propia artista e Ismael Cancel, fue precisa en su montaje, contando con el sonido de Harry Mercado e iluminación de Esteban Lima. En ella se integró con efectividad el vídeo explicativo de la vocalista  sobre el proceso de grabar el bolero “Dolor”. Fue este un toque de humor que se sumó a sus acertados diálogos entre canciones, y a un cierre recibido con euforia por su público al son de “Te quiero con bugalú”.

Ileana, que durante toda la noche dominó la escena con pasmosa soltura y naturalidad, selló magistralmente con sus movimientos el rítmico número escrito por ella y su hermana, Milena Pérez Joglar. Tema sobre el cual – sin dejar cabos sueltos – estableció su defensa al derecho a la sexualidad en la tercera edad.

Con el Tapia puesto en pie, la artista agradeció a su equipo de amigos y profesionales este cierre magistral de 2016 en la ruta de su “iLevitable”. Y en un adelanto de lo que está por venir nos regaló un nuevo bolero titulado “No te detengas” de la inspiración de su abuela, quien, desde lo Alto parecía estar bendiciéndola.

Fue un cierre magistral para un talento que a todas las luces va por buen camino y en plena evolución.

Algunos quizás se preguntarán a qué se debe el fenómeno del éxito de Ileana Cabra como solista.

Su concierto anoche en el Tapia fue más que contudente en la respuesta.

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