Aguinaldo a la Esperanza

Por Jaime Torres Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular

La Patria cantó fuerte el Día de los Inocentes.

Su poderoso verbo musical, como caricias de estruendos a la conciencia de la Nación, se apoderó del diafragma y las cuerdas vocales del cantor Danny Rivera, quien nuevamente fue la atracción del “Atardecer Navideño” de la Fundación Nacional para la Cultura Popular, celebrado ayer desde los balcones de la entidad sin fines de lucro, a pocos pasos del Palacio de Santa Catalina.

Vista parcial del público aglomerado ayer durante la celebración del Atardecer Navideño con Danny Rivera en el Viejo San Juan. (Foto Javier Santiago / Fundación Nacional para la Cultura Popular)
Vista parcial del público aglomerado durante la celebración del Atardecer Navideño con Danny Rivera en el Viejo San Juan. (Foto Javier Santiago / Fundación Nacional para la Cultura Popular)

En la Calle Fortaleza, hasta las esquinas con la Calle del Cristo y la Calle Tanca, no cabía literalmente un alma. Una multitud, de gente joven y gente adulta, compuesta por amigos de la Fundación, residentes, transeúntes y turistas de visita en el Viejo San Juan, se congregó con alegría para escuchar a Danny Rivera, en su regreso a la fiesta, ya que el año pasado hizo un paréntesis para que Chucho Avellanet promoviera su cedé “Navidades en mi Pueblo”.

En el umbral de un incierto 2017, en que irónicamente la historia confronta a la Patria con la implantación arbitraria de una junta de control fiscal que coincide con el centenario de la Ley Jones, que impuso la ciudadanía norteamericana a los puertorriqueños del territorio, la presencia de Danny, sin chauvinismos, fue un signo y un aguinaldo de esperanza.

En la época de comunicación global e instantánea, en que la información avanza más rápida que la pólvora encendida, mientras usted lee estas líneas ya su mensaje de resistencia cultural y de exigencia de respeto a la puertorriqueñidad debe hallar eco en el hemisferio.

La fiesta comenzó a los acordes del cuatro, con el estribillo de un aguinaldo tradicional, entonado por los músicos Carlos “Pachito” Vega (cuatro), Héctor “Piru” Bonilla (congas), Oscar “Lolo” Figueroa (bongó), Sammy Morales (bajo) y Judimar Colón (guiro) que acompañaron a Danny, dirigidos por Ricky Martínez.

Venimos cantando desde Nochebuena.
Queremos bailar traigan las parejas.
No queremos ron ni tampoco brandy.
Que lo que queremos es
La sala pa’l baile.

Al ritmo de un seis chorreao, Danny apareció entonando unas décimas a manera de un saludo de bienvenida a los presentes.

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La actuación de Danny fue cubierta por medios televisivos como el Canal 2 de Telemundo. (Foto Javier Santiago / Fundación Nacional para la Cultura Popular)

“Hola. Buenas tardes. Feliz tiempo de amor, de paz, de renovación y para todos los que nos reunimos con la esperanza de que Puerto Rico es una nación y un país bello, de gente maravillosa, qué mejor que celebrar esto en el Viejo San Juan, donde la historia comienza y el coquí nos hace cantar todos los días”.

Entonces, interpretó “El coquí”, original de Herminio de Jesús, del disco “Controversia” que en 1987 grabó con Los Cantores de San Juan de Vicente Carattini & Alpha IV y cuyo estribillo versa: ‘tienes que preservar tú la tradición, porque si no el coquí no cantará”. Al final, exclamó desde su entraña: ‘¡Qué no muera el coquí!’

“Es un tiempo para cantarle a la vida y cuando se llora es mejor empezar a llorar riéndose porque este tiempo de ahora requiere de tener ovarios y el cinto bien apretado para no dejar de ser lo que somos: ¡Somos boricuas! Y que este es nuestro país y que aquí donde estamos es el lugar libre donde podemos transitar con nuestra identidad sin que nadie nos obstruya el camino. Por tanto, la canción de este tiempo nos da la oportunidad exactamente de eso: de seguir influyendo en nosotros mientras le cantamos a la vida”, articuló Danny antes de interpretar “El Cardenalito”, otro éxito del elepé “Controversia”.

En una reflexión sobre el atardecer que brotó con sinceridad de su corazón, el Cantor Nacional dijo que los une el amor y el deseo de reencontrarse en el evento coordinado por la Fundación Nacional para la Cultura Popular, que este año ha celebrado su vigésimo aniversario.

Los músicos acompañaron al artista desde el balcón contiguo de la casona sanjuanera. (Foto Javier Santiago / Fundación Nacional para la Cultura Popular)
Los músicos acompañaron al artista desde el balcón contiguo de la casona sanjuanera. (Foto Javier Santiago / Fundación Nacional para la Cultura Popular)

“Hay muchos atardeceres y vamos a vivir muchos atardeceres. Y tenemos que convertir esos atardeceres en atardeceres nuevos, de esperanza, de vendimia, de unión, fraternidad y sin temor dejar que ese Niño penetre en nosotros y nos diga muchas cosas hermosas. Que no perdamos la ternura y que sigamos cantando y que el si el amor que vamos a conseguir si lo conseguimos en la Navidad es un amor sagrado”.

Inmediatamente, Danny presentó al Poeta de la Bondad, como identifica a su amigo Eric Landrón, quien declamó unos versos sobre la Luz, a los acordes de “Lamento borincano”, punteados por el cuatro de Carlos “Pachito” Vega.

El encendido de la ternura
Más allá de prender luces
Que guiñan en árboles y callejuelas
Enganchar guirnaldas que brillan
Chispeantes dondequiera
Avivamos al jibarito Dios que duerme
En la cuna de paja de nuestro corazón
Y que despierta en la Nochebuena
de nuestros sueños…

Danny continuó con “Jardinero de cariños” y el villancico tradicional “Pastores a Belén”, que muchos tararearon, en una confirmación de que las almas presentes se elevaban y liberaban en paz durante el Atardecer.

El poeta Eric Landrón dedicó versos a la Fundación Nacional para la Cultura Popular. (Foto Javier Santiago / F.N.C.P.)
El poeta Eric Landrón dedicó versos a la Fundación Nacional para la Cultura Popular. (Foto Javier Santiago / F.N.C.P.)

El repertorio ensayado incluyó “Alegoría” de su clásico con Alborada. Tras improvisar con el estribillo “Felicidades, felicidad y mucha salud”, en una tonada en blues, Danny complació la petición de la danza “Verde luz” de don Antonio Cabán Vale ‘El Topo’.

En su interludio instrumental, Eric Landrón declamó otros versos, oportunos por demás porque no perdieron de perspectiva el vigésimo aniversario de la Fundación Nacional para la Cultura Popular y la heroica labor de su director ejecutivo Javier Santiago.

Brindo por la heroicidad afable, mentora y testadura.
Esa que se construye desde los silencios
y los sueños amados;
Desde el trabajo cuidadoso, detallista y esmerado.
Y la firmeza de la abnegación imbatible, sensible y esperanzadora.
Brindo porque en San Juan, en las entrañas adoquinadas
De la Ciudad Capital se ha erigido un lugar de hechizos
Para los encuentros que afirman, afinan y reafirman
Lo que hemos sido, somos y seremos
Como boricuas alentados e imantados por la
Música, el teatro, la poesía y las artes.
Brindo porque en este lugar mágico y fascinante
Se ha construido palmo a palmo
Y con fortificación y arquitectura de dignidad y dulzura
El amor al oficio y belleza invencible un aposento
Para la memoria y la creación donde todo el que llega
Con el corazón habitable y acogedor se colma
De latidos de cultura, fluidos de bondad,
fidelidad de nación y vigor de resistencia.
Brindo por Javier Santiago, el alma de esta fiesta
El constante, el versátil, el cronista, el infatigable,
el historiador, el consagrado […]

Luego, Danny evocó a Oscar López Rivera, preso durante 35 años en cárceles federales, invitando a la concurrencia a que proclamara tres veces “Oscar, ¡Feliz Navidad!”, esperanzados todos en su liberación en o antes de la Epifanía, día de su cumpleaños 74.

Inmediatamente le dedicó la danza “Perla del Caribe” de Jesús María Escobar, inmortalizada por Julita Ross y otros grandes intérpretes.

Y dijo: “Feliz Navidad a todos. Nos vamos, pero nos quedamos con el recuerdo de la canción…” Y entonó “Villancico yaucano” de Amaury Veray…

El público acompañó al cantante hasta la caída del sol. (Foto Adriana Pantoja para Fundación Nacional para la Cultura Popular)
El público acompañó al cantante hasta la puesta del sol. (Foto Adriana Pantoja para Fundación Nacional para la Cultura Popular)

“Que el Nuevo Año sea un tiempo de renovación y que no le tengamos miedo a las crisis”, dijo mientras continuó con la interpretación.

Una versión, en nuestra lengua vernácula, del clásico “Adeste fideles” (“Venid fieles”) rindió honores el Niño Jesús. Y “Paz en la tierra”, de Mario Enrique, selló el inolvidable Atardecer Navideño 2016 de la Fundación Nacional para la Cultura Popular.

Oscurecía.

Las aceras, vitrinas y calles adoquinadas de la Calle Fortaleza se transformaron con el resplandor y la brillantez de sus guirnaldas en una atmósfera que parecía mágica…

Pero la música de Danny Rivera fue real.

Un lucero que iluminó corazones; su voz, un arrullo a San Juan; sus palabras, llamado para despertar conciencias y su gesto de desprendimiento, otro año más, una contribución ejemplar de la importancia de la generosidad cultural en la reconstrucción de la Nación.

¡Felicidades!

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