Por Jaime Torres Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
Para Mónika la vida es un tren.
Se vive en constante movimiento, con muchas historias por contar que se acumulan en la cotidianidad.

Hasta la muerte, reflexiona la joven cantautora, es como un ferrocarril que llega y se va.
La música, parte de la vida, es parte del cargamento de sus vagones.
Y su ‘tren’ musical arrancó en 1998, cuando en su natal Naranjito le impartió vapor al concepto “Puerto Raíces”, una novedad en la escena rockera de entonces que, tras compartir escenarios con Fiel a la Vega, Aterciopelados, La Secta, Vivanativa y otras bandas, propició en 2003 un contrato con Sony Music para el lanzamiento de su primer álbum.
Hubo diferencias con la multinacional y el proyecto que con tanto entusiasmo desarrolló junto a su hermano Christian Nieves, no logró la esperada trascendencia radial.
Otra joven se hubiera desalentado, pero Mónika continuó su derrotero como cantante, compositora y guitarrista, al extremo de que nunca abandonó la vía de sus sueños: incursionar como solista.
Y esta semana arribó a la estación con “Pasajeros del Tren”, su esperado debut como cantautora, en el que le acompañan talentos indiscutidos como Egui Sierra, Juanca Rodríguez, Raúl Maldonado, Amuni Nacer, Adalberto Rosario y otros excelentes músicos.
“Lo que sucedió con la disquera fue una gran escuela para nosotros. Independientemente de lo que pasó, firmar con una multinacional como Sony nos abrió muchas puertas y nos ayudó a madurar. Era una niña cuando firmamos y mi música era muy diferente a lo que es ahora. La transición de ‘Puerto Raíces’ a ‘Pasajeros del Tren’ fue bastante natural. Transcurrieron muchos años”, dijo Mónika durante la primicia de su debut a la Fundación Nacional para la Cultura Popular.
Mónika, que canta como solista y trabaja con la agrupación folclórica de su padre Modesto Nieves, eslabón de Mapeyé, virtuoso compositor, guitarrista y cuatrista conocido como El Zurdo de Naranjito, delegó los arreglos de sus diez composiciones en su hermano Christian, quien toca cuatro y tiple en la grabación.

“Christian ha sido un gran ejemplo para mí, no solo personal, sino musical. Mucho de lo que sé lo he aprendido de él. Es un elemento muy importante en este concepto. La base de la música típica está ahí. Los elementos culturales se identifican”.
El taller de Puerto Raíces fue orientado al pop rock, con el cuatro como voz protagónica. “Pasajeros del Tren”, 13 años después, es mucho más abarcador. Más ecléctico, si se quiere. De enfoque universal, también. Si admitiese clasificación [que no la admite porque sencillamente es música creativa y honesta] sería una fusión de rock alternativo boricua con sonidos folclóricos e internacionales. [Demasiada compleja la categorización, ¿no?]
Mónika supera las expectativas al sorprender con un concepto de rock integral en que convergen con naturalidad la bomba, el flamenco, la música ‘country, el ‘doo-wop’ y otros ritmos.
“Eso es lo que hemos recogido a través de nuestra historia, en que hemos viajado con Areyto y con Mapeyé, en que hemos conocido un poco más de la cultura del mundo. También es el estilo en que yo canto. Mi papá Modesto me enseñó mucho de la música del mundo. Mi estilo es diferente a los de cualquier otro cantante pop rock”.
Como cantautora, en la presente estación de su ‘tren musical’, Mónika aborda letras románticas, de vivencias, desengaños y situaciones de muchachas de su edad. Una canción de grandes posibilidades comerciales es la balada rock “Mírame bien”, que versa sobre una despedida que sellará el último beso sobre sus labios rotos.
“Para mí la vida es como un tren. Todos los días nos subimos y nos bajamos. Hay personas que te acompañan. En ese movimiento hay muchas historias por contar, que están presentes, independientemente de que sean románticas. Esta no es una historia que me sucedió ahora, pero en algún momento sí y es parte de mi corazón y de lo que soy”.
Escuchar composiciones como “Mi paz”, “Vete”, “Ego” y “Al ritmo de tus venas” casi es tocar a Mónika. En “Pasajeros del Tren” laten su vida e historia; sus vacaciones, ahorros, desvelos, ansiedades, lágrimas, alegrías y sus amistades.
“Mucha gente se podría identificar”, afirmó la artista de 30 años.
“Yo me siento, comienzo a escribir, con la guitarra. Cuando compongo no lo hago pensando que voy a hacer un rock o un reggae. ‘Mi paz’, por ejemplo, es un tema bonito y alegre que se le puede dedicar a una pareja o un ser humano que te haga sentir en paz. ‘Mírame bien’ es todo lo contrario: es muy intensa”.
Sorprende, incluso, la facilidad con que balancea sus letras con arreglos que enlazan ritmos, logrando en sus arreglos lo que la propia Mónika califica como una especie de “paradoja musical”.

“Hay temas que son tristes, pero con el mensaje de que me voy a superar y no me voy a consumir en una depresión. ‘Mírame bien’, a pesar de un tema tristón, comunica: ‘mírame bien, porque no me volverás a ver”.
“Pasajeros del Tren”, cuyo diseño gráfico es original de Sonia Tirado y las fotos profesionales de Miguel Ortiz, acaba de llegar a la tiendita de la Fundación Nacional para la Cultura Popular. También se consigue en Cdbaby así como en Itunes.
Esta semana Mónika divulgará un vídeo en las redes sociales en el que compartirá información sobre el proceso de producción de “Pasajeros del Tren”, concepto que en definitiva la proyectará como una cantautora digna de vuestra atención.
“Me siento feliz. Todo el mundo me ayudó. Fue un equipo de trabajo tremendo. Esto es sin disquera. No tenía mucho dinero. Por eso me tardé tanto. Tuve que ahorrar para poderlo terminar. Mis amigos, colegas y músicos me ayudaron mucho”, finalizó con satisfacción.
El “Tren” ya avanza con intensidad…