Por Jaime Torres Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
El análisis no se debe enfocar en el dilema de si Diego El Cigala es sonero o domina la clave.
Hay respuestas que huelgan porque las preguntas también son innecesarias.

Lo verdaderamente relevante del lanzamiento del disco “Indestructible”, distribuido en estos días por la división latina de Sony Music, es que el gitano Diego El Cigala es un artista de fama internacional cuya popularidad mundial ha forjado como exponente del flamenco y su fusión con la música caribeña.
Poner en su justa perspectiva la importancia de “Indestructible” exige un poco de contexto. La aventura comenzó en 2001 cuando al cineasta español Fernando Trueba se le ocurrió producir el documental fílmico “Calle 54”, un reconocimiento a las grandes leyendas del jazz latino, entre las que se encontraban los puertorriqueños Tito Puente y Jerry González.
En la banda sonora el pianista cubano Bebo Valdés y su paisano, el mítico Cachao en el contrabajo, interpretaron “Lágrimas negras”, el clásico son de Miguel Matamoros.
El éxito mundial del documental propició la incorporación de la compañía Calle 54 Records, con licencia de BMG, España. Posteriormente Trueba se las ingenió para reunir en un estudio de grabación a Bebo y al gitano Diego El Cigala, entonces un desconocido a nivel internacional.
Así fue que en 2003 produjeron el clásico “Lágrimas negras”, suceso discográfico que capitalizó la ola de nostalgias y reminiscencias que suscitó la reunión del Buena Vista Social Club, que musicalmente ‘resucitó’ a músicos como Rubén González, Compay Segundo e Ibrahim Ferrer.
La fusión del bolero y el flamenco, con elementos del jazz, aparte de ventas multimillonarias, les mereció el codiciado Grammy. La gira mundial se prolongó por alrededor de dos años.

Después Bebo enfermó y no fue posible la secuela de “Lágrimas negras”, hasta que en 2008, con su disquera Cigala Music, Diego produjo el disco “Dos lágrimas”, orientado a la fusión del bolero y el flamenco.
En 2010 su sello lanzó “Cigala & Tango”, acercamiento a la integración del tango y el flamenco, expresiones –opina Cigala- de un mismo idioma.
Tarde o temprano, era inevitable un concepto como “Indestructible” porque en el disco que en 2010 le financió a nuestro Jerry González [“Avísale a mi contrario que aquí estoy yo” con Los Comandos de la Clave] precisamente Cigala interpreta la composición del inolvidable Tito Rodríguez.
Seis años después aparece ante vuestra atención el concepto “Indestructible”. Repetimos: el comentario no debe enfocar el dilema de si Diego El Cigala es sonero o domina la clave, sino la trascendencia de este proyecto, que es un reconocimiento a los exponentes puertorriqueños de la salsa.
De Tite Curet Alonso, Diego El Cigala grabó “Periódico de ayer”, “Juanito Alimaña” e “Indestructible”, que reconocen la gesta de Héctor Lavoe y Ray Barretto. A Lavoe también le dedica la nueva versión de “Hacha y machete”. La composición “Moreno soy”, de Francisco Alvarado, evoca la etapa de Luigi Texidor con Bobby Valentín y la segunda de Tito Gómez con la Sonora Ponceña mientras “El ratón”, grabada con Bobby, Roberto Roena, Larry Harlow, Nicky Marrero, Perico Ortiz, Reynaldo Jorge y otras ex Estrellas de Fania, es un tributo a nuestro Cheo Feliciano.
Ahí no queda la cosa: Cigala delegó parte de los arreglos en el puertorriqueño Ceferino Cabán, que organizó la orquesta que lo acompañó en la sesión en el estudio Mas Audio.
Sí, es cierto que, en su mayor parte, Cigala repite los soneos inspirados por Cheo, Lavoe, Luigi, Tito Gómez y Tito Allen. Pero lo hace sin brincar la clave y con temperamento antillano porque, como diría Rubén Blades, ‘la rumba es rumba’ por doquier.
Musicalmente hablando, “Indestructible” es una joya. Es uno de esos discos que se escuchan y re-escuchan con placer. Hay cortes donde lo acompaña un poderoso “big band” de músicos caleños dirigidos por José Aguirre y otros, particularmente los boleros “Conversación en tiempo de bolero” y “Como fue”, en que lo asiste en el piano el virtuoso Gonzalo Rubalcaba.

La participación de Oscar D’ León en “El paso de Encarnación”, que recuerda la maravillosa aportación del boricua Junior González a la obra “Salsa” de Orchestra Harlow, es un acierto.
Comercialmente, la irresistible versión salsera de “Se nos rompió el amor”, creación de Manuel Alejandro inmortalizada en la balada por Rocío Jurado, es otra carta ganadora.
Pero la composición del disco es “Fiesta para Bebo”, una rumba con los Muñequitos de Matanzas que entraña un tributo sincero al músico que proyecto mundialmente la carrera de El Cigala: el pianista y compositor cubano Bebo Valdés.
Grabado en estudios de Cali, Colombia; San Juan, Puerto Rico; La Habana, Cuba; Barcelona, España y Miami, Florida; “Indestructible” es un disco obligado porque, entre tantos méritos, reconoce en 2016, gracias a Diego El Cigala, que sin la aportación de los talentos boricuas la salsa no hubiera alcanzado tanta trascendencia histórica y cultural.