La vigencia de ‘Bernarda Alba’

Por Joselo Arroyo
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular

Una madre dominante; darlo todo por el primer amor; el interés económico; las falsas apariencias; el amor prohibido… algunos de los temas que siempre han pertenecido a la actualidad, no importa la época. Cuando un tema se vuelve atemporal, lo que lo contiene se convierte en un clásico, pues resiste el paso del tiempo sin perder vigencia. “La casa de Bernarda Alba” -desde que fue escrita en 1936, por el poeta, prosista, dramaturgo y director español Federico García Lorca- continúa sin perder su vigencia.

(Archivo Documental Digital del Seminario Multidisciplinario de la Facultad de Humanidades de la UPR)
La producción contó con la dirección de Dean Zayas. (Archivo Documental Digital del Seminario Multidisciplinario de la Facultad de Humanidades de la UPR)

Tras la muerte de su segundo esposo, Bernarda Alba se recluye e impone un luto riguroso y asfixiante, por ocho años, prohibiendo a sus cinco hijas a que salgan a la calle. Cuando Angustias, la primogénita y la única hija del primer marido, hereda una fortuna, atrae a un pretendiente, Pepe el Romano. El joven se compromete con Angustias; pero, simultáneamente, enamora a Adela, la hermana menor, quien está dispuesta a ser su amante. Durante un encuentro clandestino de los amantes, María Josefa, la madre de Bernarda -a quien mantienen encerrada por su locura- sale con una ovejita en los brazos y canta una canción absurda, pero llena de verdades. Cuando Bernarda se entera de la relación entre Adela y Pepe, estalla una fuerte discusión y Bernarda le dispara a Pepe, pero éste se escapa. Tras escuchar el disparo, Adela cree que su amante ha muerto y se ahorca. Al final de la obra, Bernarda dice que Adela murió virgen para guardar apariencias; y exige silencio, como en el comienzo de la obra.

Al llegar a la función de la tarde del pasado domingo 25, en el Teatro Julia de Burgos, en la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras, el público que llenó la sala a capacidad pudo disfrutar de la ambientación de la escenografía, iluminada casi en penumbras, al ritmo de los versos del poemario “El Romancero Gitano”, también de Lorca.

Una propuesta reducida y esencial, diseñada hábil y específicamente para el espacio por el Prof. Israel Franco Müller, ambientaba de manera sugerida y simbólica la casa de Bernarda, lugar donde se desarrolla la obra. La iluminación del Prof. Nicolás Luzzi jugaba con los tonos e intensidades, para lograr un resultado completamente armonioso y estético. El Prof. Miguel Vando, con igual acierto, aborda el vestuario dotándolo de texturas, cortes de la época y simbolismos arraigados a cada personaje, a pesar de estar todo en tonos oscuros y negros por el evidente luto que permea en la obra.

(Archivo Documental Digital del Seminario Multidisciplinario de la Facultad de Humanidades de la UPR)
El joven elenco enfrentó con dominio un reto difícil. (Archivo Documental Digital del Seminario Multidisciplinario de la Facultad de Humanidades de la UPR)

Una vez más el Prof. Dean Zayas, con maestría y asertividad, logró una plástica con composiciones estéticas que parecían sacadas de pinturas. Guió a las jóvenes actrices por el atinado camino de la caracterización de sus personajes, aun cuando algunas no estuvieran cerca de la edad de sus roles. Un trabajo limpio, sin excesos: una excelente obra de teatro.

Sobre las interpretaciones, solo se puede agregar que la nueva generación de actrices en formación está dando y va a dar mucho de qué hablar. Enfrentaron el reto de una obra que, cualquiera que la conoce, advierte que no es fácil. No obstante, salieron airosas. Sin lugar a dudas, el asesoramiento en interpretación lorquiana, a cargo de las profesoras María Eugenia Mercado y Julia Thompson, no fue en vano y dotó a estas jóvenes de la fuerza y peso necesarios para interpretar personajes de semejante calibre.

El doble elenco estuvo dispuesto de la siguiente manera: Prof. María Eugenia Mercado y Frances Arroyo (Bernarda Alba); Prof. Julia Thompson y Estefanía Soto (María Josefa); Mariangelie Vélez y Cecille Colón (Martirio); Yeidimar Ramos y Katriana Vélez (Adela); Zailyn Cuevas y Florivette Colón (Poncia). El resto de los personajes tenían solamente a una actriz asignada.

Durante la función del domingo, Sabrina García, Paola Martínez, Caroline Reyes y Kiara del Valle fueron las habladoras y juiciosas “Mujeres de Luto”. La inocente “Muchacha” lo interpretó Cecille Colón. Melanie Ayala asumió el reto de hacer dos personajes con gran atino: “La mendiga” y “Prudencia”. Zuleyka Pagán entregó a una vivaracha y trabajadora “Criada”. Una “Poncia” pícara y sabia fue el resultado de Florivette Rosario. Estefanía Soto lució acertada y simpática como “María Josefa”. Michelle Cortés ejecutó una “Angustias” enajenada y enamorada. Dorian González actuó una “Magdalena” caprichosa y punzante. Neysha Mendoza interpretó a la “Amelia” solidaria y empática. “Martirio” logró matices de envidia y odio con el trabajo de Cecille M. Colón. La energía y la pasión de “Adela” se vio representada en el trabajo de Yeidimar Ramos. Y, finalmente, una Bernarda Alba inquebrantable y poderosa fue el resultado de la bien lograda actuación de Frances Arroyo.

La escenografía contó con el diseño de (Archivo Documental Digital del Seminario Multidisciplinario de la Facultad de Humanidades de la UPR)
La escenografía contó con el diseño del Prof. Israel Franco Müller. (Archivo Documental Digital del Seminario Multidisciplinario de la Facultad de Humanidades de la UPR)

Un amplio trabajo de equipo entre profesores y estudiantes completa una ficha técnica extensa, logrando un resultado completo, redondo y con evidente aceptación del público. Aunque se trate de un trabajo universitario/ estudiantil, no cabe duda que el resultado es completamente profesional; y, sin lugar a duda, las tablas puertorriqueñas están a salvo en las manos de la nueva generación de artistas que va subiendo.

Esta puesta de “La casa de Bernarda Alba” pertenece a la trilogía lorquiana que el Departamento de Drama de la Facultad de Humanidades, de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, llevará a cabo junto con “Bodas de Sangre”, en el mes de octubre -con la dirección del Prof. Miguel Vando-; y “Yerma”, en el mes de noviembre -con la dirección del Prof. Jorge Rodulfo-… una trilogía que no se puede dejar de disfrutar.

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