Por Jaime Torres Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
La documentación de la sátira política de los Rayos Gamma; la visión de su creador, el fenecido periodista Eddie López; los libretos de Silverio Pérez, sus parodias musicales junto a Horacio Olivo, Emmanuel “Sunshine” Logroño y Jacobo Morales; los pasos de comedia y una nostálgica galería de fotos propician que el libro de Iván Martínez Colón sea una adquisición obligada para los fanáticos de la “Gamma-manía”.

Desde el 2008 se pensó en la publicación de la obra y, por unanimidad, Silverio, Sunshine, Jacobo y Horacio delegaron la empresa a Iván, quien lleva 34 años con la agrupación.
“Se habló de que era importante consignar todo el trabajo de los Gamma y dejarlo escrito porque todos coincidimos en que fue una aportación importante a una trayectoria del periodismo satírico en Puerto Rico y que en televisión marcaron una época por la calidad de su comedia y una sátira muy importante”, dijo Iván, quien antes de ser músico de los Gamma fue un simpatizante del concepto de Eddie López, tanto así que coleccionó ejemplares como la edición de la revista Bohemia que se le dedicó en 1971.
Se suponía que el libro “Historia de los Rayos Gamma” (“…y lo demás que haya en la sala…”) se publicara en 2011, durante la conmemoración del cuadragésimo aniversario, pero no fue posible.
“Decidieron cederme los derechos para que me ocupara de la publicación y de ahí en adelante eso me permitió ampliar el texto del primer borrador y gestionar su publicación”, explicó Iván, sobre la obra impresa y distribuida por Publicaciones Gaviota de Norberto González.
No fue fácil, en opinión de Iván, estructurar la obra en torno a los Rayos Gamma, después de una trayectoria de más de cuatro décadas. “No fue fácil, además de que no soy escritor. Yo soy músico. En el libro, lo que aparece como epílogo fue lo primero que escribí. Un recuento de cómo entré en contacto con los miembros que iban a ser de los Gamma eventualemente”, recordó Iván en alusión a espacios televisivos como “Desafiando a los genios” y “Esto no tiene nombre”.
Luego, coordinó la agenda de entrevistas a sus integrantes; a figuras como Efraín López Neri y otras que colaboraron con los Gamma; además de organizar por años la información que le suministraron Iván Gonzalez Aulet y Blanca Eró, esposa y asistente de Jacobo, entre otras personalidades.

El regreso de los Gamma en la década de 1980; su incursión en la televisión; el retorno de Sunshine; los viajes a Nueva York y el traslado de Rikavisión Canal 7 a Wapa Televisión son parte de las memorias perpetuadas en el texto.
“Las vistas del Cerro Maravilla, televisadas por Rikavisión y que fueron tan terribles para el País porque develaron situaciones que se daban en Puerto Rico que la gente no sabía en términos del secuestro, el asesinato político y el carpeteo; la forma en que los Gamma lo manejaron sin trivializarlo le ofreció un poco de alivio al País y todo eso se consigna en el libro como detalles que son importantes en la trayectoria de los Gamma”.
Igualmente relevante es la documentación de los artistas que se incorporaron a la producción de los Gamma, como su esposa Georgina Borri, Johana Ferrán y los músicos Cuqui Rodríguez, Eguie Castrillo y Pedro Guzmán, entre otros talentos que formaron parte del elenco de los Gamma.
“Eso amplió la posibilidad de hacer pasos de comedia con personajes fijos, que aportó Sunshine”.
El libro “Historia de los Rayos Gamma” (“…y lo demás que haya en la sala…”) es distribuido meses después del deceso de Horacio Olivo, por lo que en cierta forma su publicación representa un tipo de tributo a su memoria.
“Fue bien triste. No estaba en Puerto Rico cuando Horacio fallece. Ya en el libro se menciona el impacto que tuvo su ausencia al estar hospitalizado. Sabíamos que no iba a regresar al escenario con nosotros, pero sabíamos que estaba ahí. Es triste que no pudimos mostrarle el libro y publicarlo antes de que falleciera el 24 de julio. Ahora en estos shows que hemos hecho, en que tenemos la sensación de que finalmente sí desapareció físicamente de entre nosotros, nos causa un mal sabor y siempre estará presente cuando se le invoque”, expresó Iván al señalar que Juan Pablo Díaz, como invitado junto a los jóvenes de Teatro Breve, interpreta alguna de las canciones que solía cantar Horacio.
A la pregunta de si los Rayos Gamma se podrían considerar una extensión de la conciencia del pueblo que interpela a la clase política del País, Iván responde en la afirmativa, confirmando el impacto sociocultural de la propuesta satírico-periodística Gamma.

“Lo confronta con el ridículo que hace y pone al pueblo al tanto de su ineptitud, de su cinismo, desfachatez y pillaje. Esto lo digo yo y no lo dicen los Gamma. Como dijo Sunshine una vez: los Gamma se convirtieron en la voz que hablaba por ellos”.
Claro está [y el libro lo documenta] han pagado el doloroso precio de la censura. Doloroso porque contradice los valores de la democracia y los derechos a la libertad de prensa, expresión y asociación.
“Ha habido muchos momentos en que se ha tratado de limitar el tipo de cosas que dicen. En 1992 nos sacaron del aire a 52 días de las elecciones. Un programa como ese, con tanta audiencia, lo sacan del aire. Hubo una época en los 80 que no salían en las encuestas y era el programa más visto. Hubo periódicos en que no se publicaba nada que tuviera que ver con los Gamma. Fue un tipo de censura muy sutil que estuvo presente”, recordó Iván, quien tampoco olvida la prohibición para presentar un espectáculo en las escalinatas del Capitolio.
Respecto a la adaptación de los éxitos populares a las sátiras de sus parodias, el autor precisó que son miles y que la música de Rafael Hernández, Juan Luis Guerra y Rubén Blades es recurrente.
Los Rayos Gamma tienen en agenda una presentación de su espectáculo “La Promesa” el 21 y 22 de octubre en el Centro de Bellas Artes de Caguas. No faltará su estreno de “El cantante” de Blades, en alusión a Anaudi J. Hernández.
El libro “Historia de los Rayos Gamma” (“…y lo demás que haya en la sala…”) se consigue en la sede de la Fundación Nacional para la Cultura Popular, en la Librería Norberto González, La Tertulia en San Juan y en El Candil en Ponce.