Imprescindible el ‘Omío’ de Fidel

Por Rafael Vega Curry
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular

En las notas explicativas que entregó a la Prensa sobre su nuevo y memorable álbum, “Omío”, el baterista y percusionista Fidel Morales describe uno de los temas contenidos en el mismo como “latino progresivo”. Sin embargo, la calificación es válida para el disco entero.

Carátula de la producción discogr;afica de Fidel Morales. (archivo Fundación Nacional para la Cultura Popular)
Carátula de la producción discogr;afica de Fidel Morales. (archivo Fundación Nacional para la Cultura Popular)

En efecto, aunque esta es música de fuerte raíz afrocubana, no se encasilla por nociones preconcebidas de lo que constituye o no “jazz latino”. En cambio, fluye libremente, mostrando tanto sus influencias como el producto nuevo que se ha creado a base de ellas, señal de la veteranía y experiencias propias de este destacado músico.

Experiencias no le faltan a Morales, ciertamente. Nacido en Cuba y radicado en Puerto Rico hace una década, es compositor, productor, arreglista, autor y educador, además de percusionista. Ha dictado cursos en numerosas instituciones, incluyendo el Conservatorio Nacional de Panamá, el New England Conservatory, Berklee College of Music y el Conservatorio de Música de Puerto Rico, cuyo Departamento de Jazz y Música Caribeña dirigió. Desde 2006, dirige la cátedra de Batería de Jazz en el mismo.

Como instrumentista, ha tocado junto a muchos de los grandes del jazz, desde Eddie Gómez hasta Vic Juris, y ha acompañado a estrellas en diversos géneros como Gilberto Santa Rosa, Elena Burke, María Martha Serra Lima y muchos más. Actualmente dirige dos bandas.

El concepto de “banda”, de hecho, es esencial en esta grabación. Construido alrededor de un núcleo básico –integrado por Yan Carlos Artime en piano, Gabriel Rodríguez en bajo y el líder en la batería- “Omío” funciona además como una lujosa vitrina en la que se expone parte del mejor jazz que se hace en Puerto Rico. La lista de los colaboradores aquí presentes integra un verdadero “todos estrellas”: en el bajo, el ya mencionado Eddie Gómez y Ramón Vázquez; los trompetistas Charlie Sepúlveda y Daniel Ramírez; los pianistas Luis Marín, Eduardo Zayas y Bienvenido Dinzey; los saxofonistas Ricardo Pons, Norberto “Tiko” Ortiz y Marco Pignataro; los guitarristas Luis Raúl Romero, Fernando Mattina e Isaac Lausell; la cantante Ana María Perera; y los percusionistas Javier Curet, Diego Centeno, Savier Díaz, Guillermo Barrón y Rubén Bulnes.

Cada uno de los nueve números presenta una configuración diferente y algunos de los músicos, como Marín, Gómez o Sepúlveda, tocan en un solo tema cada uno. Sin embargo, para inmenso mérito de este disco, todo suena coherente, poderoso, con un concepto bien definido y ejecutado. Como dijo Morales en las mencionadas notas de Prensa, este es “un álbum con varios formatos orquestales, pero en el que procuré conservar una unidad temática, un hilo conductor. Todo en este trabajo tiene un propósito, una intención”. Con la excepción de dos temas, todas las composiciones son de Morales.

“No más”, del pianista y director de orquesta panameño Dino Nugent, abre el disco con aires de jazz-fusión acentuados por el solo de guitarra de Isaac Lausell, que recuerda por momentos al maestro John McLaughlin. El primer solo de Morales a lo largo del disco no solo da cuenta de su agresividad percusiva, raíces afrocubanas y talento, sino de lo bien realizada que está la grabación: su batería se escucha con gran nitidez y espacio, como si el ingeniero a cargo, el propio guitarrista Luis Raúl Romero, hubiese querido emular la técnica del recién fallecido (y legendario) Rudy Van Gelder.

Luego de “My Gift”, pieza de leve aire afroperuano en el que Luis Marín ejecuta un solo breve pero magistral y que recuerda las tonalidades del quinteto de Miles Davis con Wayne Shorter y Herbie Hancock, se escucha “Albita”. Aquí se combina el jazz latino con potentes tambores batás y ritmos afropanameños. Una agradable improvisación de “Tiko” Ortiz en el saxo tenor precede la de Romero en guitarra eléctrica –de delicadas texturas- y la descarga final de Morales, ejecutada sobre el tema de salida.

“Ausencia”, uno de los boleros clásicos de Rafael Hernández, presenta nuevos colores y sensaciones, con el elegante piano de Eduardo Zayas, la íntima y sentida interpretación de Ana María Perera y el inimitable bajo de Eddie Gómez, quien también contribuyó al arreglo.
El tema que le da título al disco es un festín de ritmos y sentimientos, desde los cánticos santeros en honor a Yemayá hasta el swing y breves pinceladas de jazz free. Una dramática melodía tocada al unísono entre saxo barítono y teclado, cerca del final de la interpretación, subraya el rico sincretismo del tema, cuyos acordes también recuerdan ligeramente la música de Thelonious Monk.

A continuación escuchamos dos atractivos y jubilosos temas de jazz afrocubano y “latino”, “Lo que viene” y “Blue Sea”, en el segundo de los cuales se destaca el fluido y sonoro solo de Ramón Vázquez en bajo eléctrico.

Ya cerca de la conclusión del álbum, “Doctorcito” ofrece una deliciosa convergencia de son, blues y cha-cha-chá, sosegada y sabia, que Fernando Mattina, Yan Carlos Artime y Ramón Vázquez aprovechan con elocuentes solos de guitarra eléctrica, piano y bajo acústico, respectivamente. Para concluir, “Bulecolumbia con timbal” es una breve descarga con coro yoruba, que cierra de manera feliz y asertiva este recital.

“Omío” es una de esas grabaciones a las que se retorna con gusto, y en repetidas ocasiones, para aquilatar adecuadamente toda la variedad, riqueza musical, oficio y buenas improvisaciones que contiene. Es también un disco que señala las infinitas posibilidades combinatorias de lo que se conoce genéricamente como “jazz latino”, cuando está en manos de músicos que dominan a la perfección ambos géneros. Uno de los discos imprescindibles del 2016.

Total
0
Shares
Deja un comentario
Noticias relacionadas
Leer más

¡Carmita Jiménez vive!

El recuerdo de la inolvidable Dama de la Canción volvió a estremecer a su pueblo en un concierto memorable celebrado en Caguas.
Total
0
Share